Hizo uno de esos pocos partidos que no muestran su nivel, una de esas escasísimas, casi inexistentes, actuaciones que no convendrá enseñar en el futuro para recordar o presentar al mejor jugador de nuestros días. Y aun así, y pese a tratarse de un encuentro de altura en el que tanto FC Barcelona como Valencia CF hicieron muchas cosas bien, lo resolvió con ese sello único suyo que hace que hasta Luis Suárez y Neymar parezcan delanteros normales. La frecuencia cardiaca de Messi cuando recibió la pelota a 30 segundos del último pitido, sencillamente, no se puede ni se podrá comprender nunca.
Garay y Mangala cumplieron como centrales de alto nivel.
El choque comenzó muy ordenado. Prandelli había replegado a su Valencia sobre un 4-4-1-1, y los de Luis Enrique trataban de girarlo sin brillantez pero con coherencia. Con Messi sin chispa ni, por momentos, precisión, el funcionamiento azulgrana pierde capacidad de desequilibrio porque al fin y al cabo se basa en él, pero lograba tejer una circulación muy segura, protegerse bien de las contras chés y aguardar a que Iniesta o Neymar, los inspirados, surgiesen y acercasen al Barça hasta Diego Alves. Además, se descubrió una grieta en el esquema del Valencia que acabó constando en el duelo y explicando el 0-1: cuando alguno de los interiores culés se sumaba a la línea de atacantes, nadie le perseguía, y creaba peligro.
La lesión de Iniesta tuvo un efecto importante sobre el juego.
Pero no todo era superioridad para el visitante. El Valencia, y esto pudo verse con mayor frecuencia tras la lesión de Iniesta, disponía de tres duelos donde llevaba la iniciativa: Cancelo contra Digne, Rodrigo contra los centrales y Nani contra Sergi Roberto. Cancelo regateaba, Rodrigo, con sus desmarques, ponía a Umtiti y a Mascherano donde quería en cada jugada y Nani… demostraba que su talento sigue intacto. Le faltó explosividad para decidir cuanto pudo, pero su toma de decisiones, su pausa y su precisión le dan al Valencia eso que, por ejemplo, tanto elogiamos de Joaquín en su Betis. Así que Prandelli lo vio claro al descanso: debía modificar el plan de su equipo de tal modo que la línea de cuatro defensas del Barça apareciera muchísimo más en plano que durante el primer periodo.
Prandelli mandó al Valencia a presionar arriba en el 2º tiempo.
Amén de poner a Munir, quitar a Montoya y bajar a Cancelo -cambio que quizá computaría como errado o discutible si el madrileño no hubiera marcado un golazo-, lo destacable fue la presión a toda cancha que el Valencia practicó en el arranque de la segunda mitad. Al Barça se le notó que su zaga de circunstancias no puede sacar la bola como lo hace la titular, y al Valencia, una emoción desgarrada que personalizó como nadie el desplazado Abdennour. El ejercicio de concentración y tensión que realizó el central tunecino jugando como lateral en la banda de Messi no puede dejar de ser halagado; iba a cada pase hacia el argentino como si Mestalla fuera a estallar por los aires y acabar con todos los presentes si la pelota llegaba a sus pies. Fueron minutos impresionantes de los chés contra los que cualquier rival hubiera sufrido mucho.
A Luis Enrique no le funcionó el 4-2-3-1, pero Messi resolvió.
Y luego se arribó al último acto, que anduvo marcado por el cambio de esquema de Luis Enrique. Puede que buscando precisamente abrir a Abdennour y castigarle en el uno por uno, el asturiano formó un 4-2-3-1 con Rakitic y Busquets en el doble pivote y Denis Suárez como extremo derecho que, ciñéndonos al juego y no al resultado, funcionó muy mal. El impacto de Denis sobre la víctima pretendida fue ínfimo, Messi perdió espacios y encima el Barça extravió toda su transición ataque-defensa, porque aunque pasó de tener un único mediocentro a dibujar un doble pivote, a efectos prácticos lo que hizo fue canjear uno por ninguno, pues las posiciones de Busquets y Rakitic eran altísimas y cualquier rebote o despeje de la zaga ché caía en botas de Munir, Parejo o Mina para que salieran a la contra, como mínimo, en igualdad numérica frente a los defensas del Barcelona. El desacertado choque de Mina, unido a lo expuesto en el primer párrafo de este texto, explicaron cómo un visitante que cerró la noche con tantos problemas sumó los tres minutos en el 92.
Foto: JOSE JORDAN/AFP/Getty Images
Andrés 23 octubre, 2016
Es la lesión de Iniesta una de las peores cosas que puede pasarle al Barcelona a día de hoy? Si bien Messi es el sistema,segurisimo estoy que es Iniesta quien más lo ayuda a organizar el ataque culé.Y con este Messi, que por lo que se ve está lejos de su forna fisica,de seguro Iniesta es aun mas capital,porque Leo no puede estar todo el partido creando en mediocampo y a la vez subiendo a mediapunta o delantero.Puede hacerlo un par de veces,pero no todo el partido, y ahí la ayuda de Iniesta es enorme,porque ayuda a que Leo no tenga que bajar tanto durante tanto rato,porque Iniesta puede hacer que esos balones lleguen arriba.Sin Andrés,no se verá Leo más exigido fisicamente en esa parte? Además que de seguro sin Iniesta me parece cabe la posibilidad que los prtidos se vuelvan un correcalles, un correcalles donde de momento el Barça no tendria ni a Piqué ni a Jordi Alba