La diferencia entre París y Manchester | Ecos del Balón

La diferencia entre París y Manchester


El Chelsea de Roman Abramovich ya es un grande. Han pasado 13 años desde que el magnate ruso comprara al club londinense con el único objetivo de convertirse en uno de los mejores conjuntos de Europa, y tras este tiempo ya se puede decir de forma rotunda que lo ha conseguido. La seguridad con la que se puede afirmar esto no se fundamenta tanto en sus innumerables títulos y grandes momentos, entre los que figura la famosa Champions League de Di Matteo, sino sobre todo por la consideración que se hacen de sus derrotas. Que el próximo año el Chelsea no vaya a disputar la máxima competición continental se tilda de fracaso, exactamente el mismo término que se ha venido empleando con el Manchester United. O que se utiliza con los equipos de Milán. Evidentemente sus historias distancian la categoría de unos y otros, pero ahora mismo la valoración es relativamente parecida. Stamford Bridge ya es uno de nuestros estadios. De los de la Copa de Europa. De los de los martes y los miércoles.

En definitiva, el proyecto de Abramovich ha cumplido ya con su gran objetivo. Está en otro estatus, el cual ahora mismo pelean por alcanzar sus dos hijos putativos: el Paris Saint-Germain y el Manchester City. Ambos clubes, estructurados bajo la misma base y con exactamente el mismo sentido, pelearán esta noche por un puesto entre los cuatro mejores equipos de Europa, pero a su vez también por formar parte del grupo de privilegiados que integran los clásicos del fútbol europeo… y el Chelsea. Una carrera en la que a día de hoy parte con ventaja el Paris Saint-Germain, a quien se considera favorito no sólo por estado de forma, sino sobre todo por la solidez y madurez del proyecto pese a que, curiosamente, éste arranco tres años más tarde que el del Manchester City. Y, en realidad, aunque quizás ahora se piense lo contrario, esto no es consecuencia de una disposición o actitud diferente a la hora de afrontar los tiempos del mismo, sino de una decisión concreta que les fue distanciando mucho a mucho.

El inicio fue parecido, aunque cada equipo contaba con un contexto diferente: Premier vs Ligue 1.

Tanto PSG como ManCity elaboraron un plan muy asumible a 5 años vistaLa premisa inicial de ambos clubes fue similar: «en tres años» no iban a poder alcanzar a Real Madrid CF, FC Barcelona o Manchester United porque, simple y llanamente, estos les sacaban una distancia que habían trabajado durante décadas. Intentarlo de manera apresurada sería perjudicial y muy poco inteligente, como solían explicar tanto Mansour bin Zayed como Nasser Al-Khelaifi. Así que ambos elaboraron un plan muy parecido a cinco años vista: el primer objetivo era entrar en la Champions League, después pasar a competir cada año por el título de liga y, para cuando hubiera acabado este lustro, estar en disposición real de poder competir por ganar la Copa de Europa. Ojo, de competir. No de ganarla. No había imposición ni un objetivo inmediato en este sentido, más allá de que el crecimiento fuese progresivo y comenzase por asentar su dominio en casa. Además, para lograrlo, el desarrollo del propio plan también tuvo importantes semejanzas. Más allá de la coincidencia de que su primer técnico (Mark Hughes y Antoine Kombouaré) únicamente acabara una temporada bajo la nueva gestión, está la importante similitud en cuanto a su política de fichajes se refiere -aunque ahora mismo esto choque-.

Como el primer reto era escalar posiciones en liga y además ambos también pretendían consolidar una identidad nacional que ayudase a formar club, en sus primeros años firmaron a muchos futbolistas locales. Craig Bellamy, Shay Given, Wayne Bridge, Shaun Wright-Phillips, Gareth Barry, James Milner o Adam Johnson por un lado; Blaise Matuidi, Kevin Gameiro, Jérémy Ménez, Yohan Cabaye o Lucas Digne por el otro. Varios de ellos también compartían un segundo rasgo común: la juventud. Como la idea era el medio-largo plazo y la escalada iba a ser muy progresiva, se pretendía conformar una base de futbolistas que fueran creciendo y evolucionando junto al proyecto, de manera que cuando se cumpliese el quinto año del plan se acompasasen los tiempos entre la plantilla y el club de manera perfecto. De esta manera, al margen de algunos ya mencionados, fueron llegando poco a poco los Vincent Kompany (22), Pablo Zabaleta (22), Jerome Boateng (21), Jack Rodwell (21), Marco Verratti (19), Lucas Moura (20), Marquinhos (19) o Serge Aurier (22), por citar a varios de los nombres más relevantes.

