Pasaron muchas cosas en el empate a tres entre Real Madrid y UD Las Palmas, y pocas fueron secundarias. Las particularidades futbolísticas del conjunto de Setién hicieron maniobrar a Zidane, que dispuso de un ‘XI’ y una intención enfocados al espacio ofensivo, a aprovechar la posibilidad de mirar hacia delante y en vertical. Lo que equivocó fue lo que vino antes de que un robo concediera una transición hacia Varas: su colocación y su descoordinación en la organización defensiva. Los canarios no acusaron la imponencia del escenario y con la tranquilidad para interpretar los espacios intermedios y la inspiradísima noche de Jesé, a punto estuvieron de cosechar una victoria para, como dijo su técnico, la historia del club insular.
Las Palmas castigó la organización defensiva madridista
El entrenador francés llamó a Kovacic, Isco y Morata para completar un plan de partido en el que la línea alzada del rival, su gusto por sumar mucha gente en campo contrario y salir en raso bajo cualquier circunstancia marcarían toda su vocación ofensiva. El Madrid no se iba a detener cuando podía correr, así que alineó a su delantero más profundo y al centrocampista más capaz para conducir con espacios que encuentra en su plantel. En ningún momento el conjunto blanco buscó las sociedades, el mando tranquilo y pausado. La altura de Kroos en la primera media hora fue muy baja mientras por delante Bale, Isco y Morata rompían hacia portería. Como el Real planteó un partido desde el espacio, Setién hizo suyo el balón y pasó a gestionar la iniciativa con sus virtudes técnicas y también las interpretativas.
De entrada, sin balón, el Madrid confundió su posicionamiento. La línea de medios era más activa defensivamente que la zaga, lo que desembocó en espacio entre líneas que la UD miró con la sonrisa en la boca y el colmillo afilado. Como los blancos atacaban en busca de la espalda del rival y no juntándose en campo contrario, sin socios para los hombres de banda, su defensa debía olvidar la presión para replegar más abajo, a una altura media. Setién, que se toma con tranquilidad la salida, tiene claro que una vez sale, ha de buscar el pase hacia adelante en busca de la mediapunta, donde ayer esperaban muchísimos jugadores. La calidad sobresaliente de Roque Mesa para encontrar a Boateng, Jesé, Tana y Viera dejó sin robo al Madrid, quien en su última línea echó en falta algo de anticipación para corregir tanta recepción. Ramos y Nacho optaron por mantener la altura y corregir después si la jugada llegaba con peligro.
Jesé Rodríguez estuvo especialmente inspirado al contragolpe
Ante esa inconexión, Las Palmas acumuló posesión de calidad, pero también su asumido riesgo cuando sube a sus laterales hasta posiciones de extremo, sea en incorporación o en parado. Así, Lemos y Bigas -Aythami después- quedaban cerrando ante la velocidad de Bale, Carvajal y compañía. El partido podía romperse hacia ambos lados, hasta que apareció Jesé Rodríguez, la clave del encuentro y el jugador que le otorga a la UD una opción de gol aún defendiéndose sin balón y cerca de Varas. El canario rememoró sus mejores noches y activó la contra amarilla, la utilización del espacio más ancho tras robo. Antes y después, con 1-1 y 1-2, y luego con un jugador más, Rodríguez mostró ese motor y conducción privilegiada que cambia de ritmo y dirección sin perder el control de la pelota, aumentando las posibilidades de su equipo cuando tiene que esperar. En el tramo final, la reacción blanca llegó; se ha alimentado de ella y su proceder competitivo le garantiza acercarse al gol en las peores circunstancias posibles.
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roumagg 2 marzo, 2017
Antes de nada, hay que decir que, si Bale no pierde el control, el Madrid habría ganado el partido casi con total seguridad. Pero la primera parte es muy mala, y hay fallos que se vienen repitiendo. Tácticamente, el equipo de Zidane nunca ha sido una maravilla, más allá de una buena defensa posicional en bloque bajo que se ha visto bastantes veces (últimamente, ya no tantas). Y los problemas tácticos se multiplican con Kovacic en el campo. Sobre todo, como bien comentó Abel en Twitter, cuando su pareja en el centro no es Modric. Mateo abre muchas puertas en defensa, muchísimas, y en ataque no es un apoyo para la posesión. Al final, Kroos jugaba solo en el mediocentro, y Kovacic realizaba acciones aisladas por su cuenta. A esto hay que sumarle que buena parte de los jugadores del Real Madrid necesitarían un pequeño descanso: Kroos está tieso, Cristiano ha perdido parte de la frescura que tenía hace unos dias (a sus 32 años son muchos partidos con poco descanso entre ellos en las últimas semanas, aunque volvió a ser de lo mejor del equipo), Modric y Casemiro tuvieron que rotar… Y en un partido con tantos espacios que cubrir sin tener con continuidad el balón como los que obliga a jugar Kovacic, el despliegue físico pasa a ser muy importante; más aún teniendo en cuenta lo bien que mueve el balón Las Palmas.
Qué partidazo de Jesé. Qué bueno es. Lo que pasó en París es difícil de explicar, porque el jugador tiene nivel Champions League. Hacía tiempo que Carvajal no sufría tanto atrás. Se ha dicho desde verano que las opciones de Morata+Lucas+Asensio por Jesé eran una mejora, pero, a expensas de lo que depare el futuro de Marco, no termino de verlo. Jesé con ritmo es algo muy gordo.