La lógica del fútbol dice que un equipo con la calidad individual del RCD Espanyol no puede descender. Tienen a ese delantero de 15 goles que «te garantiza la permanencia», a esos extremos que no necesitan prácticamente nada para dejar atrás a sus marcas e, incluso, a esa joven perla que aspira a condicionar eliminatorias de Champions en unos pocos años. En este sentido, los pericos tienen todos los tipos de atajos que existen para encontrar la senda de la victoria en cualquier partido y, prácticamente, ante cualquier rival. Así que si no la encuentran, si un club con Felipe Caicedo, Burgui, Hernán Pérez, Gerard Moreno y Marco Asensio está a un sólo punto del descenso, es porque algo fundamental les debe estar faltando.
Tácticamente, el Espanyol lleva tiempo sin poder definirse.
El problema del RCD Espanyol es 100% colectivoDefinir qué le falta al Espanyol para ser un buen equipo no resulta fácil. Quizás echa de menos algo de experiencia y oficio en el centro de la zaga, ya que Álvaro y Enzo Roco no están rindiendo al nivel esperado –y por eso ha llegado Óscar Duarte-. Seguramente también le falta un perfil muy concreto en el centro del campo, que viene a ser aquel que pueda juntar e involucrar con balón a todo el equipo. Sergio González lo intentó a su manera con Víctor Álvarez en izquierda y Constantin Galca hizo lo propio con Joan Jordán o Salva Sevilla, pero ninguno ha tenido el impacto deseado. Es decir, que pese a lo bien que pareció resolver su complicado verano, el Espanyol tiene carencias y limitaciones estructurales en plantilla, pero como las tienen el 80% de equipos de la Liga. Es más, sus problemas son incluso de menor calado que los de otros equipos, pues cuenta con un tipo de talento que tácticamente no se puede imitar y que, además, con sus altibajos, está respondiendo siempre que puede. El problema, por tanto, no es invididual. Es colectivo. Porque al Espanyol le falta lo que el resto sí tiene: un plan de juego.
Si uno se pone a repasar los últimos cinco partidos de cada equipo de la Liga BBVA, se encuentra con sólo dos equipos que resultan imposibles de definir: el Valencia CF de Gary Neville y el propio RCD Espanyol de Galca. El resto, también con sus limitaciones y problemas, saben muy bien lo que hacer en cada partido, y así lo demuestran. El Levante, la UD Las Palmas, el Sporting, el Real Betis, el Rayo Vallecano, la Real Sociedad… Todos estos equipos son extremadamente reconocibles. Saben qué camino les acerca a la victoria, y saben cómo intentar que los partidos tomen ese rumbo. Resumiendo: tienen un plan, un método, un estilo. Una idea que articula todas sus habilidades, sean estas de un tipo o de otro.
Galca no ha encontrado la forma de articular a su equipo.
Y esto para el Espanyol es un problema evidente. No sólo porque no la tienen ellos, por más que Galca haya buscado una versión más asociativa para luego pasar a otra de más transiciones, sino sobre todo porque sí la tienen los demás. Ahora mismo, en pleno 2016, competir en la Liga sin contar con un soporte táctico que ejerza de base de todo lo demás se antoja imposible. El talento e impacto de las pizarras es tan brutal que está condicionando la mayoría de partidos. Y por esto, pese a su talento individual, el Espanyol siempre parece ir a merced de la voluntad de los rivales, que tienen más claro cómo, cuándo, dónde y por qué van a ganar.
Uruguayoafull 20 febrero, 2016
Eso nos abre a una discusión antigua, que grado de incidencia tiene un cuerpo técnico en el exito de un equipo? Se puede hablar de algún porcentaje?
Haciendo un paralelismo a nivel selecciones, yo veo que la pizarra europea esta distanciada de la sudamericana y sobre todo de sus dos potencias Brasil y Argentina, jugadores no faltan pero la verde amarelha se quedo en ese futbol físico "paulista" cosa que le dio resultado del 94 hasta el golpazo en casa y los vecinos del plata confundidos sin rumbo los últimos años. uno ve a Francia, Alemania, España y juegan otro deporte.
Perdon me fui un poco de tema, abrazo.