La elección de cracks fue separando a ambos proyectos poco a pocoJunto a estas dos líneas de actuación, obviamente, confluía la más importante: la de las estrellas. Éstas no sólo tenían que elevar el potencial de la plantilla, sino que además debían abrir el camino a los que estaban por llegar. Porque, en definitiva, el objetivo del Paris Saint-Germain y del Manchester City siempre ha sido fichar a Leo Messi o Cristiano Ronaldo. En cambio, pese a esta intención común, es aquí donde se comienzan a vislumbrar las primeras diferencias. Mientras en París se contaba con Leonardo como figura de renombre para llevar la dirección deportiva, en Manchester la situación era mucho más difusa. Sólo hay que atender a los mensajes de unos y otros. «No queremos comprar trece Messis, no es así como se construye un equipo. Es necesaria una base, que ya existe, y que hay que mejorar», decía Leonardo. «Todos los equipos que han ganado la Liga de Campeones tenían dos estrellas y el resto de los jugadores con la mentalidad de ganar. No se pueden tener once Pelés, pero hay que tener la mentalidad de lograrlo», repetía en una entrevista posterior. En cambio, la idea que manifestaba Sulaiman Al-Fahim, el testaferro de Mansour bin Zayed, cambiaba sustancialmente: «Queremos a los mejores del mundo, y si el entrenador cuenta con ellos, los tendrá». Quizás en base a esto se explica por qué unos, aprovechándose de la crisis del Calcio, buscaron consolidar su proyecto con solo dos figuras capitales: Thiago Silva y Zlatan Ibrahimovic, quienes llegaron tras Javier Pastore, e iban a servir de ayuda para que las llegadas, año a año, de Cavani, David Luiz y Di María tuvieron un sentido muy práctico. Mientras que los otros comenzaron desde muy pronto por abarcar mucho en determinadas posiciones y apretar poco en general, como se demuestra por la larga lista de delanteros que ficharon entre 2009 y 2012: Tévez, Adebayor, Santa Cruz, Balotelli, Agüero y Dzeko. A partir de la elección de las estrellas, de los capitanes generales, los clubes se fueron separando poco a poco.

La presencia de Leonardo fue fundamental para el primer impacto del proyecto parisino.

El City ha tenido menos tiempo para construirSin embargo, la gran diferencia aquí fue de puro acierto. Eran momentos diferentes, oportunidades puntuales y, en realidad, no es tampoco mucho suponer que, de haber intercambiado etapas, el City hubiera fichado a Thiago+Zlatan y el PSG a Robinho+Touré. Es cierto: Leonardo estuvo muy atinado en todos los aspectos. Pero también lo es que los parisinos contaban con una ventaja fundamental: la menor competitividad de la Ligue 1 -que a su vez no suponía tanta desventaja a la hora de fichar, pues Chelsea y City habían derribado las primeras barreras-. Y esto es importante. A poco que la inversión económica del PSG fuese acertada, el equipo se iba a acercar rápidamente al título, como así fue. Tras quedar segundo el primer año, el resto se han conquistado con cierta holgura. Esto, además de traer consigo una actitud positiva y una sensación de progreso, lo que le fue dando al equipo fue tiempo. Margen para construir. Margen para crecer. Al técnico, al equipo y a los jugadores. El mejor ejemplo seguramente sea Javier Pastore. Fue el primer crack del PSG, llegó con la perspectiva de futura estrella mundial y, aunque no lo ha conseguido y no parece probable que lo vaya a conseguir, el argentino ahora tiene su hueco en el conjunto. Suma, es útil y supone un recurso muy valioso. En cambio, en el otro lado, pudiendo representar algo parecido por posición, caché y personalidad, Samir Nasri se encuentra perdido en el mismo limbo que antes visitaron muchos otros. El Manchester City no les pudo dar tiempo, porque la Premier no se lo estaba dando.

