Empecemos por el principio. Si este verano hubiésemos decidido quitarle a todos los equipos de Primera División a su mejor jugador, a su gran estrella, es muy probable que el más afectado de todos fuera el Deportivo de la Coruña. Estamos hablando de campeones liderados por cracks mundiales, como Leo Messi, Cristiano Ronaldo o Antoine Griezmann. De buenos equipos que se definen a partir de referentes como Aritz Aduriz, Bruno Soriano o Iago Aspas. O de conjuntos que vienen de cumplir con sus objetivos porque, simple y llanamente, su delantero se llamaba Rubén Castro. Esto es cierto y, por tanto, el debate es tan procedente como amplio, pero como mucho el mejor de estos nombres podría llegar a igualar, a priori nunca a sobrepasar, lo que suponía Lucas Pérez para el Deportivo.
Lucas era todo el sistema de ataque coruñésCalidad, frecuencia y determinación. Cuando hablamos de Lucas, estamos hablando del jugador que mejoraba y arrastraba al equipo en cada uno de estos apartados clave. Con su talento aceleraba jugadas, abría espacios y generaba ocasiones. Por su frecuencia, sólo superada por Luis Suárez, lograba que su equipo, en el peor de sus partidos, fuera a tener varias oportunidades de gol. Y por su determinación, evidentemente, conseguía que éstas solieran acabar en gol. Lucas era un sistema ofensivo en sí mismo. A cambio de no pedir nada al equipo, el «7» le daba todo al resto. El espacio, el tiempo y los momentos. Y por si esto fuera poco, que de ningún modo podría serlo, era el referente de una afición que poco a poco se había quedado sin ellos. Era el remedio para la resaca de títulos que aún quince años después sigue condicionando a Riazor.
El Deportivo ha fichado a dos buenos delanteros. Pero…
¿Un once con Florin y Joselu?Por todo esto, sustituir a Lucas Pérez va más allá de las llegadas de Florin Andone y de Joselu. Ambos son dos refuerzos de calidad. Delanteros con proyección, con lo mejor de su fútbol por delante y con una interesante cuota de gol que aportar al Deportivo. Además, por un lado Florin puede replicar varias de las labores que tenía Lucas Pérez como punta de lanza, y por el otro Joselu puede hacer bueno la ingente cantidad de centros sin remate que lleva pegando el Dépor durante los últimos años. Juntos o por separado, eso está por ver, ambos nueves seguramente sean la mejor solución posible que tenía el club blanquiazul a su alcance. Es más, si no existiera el precedente Lucas, estaríamos hablando de una dupla que cumple -y que incluso puede superar- con la exigencia de este Deportivo.
Sin embargo, Lucas hasta hace poco más de una semana era el delantero del equipo y eso lo condicionaba todo. No es sólo una cuestión de calidad y cantidad, sino también de cómo el gallego le permitía a su equipo atacar de cualquier manera. Con más o con menos balón, replegando o presionando arriba, con un punta a su lado o con tres por detrás… El fútbol de Lucas era un abanico de opciones y posibilidades que, en su mejor momento, ya supo aprovechar de muy buena manera Víctor Sánchez del Amo. Sin él, pese a que Gaizka Garitano sea un técnico más poliédrico de lo que podría parecer, el Dépor podrá elegir qué ser en cada momento, pero no podrá competir de igual manera. O no al menos con las mismas garantías ofensivas. Por eso, el primer reto del Dépor es olvidarse del tejado y volver a asegurar los cimientos. ¿Qué quiere ser como equipo? ¿De qué manera va a intentar generar peligro? ¿Cuánto va a querer arriesgar para conseguirlo? ¿Qué supone la titularidad de Florin, de Joselu o de los dos a la vez? Una vez resuelva los porqués de estas cuestiones, Garitano se podrá centrar en el cómo. Cierto es que con Lucas estas preguntas importaban menos e incluso algunas se daban ya por supuestas, pero al menos Gaizka tiene más argumentos que antes para tratar de resolverlas.
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Foto: MIGUEL RIOPA/AFP/Getty Images
Asier 8 septiembre, 2016
¿Puede ser el juego exterior una faceta a potenciar por Garitano para explotar a Joselu y a Andone? ¿Qué rol le puede ir mejor a Moreno en este contexto?