José Mourinho quiere ganar la Europa League. El partido de su Manchester United en Rostov así lo confirmó. Dicha visita venía a ser la prueba del algodón definitiva, pues de no haber un trabajo específico, una preparación mental adecuada y una predisposición activa, el equipo ruso hubiera podido repetir uno de esos sustos que los equipos Premier se han venido llevando en Bélgica, Rumanía, Turquía o Ucrania. Sobre todo porque se daban todos los condicionantes: el estado del césped era terrible, el FC Rostov es un buen equipo que en casa se muestra muy fuerte y, además, en cuatro días el United visita Stamford Bridge, lo cual podía llevar a rotar y/o desconectar. Pero no. Mou quiere ganar la Europa League.
Desde el primer minuto de partido quedó muy claro. El técnico luso se adaptó al equipo local hasta directamente calcar su sistema de tres centrales, dos carrileros, tres centrocampistas y dos puntas. Pero había más, porque fue en realidad el rol de los interiores lo que puso de manifiesto el gran trabajo prepartido de cuerpo técnico y vestuario. Mientras Marouane Fellaini, por izquierda, se juntaba a Ander para reforzar la transición defensiva y se separaba para habilitar la salida en largo, lo que hacía Pogba, ayer por derecha, era abrirse mucho para hacer muy ancho el campo y, a su vez, alimentar de buenos balones a Mkhitaryan e Ibra. Unas medidas lo suficientemente bien planteadas y ejecutadas como para, sin tener que arriesgar mucho, reducir a cero la productividad ofensiva del Rostov y, poco a poco, acercarse con cierta frecuencia al área rival.
En la segunda parte el Rostov sí pudo superar al United.
Los «red devils» estaban entendiendo bien el encuentro. Lo estaban dominando. Sujetando. Pero bastó un envío en largo para que Aleksandr Bukharov rompiera, controlara, marcara y cambiara el pulso al partido. El Rostov comenzó a ser más agresivo, más impetuoso y más directo. El balón sobrevolaba a Ander Herrera y los centrales, más dispuestos que ordenados, comenzaron a ser más protagonistas que los interiores. Y eso no es bueno. Ni por lo más obvio ni por lo que no lo debería ser tanto: el flojo nivel de los tres, sobre todo de un desorientado Marco Rojo. Sea como fuere, el United aguantó el empuje. La eliminatoria todavía está muy abierta como muestra el empate, pero la intención del Manchester no deja lugar a la duda: Mou apunta a la Champions pasando por Solna.
Foto: ALEXANDER NEMENOV/AFP/Getty Images
Miguel 10 marzo, 2017
Curioso que con esa nómina, el United tenga que apelar a la EL para clasificar, se puede entender de Spurs, Liverpool que no cuentan con nóminas tan altas, pero lo de esta temporada del United en PL es de locos y creo que les pasará factura contra u rival más serio en EL.