Planteado todo esto, lógicamente surge la cuestión clave: la identidad. Un proyecto de la naturaleza y el calado que iniciaron Chelsea, ManCity y PSG requiere de una identidad muy definida para crecer. Sin ésta, la falta de grandeza, experiencia y nombre se convierte en un hándicap imposible de compensar para aquellos que quieren sentarse en la misma mesa que los históricos del continente. Si el Chelsea ya tiene plato propio allí es porque, básicamente, en su segundo año contrató a José Mourinho. A partir de la figura del portugués, de su gran legado material e inmaterial, se pueden entender cada una de las decisiones que ha ido tomando el club londinense, salvo quizás la más reciente. Pero suceda lo que suceda con Antonio Conte, hasta ahora, con sus diferencias y matices, resulta evidente que el Chelsea ha crecido a partir de la identidad que le imprimió Mourinho al club, al vestuario y a Stamford Bridge.

R. Mancini sí le dio una identidad al ManCity, al igual que Carlo al PSGCon la idea de conseguir esto mismo, el Manchester City depositó su confianza en Roberto Mancini (2009) y el Paris Saint-Germain en Carlo Ancelotti (2012). Y ambos técnicos, con sus obvias diferencias estilísticas, se puede decir que lo consiguieron. La personalidad que tenía el City con Mancini era muy discutida por entenderse «excesivamente conservadora» para todo el talento que tenía a su disposición, pero esto mismo a su vez revelaba lo más importante: sí tenía una identidad. Un estilo que tenía bastante aceptación por parte de sus aficionados, que viéndolo en perspectiva era mucho más coherente con la política de fichajes de lo que se creía y que, además, le había ayudado a ir cumpliendo objetivos año a año, hasta el último y definitivo. Fue al final de esa temporada 2012/2013 donde ambos clubes tuvieron que tomar una decisión decisiva. Recapitulando, en ese momento ambos tenían un técnico con estilo definido (Carlo y Mancini), un líder (Thiago Silva y Kompany), un jugador dominante en la liga (Ibrahimovic y Yaya Touré) y un guardián de la identidad (Verratti y, de nuevo, Touré). Y mientras en París decidieron doblar la apuesta yendo a por Laurent Blanc, quien fue haciendo suyo el proyecto hasta el punto de «ayudar» en la marcha de Leonardo, en Manchester trataron de empezar de nuevo con Manuel Pellegrini. El proyecto era básicamente el mismo, pero se decidió que la identidad debía ser otra muy diferente. Y fue entonces cuando ambos proyectos se fueron distanciando mucho a mucho.

Con Manuel Pellegrini, el City no sólo no ha crecido, sino que se ha encontrado muy indefinido.

La contratación de Manuel Pellegrini tenía mucho sentido. El ciclo de Mancini había dado síntomas de agotamiento, el chileno representaba un estilo de juego más agradable, ya había demostrado en dos equipos el poder de su modelo y, además, su figura casaba muchísimo mejor con la nueva dirección deportiva, encabezada por Txiki Beriguistain. Luego saldría bien o saldría mal, pero coherente pareció.

