Se dice mucho y por eso hay que reivindicarlo: el Barcelona siempre tiene soluciones cuando juega en casa. El escenario y su dueño construyen un reto de una magnitud que obliga al rival a tomarse la visita como si explorara lo desconocido, como cuando siendo niño de siete años uno se prepara para ir por primera vez a esquiar y viste un extra de calcetin, pijama y capas de manga larga; va a afrontar algo grande y sumamente excepcional. Allí fue el Villarreal, quitando un punta de su clásico 4-4-2 para igualar la velocidad de balón culé.
A. Iniesta movió las lineas del submarinoLa asunción llega hasta comprobar como Marcelino acepta, como el 99% de equipos, que el control del partido no es una posibilidad. Poner en dificultades al Barcelona es retrasar o frenar su creación de oportunidades, no arrebatarle la altura del juego. El técnico asturiano admitió buscar «el robo en la medular para no hundirnos en el repliegue», formando una primera parte de franca igualdad. Los blaugranas podían avanzar un central al no tener la vigilancia de la doble punta amarilla y desde su conducción intentar que algún muñeco de la línea de cinco picara el anzuelo y abriera la puerta para situar el esférico en alturas superiores. Desde esa negación, el submarino fue ganando tiempo y se fue preparando para realizar ajustes con su línea defensiva a la hora de cortar progresiones del balón o movimientos rivales de toda índole. El choque estaba bonito y bien jugado.
Sergio Busquets está dejando momentos de juego sublimes
Cuando el Barça la perdía, el Villarreal bailaba al son del solitario Soldado, que trazó movimientos y acciones de un valor técnico y futbolístico esplendorosos, los cuales no tuvieron réplica en forma de liebres. Sin un compañero de fatigas -Bakambu era el único punta disponible en la convocatoria, de ahí que Toral no los alinease juntos de inicio- que abriese caminos y espacios a la espalda o los costados, las bandas ocupadas por Castillejo y Denis ofrecieron realmente poquísimo. Nombrados como sociedad, Roberto, Denis y Samuel no casaban por ningún lado, y mira que Roberto insistió en ponerse de blanco. Jona Dos Santos, con intenciones más creíbles dado su realzado estado de forma actual, no supuso algo muy diferente. En esas apareció Iniesta, que tiene la innata habilidad de inventarse ventajas en espacios que únicamente son amplios en su mente y sus botas. El manchego arrastró en profundidad y atrajo hacia todos los lados al bloque de Marcelino, ganando metros para su equipo y aliviando a Neymar de la doble y triple marca.
Tras el descanso, apareció el arma letal del Barça de Neymar, aprovechando una mínima concesión para acelerar jugadas tras la aparición de espacios. Marcelino obró en consecuencia y buscó puntuar volviendo al 4-4-2. Con la defensa más estrecha y un ida y vuelta aceptado, el Barça hizo capitular. Hasta llegar ahí, Neymar y Busquets elevaron virtudes a superiores categorías. Lo del mediocentro culé fue la bomba.
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JC54 9 noviembre, 2015
Pese a todo, sigo pensando que de no ser por este gen competidor que ha adquirido el equipo tras Pep el clásico ya estaría decantado. Hace un par de meses imagina un derby con Roberto en el centro del campo y Munir "donde Messi".
Y siguen sumando. Munir da asistencia de victoria al Leverkusen, ayer un penalti…Sergi más de lo mismo, además de una confianza al alcance de Neymar.
Pero a mí lo que más me asombra es cómo no se quedan sin ideas ante un muro como el Villarreal. Es que cada jugada es distinta. No es menosprecio, pero parece que Luis Enrique sólo anuncia el once y pide intensidad, porque directrices, de verdad que no las veo. Más allá de la presión para robar y crear esos espacios, depende exclusivamente de la inspiración de sus futbolistas. Debe llegar a ser estresante. Ejemplo: Mathieu avanza con balón y mete un pase al corazón del área que acaba en el portero. Son jugadas únicas todas. Si bien es cierto que requieren del cerebro, sea Leo o Ney ahora. Espero que cuando vuelva Leo la idea de tener dos "cerebros", o llamémosles fuentes de juego, sea un principio para crear algo más coral que simple intensidad. No sé qué pensareis de esto pero es que todos los goles del Barça sin Messi, y con él, nacen de una jugada individual, o en transición. Requiere mucho de la inspiración de sus futbolistas.
Y pese a que creo que, estando sanos, tiene a los de mayor dimensión, lo esperable para mí, ya con la mente en el clásico, espero entendáis es una victoria blanca. Por su defensa( a mí la del Barça no me la creo, más sin Piqué modo coloso)y porque puestos a ser creativos arriba, tiene más.
PD: Decía Quintana que para él Busi y Ney ocupaban los puestos de líderes de juego de Piqué y Messi. Llevando razón, me da que para el Bernabéu le vendrían mejor las primeras opciones, sobre todo la de Gerard.