Duje Cop cerca estuvo de razonar el porqué la visita del Sporting de Gijón se le atragantó a un Real Madrid errático y pasivo en la tarde del sábado. Los del ‘Pitu’ Abelardo no terminaron puntuando pero elaboraron la fase de mejor juego del encuentro justo tras el 2-0, en un choque que vio a los blancos sin el control y la seguridad en su fase defensiva, un repetido 4-4-2 que a falta de continuidad y atención, abrió el partido hacia las virtudes de un Sporting que estaba caracterizándose en las últimas, muchas, semanas por todo lo contrario.
El Madrid apenas robó en campo rival tras asenar su ataque
A falta de Bale, Casemiro, Marcelo y Kroos, Zinedine Zidane dibujó un 4-4-2 que viene caracterizándose por ser muy fiable en su repliegue en campo propio y por mostrar una marcada discontinuidad ofensiva que le obliga a tener que recuperar el balón muy abajo y tras hacer el balance defensivo en demasiadas situaciones. Esa carencia en el robo tras pérdida se observó nuevamente cuando a los locales le faltaron apoyos por dentro en la figura de James y una buscada pero no hallada superioridad alrededor de Modric y Kovacic, circunstancia que niega al Real la posibilidad de reiniciar el ataque en la mitad del rival. Con 2-0 arriba, el Madrid pareció aceptar esa falta de continuidad en su ataque y el Sporting lo aprovechó.
Sumándose ambas circunstancias, los asturianos sí consiguieron durante los últimos 25′ de la primera parte enlazar ataques en campo ajeno. Sobrecargando la zona de Danilo, con Moi, Carmona y Lillo, y liberando hacia Douglas -carrilero en defensa de cinco ayer-, los de Abelardo mezclaron control de juego, dominio de la segunda jugada y profundidad por banda. Colocando a mucha gente por dentro y sumando pases en todas direcciones, la mencionada fiabilidad defensiva merengue quedó en entredicho en toda esa franja temporal. En una fase del juego proclive para activar presión en banda y salida al contragolpe madridista, el Sporting supo tocar y sumar gente con frecuencia en la medular. Dominó el encuentro, de hecho.
Los de Abelardo dominaron dos tercios de primera parte
La relajación blanca no sólo se explicó ocupando espacios en defensa sino en su iniciativa con la pelota tras el doblete de Ronaldo, muda y errática hasta el descanso. Tras la reanudación, la noche se durmió. El Sporting perdió referencias y el Madrid logró cierta estabilidad con el balón en el primer cuarto de hora, a la postre insuficiente cuando la creación de ocasiones fue prácticamente inexistente. El ataque blanco no encontró fortaleza en el centro al área, resguardada -gol del 2-0 como excepción- por los tres centrales que situó Abelardo, y menos lo fue su juego interior, con Benzema sin dar el plus que su fútbol ha de dar para conectar y dar continuidad. Zidane miró al banquillo para cerrar la cita con Marcelo e Isco para acabar, por contra, encomendado a defender sin balón tras el penalty fallado por Cop.
Foto: Denis Doyle/Getty Images
Raulon 27 noviembre, 2016
En días de lluvia, fríos y tristes, lo mejor es: día de peli, manta y palomitas. Creo que llevado al fútbol es justamente eso lo que le paso al RM
Antes del clásico, mucha lluvia, un rival menor, 2-0 al poco de empezar…a dormir se ha dicho. Y claro, el rival se crece…