Sin embargo, su etapa no comenzó sobre una tabula rasa, sino que heredó unas serie de hipotecas que no encajaban demasiado con su filosofía. Seguro que Pellegrini intentó esquivarlas o compensarlas, pero fuera por falta de convicción o de capacidad al final las ha terminado pagando con escrupulosa puntualidad. La prueba más evidente de todo ello, cuantitativa y cualitativamente hablando, es lo que ha pasado en el centro del campo. La figura de Yaya Touré, la llegada de Fernandinho, el fichaje de Fernando, la posición de David Silva, el perfil de los extremos… El Manchester City ha parecido una mezcla rara entre lo british, el pragmatismo de Mancini y los difusos deseos de Pellegrini, los cuales nunca han tenido un sentido definido ni han derivado en una identidad clara. Habitualmente se le han achacado a «las características del proyecto de club» las desilusiones deportivas, pero el asunto no parece tan profundo. Mismamente, no es que la mayoría de sus movimientos tuvieran un sentido diferente a los que ha seguido realizando el PSG, y menos desde la llegada de Txiki en 2012, momento en el que el ManCity comienza a fichar atendiendo mucho más a las necesidades de su plantilla. Simplemente, el jugador cuando llega a París tiene una ventaja con la que no cuenta el que llega a Manchester: desde el primer momento sabe el quién, el qué, el cómo, el dónde y el por qué, cinco respuestas que serán fundamentales tanto para acelerar su adaptación como para luego potenciarle.

Por todo esto, mucho más que por la calidad, se explica por ejemplo cómo Marquinhos tardó tan poco en encajar en el PSG, mientras que por el Etihad fueron pasando Jerome Boateng, Stefan Savic y Matija Nastasić sin éxito alguno -y el siguiente es Eliaquim Mangala, si nadie lo remedia-. Y así, mientras uno se ha convertido en uno de los proyectos más interesantes y mejor valorados de la Champions, consiguiendo estar entre los 8 mejores equipos de Europa por cuarto año consecutivo, el otro sigue estigmatizado por sus opulentos orígenes. Pero en realidad lo que distanció a ambos hermanastros no fueron sus comienzos, sus prisas ni sus objetivos. Fueron primero las compañías (Thiago, Zlatan, Verrati, Carlo y Leonardo frente a Kompany, Robinho, Yaya Touré, Aguero y Mancini) las que dieron la ventaja al PSG, y más tarde el tibio e incompleto cambio de identidad lo que terminó por retrasar al Manchester City. Porque al final, al igual que el fútbol es de los futbolistas, los clubes son de los nombres. De los hombres. Y mientras el Chelsea encontró en el segundo año a José Mourinho y el PSG a Laurent Blanc en el tercero, tras ocho años el Manchester City no ha encontrado al suyo. Todavía.

 
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La Aventura Original 1×02 – París necesita un Presidente


23 comentarios

  • Desta 6 abril, 2016

    Douchez- Jallet, Bisevac, Sakho, Armand -Bodmer, Momo, Ménez, Nené-Erding y Hoarau, como me encantaba ese equipo, claro que no era un equipo top, pero tenía una esencia, algo que ahora (desde mi perspectiva) no me transmite. Una pena (vuelvo a decir, para mí) que justo llegaran los jeques.

    Nota: Salvo por Motta no existe motivo alguno para ver al PSG, el enfrentamiento ante el Chelsea me quedé dormido sin más.

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  • Andrés Ferreira 6 abril, 2016

    Interesante articulo que hace tiempo queria leer sobre el City.Es que a mi pese a todo lo bien explicado que esta en el articulo el porque de la situacion, la verdad aun me sigue sin entrar en la cabeza como la mejor plantilla de la Premier(que si, para mi es la del City) no es que no ha tenido exito en Europa, sino que ni siquiera ha competido

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  • Ismael 6 abril, 2016

    Yo creo q Yaya ha condicionado mucho a Pelegrin. Y ha medida q han ido pasando los años se acentuaba más…

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  • danityla 6 abril, 2016

    Ese "todavía" final…. Telita lo que se viene. Va a ser divertidísimo.

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  • hola1 6 abril, 2016

    Seguramente sera una serie entretenida, aunque en teoria tendria que pasar el PSG sin pasar demasiados problemas. Se enfrenta un proyecto bastante asentado contra uno que quizas con Pep encuentre su rumbo.

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  • David_Leon 6 abril, 2016

    @hola1

    Me parece increíble, honestamente, la alegría con la que decimos que X cosa va a suceder seguro o casi ^^

    Le hemos perdido demasiado respeto a la Copa de Europa.

    En esta eliminatoria puede pasar de todo. El PSG debe lidiar con ser favorito en cuartos. Ojo con eso.

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  • theblues 6 abril, 2016

    Muy interesante el artículo, que explica cómo estos dos aspirantes a 'grandes del continente' han llegado hasta aquí. Y muy completo, detallando las facilidades y complejidades que ha tenido que afrontar cada uno, así como la necesaria comparativa con el Chelsea incidiendo en las 'first-mover advantages' y las 'latecomer advantages'.

    A ver qué dice el enfrentamiento porque -de momento- solo uno puede dar el salto de meterse por primera vez entre los cuatro grandes de Europa.

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  • @migquintana 6 abril, 2016

    @Andrés Ferreira

    La Premier League ahora mismo está más barata que antes. No hay un equipo dominador y cualquiera que diera un paso adelante a nivel competitivo, como el Chelsea el año pasado, tenía muchas opciones de llevársela. ¿El Manchester City? Pues bueno. En Europa ha tenido mucha mala suerte con los cruces, sobre todo en la era de Mancini, que por eso no pudo meterse en octavos, pero luego está el hecho evidente de que su identidad no le reporta ningún beneficio. El City en Premier es una cosa y, cuando hay que viajar por Europa, esta no vale y se modifica. Y se pierde.

    @theblues

    A mí el PSG me parece que nace con muchas ventajas de base, pero con alguna que otra limitación final para su potencial. Al final, no es la mismo la Ligue 1 que la Premier League a la hora de atraer a los mejores jugadores del mundo. Thiago+Zlatan llegaron de una forma muy particular, y lo de Ángel Di María fue de rebote. Pero vaya, con el tino que están teniendo en fichajes, haciendo de aspiradora en Francia además, la base siempre parece sólida.

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  • @Soprano23 6 abril, 2016

    Aquí se está dando por hecho la victoria del PSG con un rotundidad propia de un Barcelona-Leverkusen o un Real Madrid-Roma y no es el caso. Un City que sabe que ya ha llegado más lejos que en los últimos años, con un entrenador que sabe que no seguirá y que, en teoría, solo le queda enfrentarse a equipos superiores no tiene 'nada' que perder.

    Y un equipo que se encuentra en estas circunstancias que te plantee un partido sin 'El factor Touré de mediocentro' y sin cosas raras tipo Milner mediocentro ante el Barsa, con cracks de verdad como De Bruyne y Agüero, que además cuentan con secundarios como Sterling o Silva, ojito. El PSG es mejor y tiene más opciones de pasar, pero este City, ya solo por plantilla, es mejor a los anteriores. Y no se enfrenta y al Barcelona 14/15, 13/14 ni al Real Madrid 12/13.

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  • @migquintana 6 abril, 2016

    Estoy de acuerdo contigo, @Soprano23.

    De los que juegan mejor de forma continuada, el PSG es el que puede caer más fácil porque es quien tiene menos gol (y un portero menos determinante que no es Oblak, Neuer, Bravo/Stegen o Buffon). Y de los que juegan menos bien de forma continuada, el City es el que puede clasificarse más fácil porque tiene a Kun, Touré, De Bruyne, Silva, Sterling… Evidentemente es una eliminatoria de contrastes, pero para bien y para mal de ambos.

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  • Abel Rojas 6 abril, 2016

    @ Desta

    Qué gusto más peculiar tienes ^^ No por lo del PSG antiguo, sino por el partido del PSG en Stamford Bridge. Aburrirse ahí… es extraño.

    @ Soprano23

    Es que en realidad las limitaciones deportivas del City van a importar relativamente poco. El tema se reduce a una cuestión de carácter. Si el City muestra carácter, eliminatoria va a haber, porque esto es la Champions y siempre suele haberlas si hay grandes jugadores en los dos equipos.

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  • roumagg 6 abril, 2016

    A poco que De Bruyne esté bien, veo a los centrales del PSG desbordados por la situación

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  • @ferpulpillo 6 abril, 2016

    Interesantísimo el análisis, más allá del césped y hablando de todo lo que hay detrás. Bravo.

    Aún así y siendo claro favorito el PSG, como comentáis, el City va a tener más opciones seguro que las que a priori se le dan, aunque creo que la mayoría de ellas van a pasar por como de fino e inspirado esté De Bruyne. En un partido en el que su equipo va a tener poca pelota, me parece el más determinante sin duda.

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  • Calas 6 abril, 2016

    Gran artículo, nunca está de más decirlo. La óptica de explicar de dónde viene cada club desde la irrupción de sus respectivos grandes capitales me parece acertada, y hay cosas en las que no había reparado, como la primera "oleada" de jugadores autóctonos.

    @migquintana @roumagg
    Algo que mencionas, roumagg, me parece que se lo dejó Quintana en el tintero en su anterior comentario: al margen de la falta de gol y las limitaciones del portero, creo que el PSG tiene una pareja de centrales con mucho más nombre que entidad real, y es algo que yo he visto en casi cada partido grande de los franceses, en especial sus dos últimas eliminatorias contra el Chelsea. Vamos, es que quién me iba a decir hace dos años que, aunque fuera por carisma solamente, David Luiz me parecería más fiable que Thiago SIlva para días como hoy.

    En cualquier caso hoy juega Motta (siempre un placer), y veremos si seguirá siendo decisivo Ibrahimovic, lo cual sumado a la incógnita de lo que puede hacerle Agüero a la pareja de centrales parisina + Trapp supone muchos alicientes para disfrutar del partido.

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  • @migquintana 6 abril, 2016

    @Calas

    Cierto es.

    Thiago Silva + David Luiz, como pareja, tienen más caché que solidez. Sobre todo por parte de la pieza que debería ser la que elevase el nivel competitivo del PSG, que no es otra que la de Thiago. A mí ahí me ofrece dudas. Y el Kun Agüero ni siquiera necesita un central con dudas como para marcar diferencias por sí mismo. Eso sí, como dices, es que juega el gran Motta. Y eso significa tener todo el control que desearía un equipo de Pellegrini.

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  • Fernando 6 abril, 2016

    Y hablando de un hipotético futuro. Suponiendo que los dos lleguen a dominar la liga, y aspiren a ganar la Champions.. No creéis que esa falta de competitividad de la Ligue1 le pueda pasar factura al PSG, frente a rivales que tienen que luchar cada fin de semana?

    Me refiero a lo que pasó con el Bayern de Guardiola contra el Madrid de la décima. No digo que los alemanes llegaran como favoritos, pero no para llevarse un 4-0. Teniendo la liga resuelta, dio la sensación de que les costó encontrar la chispa

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  • @DavidLeonRon 6 abril, 2016

    @Fernando

    Yo creo que es algo obvio y que les viene sucediendo estos años. La piel competitiva la están teniendo que coger en las eliminaciones contra el Barcelona. Quizás ya están en ese punto, veremos.

    A todo esto, ¿para cuánto tiene Verratti?

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  • @migquintana 6 abril, 2016

    Se decía que podría estar para el partido de vuelta.

    Aunque forzando, ya sabes.

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  • @Hector_PerezP 6 abril, 2016

    Los últimos dos párrafos me parece que dan de lleno en la clave de lo que diferencia a un club del otro y como, pese a tener un mismo punto de partida, ambos han llevado caminos distintos como bien vas comentando en el texto.

    Personalmente, la sensación que me deja el Manchester City cada vez que le veo jugar es de que calidad no le falta, como es obvio, pero no me parece que tenga una guía sobre la que desarrollarse en el campo. Quiero decir, el Manchester City muchas veces parece depender de lo puramente individual (acciones de jugadores como Agüero, Silva o Touré Yaya), dando igual el cómo funcione el colectivo. Y creo que en el colectivo es donde no se da con la tecla. Creo que en demasiadas ocasiones, sobre todo ante equipos de igual o mayor nivel, parece un equipo algo frágil o difuso para llegar a competir en ese primer nivel, o que se le pueda poner en ese escalón. Es verdad que luego tienen momentos muy buenos, de reacciones importantes, pero me parecen algo que puede entrar en el guión de equipos así.

    Creo que es un equipo que no ha planteado bien una base sobre la que desarrollarse. Como bien se expone en el texto, Mancini dio un sentido, pero con la llegada de Pellegrini el proyecto cobró otro. Cuando el equipo consiga tener un rumbo fijo, y mejorar en algunos aspectos creo que se comenzará a ver realmente la calidad tanto individual como colectiva que tienen (en mayor medida). Aún así me parece que ahora mismo PSG y Manchester City presentan una diferencia considerable, pero en estos enfrentamientos nunca se sabe.

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  • eldayan 6 abril, 2016

    y las limitaciones del portero…

    He visto algunos partidos sueltos del PSG y no me parece para nada que Trapp sea un "trapo" como se deja ver en los comentarios del algunos….

    El alemán no es un De Gea, pero le he visto y es buen arquero, por algo es el titular de todo un PSG por delante de tipos como Sirigu y Douchez.

    He visto partidos sueltos donde el PSG gana holgado (como casi siempre) mientras hay partido, el hombre ha respondido y ha resuelto impidiendo empates o ventajas del contrario. Le llegan muy poco, pero cuando le llegan, suele acertar, lo cual es de agradecer en un equipo grande máxime en el escenario de la Ligue 1.

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  • Calas 6 abril, 2016

    @eldayan
    Por la parte que me toca, pues soy uno de los que mencionaron el tema del portero… si prefieres "Trapp no es un valor competitivo de primerísimo nivel, o élite, como Courtois, De gea o los mencionados por @migquintana en su comentario…" así sea. No creo que sea un seguro muy fiable al que aferrarse en casos de necesidad, un portero diferencial en cuartos de Champions, ni una de las razones por las que el PSG es favorito. Nadie ha dicho que sea un trapo, (de hecho, opino que en un día inspirado puede hacer dos manos salvadoras, le tengo por ese tipo de portero). También es muy capaz de cometer un error grave, sólo debes buscar en youtube, si bien no me gustan mucho ese tipo de cosas. En este artículo comentan por encima el tema de su accidentado inicio de campaña http://bleacherreport.com/articles/2606530-why-ke… con varios errores que costaron goles (o casi).

    En cuanto a lo que dices de su competencia con Sirigu, yo tengo entendido que se debe a una cuestión de estilo, pues el alemán tiene mejor juego de pies y eso casa con el juego del PSG. Al margen, aún tiene 22 años, le queda una vida futbolística de crecimiento por delante. Pero de esto no sé suficiente para decirte más, no es una titularidad carente de polémica en Francia según tengo entendido.

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  • @juantxo_2 6 abril, 2016

    Me gustaría recordar, que el año que viene aparece Pep Guardiola en el City. Veremos que evolución da Pep a este equipo, pero creo que nos lo vamos a pasar mejor viendo al City que al Bayern. Espero que invente algo nuevo, es un escenario totalmente raso para el, mas al estilo Barça cuando el llego. El otro dia hablando con un amigo del City y Pep se nos ocurrio la posibilidad de buscar un nuevo Messi en Dybala. Obviamente conseguir su nivel es imposible, pero en ciertas características yo creo que se asemejan, y Pep puede hacer maravillas con el…

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  • Fays 6 abril, 2016

    Gran artículo.
    Creo que la influencia de la Premier en el City fue más allá de la competencia. El ManCity la ganó, pero no la dominó desde una forma distinta (o al menos no mucho) de lo que es esa competición, sino que lo hizo desde el ser más potente en lo que se hace en Inglaterra…y ser potente en Inglaterra garantiza muy poco,más bien nada, en Europa hoy en día. En mi opinión ese es un matiz que ha hecho daño a los de Manchester .En la Champions no domina un ataque potente con una defensa cumplidora (como mucho) y un nulo dominio táctico en grandes citas porque Leo o Cristiano siempre van a meter uno más que tú jugando de esa forma.
    De hecho, creo que lo que va a hacer a Pep dominar Inglaterra va a ser dotar al City de estos factores. Y lo espero. Lo dice alguien que está deseando ver en la grada de una final de la Copa de Europa a un Gallagher borracho y eufórico.

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