Holanda no estará en la Eurocopa 2016. Una horrible fase de clasificación ha dejado fuera del torneo al conjunto entrenado por Danny Blind. En realidad, el país no es ajeno históricamente a estos dramas. Ya en 2002, Louis Van Gaal no pudo meter a los suyos en la cita de Corea y Japón, algo que tampoco era novedad, pues Holanda ya estuvo dos décadas –entre 1950 y 1970– sin acudir a una Copa del Mundo. El fútbol tulipán debe su prestigio en enorme medida a la obra de Cruyff en el Mundial de Alemania 74. El Flaco creó a Holanda como referencia balompédica. Tras él llegaron nuevos rostros para el olimpo del fútbol nacional. Los más señalados, casi siempre Marco Van Basten y Ruud Gullit, campeones de la Euro 88. Parece justo. Tanto como reivindicar la figura de Arjen Robben, autor de prodigios muy poco frecuentes.
Las peculiaridades de la carrera de Arjen Robben nos llevan a no valorar su impresionante trayectoria
Antes de llegar a la parte feliz del cuento, antes de que pudiera empezar a sonreír, Robben tuvo que pasar por mucho. El Chelsea de Mourinho y la Premier le acogieron tras dejar el PSV Eindhoven como una promesa relevante. José montó un equipo a su medida, con extremos abiertos y gusto por la velocidad y la contra. Robben era un crío de 20 años, inmaduro como para reinar en Europa pero sobrado para ser una atracción constante. “Aún no tengo el nivel de Ronaldinho”, decía. Cierto. Las lesiones le impidieron una mayor continuidad pero el potencial era latente. Por eso el Real Madrid pagó casi 40 kilos por él.
En Madrid, las lesiones le torturaron. Solo pudo disputar 21 partidos de Liga en su primer año, en el que al menos logró proclamarse campeón. Individualmente, mejor le fue en la segunda campaña, en la que por fin vimos al Robben del Chelsea. Incluso llegó a ser considerado durante un tiempo la respuesta competitiva al primer Messi de Guardiola. Pero entre percances físicos (¡promediaba lesionarse cada cinco partidos!), la falta de apuesta total por él y la llegada al club de Cristiano Ronaldo y Kaká, Robben dijo adiós a España.
Entonces apareció el Bayern. Múnich y el gigante alemán se lo han dado todo. En 2015, Arjen Robben goza de status de crack absoluto, capaz de intimidar y decidir el partido más exigente. Lo que ya no se recuerda es que hasta elRobben era un ganador que perdía. Solo eso último minuto de la final de la Champions League 2013, en Wembley, Arjen cargaba la cruel etiqueta de perdedor. Daba igual que hubiera alcanzado la ansiada regularidad. Poco importaba que sus cifras goleadoras se hubieran elevado brutalmente (40 tantos en tres ligas); Robben era gafe. Es innegable que su relación con la derrota empezaba a ser dolorosa. Arjen había perdido la final de la Champions 2010. Dos años más tarde, la cosa fue más allá: Robben erró un penalti decisivo en la final ante el Chelsea, disputada en el Allianz. Entre medias, claro está, la jugada del Soccer City. El pie de Casillas en la final del Mundial de Sudáfrica. Un gol hecho que no se dio y a la postre, una acción que nos confundió demasiado a todos.
Robben ha guiado a Holanda como un crack histórico. Sus Mundiales 2010 y 2014 son muy potentes
Y es que nada malo puede decirse de aquel mes de Robben en Sudáfrica. Arjen ejerció de estrella decisiva con el peso de los grandes, incluso en los momentos en los que individualmente no pudo destacar. Un ejemplo de esto lo vimos ante Brasil, en cuartos de final. La Pentacampeona se había paseado por el torneo con unRobben fue grande en Sudáfrica pese a Iker equilibrio defensivo sobresaliente y un poderoso contragolpe. Ante Holanda, toda la preocupación de Dunga radicaba en no dejar salir de la banda a Robben. Que no hiciera ni una sola diagonal de las suyas. Durante 45 minutos, el trabajo de Bastos, Melo y compañía fue excelso, desnudando la única gran carencia de Arjen: sus previsibles movimientos. Sin embargo, bastó que Brasil dudara un instante tras recibir el empate para que el extremo oliese la sangre. Su reacción al miedo brasileño delató la grandeza del futbolista. Arjen no era –ni es– un jugador infinito pero sí es, en cambio, un ganador salvaje. Tras aquello llegó el gol a Uruguay en semis y la final perdida. Pese al planteamiento ultradefensivo de Holanda, a Robben le alcanzó para traer de cabeza a aquella España toda la noche. ¿Cuántos futbolistas lograron eso?
Y sin embargo, Brasil 2014 fue otra cosa. Muy pocas veces se vio un jugador en semejante estado de forma en una Copa del Mundo. Robben, literalmente, volaba. La jugada que mejor escenifica el trance de Arjen es su segundo gol a España. El crack del Bayern aplastó en carrera a Sergio Ramos con un sprint propio de velocista de 100 metros lisos. No contento con eso, se permitió el lujo de controlar, girar y regatear a Casillas sin que su musculatura sufriese lo más mínimo. Por supuesto, la rabia y la venganza por lo sucedido cuatro años antes eran emociones que impulsaban a Robben aquel día. Qué menos. Pero es que ante Chile, la intensísima Chile, Arjen rozó un gol maradoniano tras una carrera de 40 metros, gol que sí pudo anotar frente a Australia. Era un torbellino. Una manada que solo el corazón argentino pudo parar a costa de invertirlo todo en defensa, incluido a Leo Messi. Como siempre, la ausencia de medalla de oro mermó el recuerdo de lo visto sobre el césped. Por eso, solo por eso, hoy no tenemos a Arjen Robben como una figura de mucho mayor calado. Pero hagámonos la siguiente pregunta: ¿Qué crack –no importa la época– ha realizado dos Mundiales consecutivos tan completos y determinantes? Pocos. Muy pocos. En el escalafón de la selección holandesa, quizá solo Cruyff tiene derecho absoluto a mirarle por encima del hombro. Ante el resto no palidece. Y es que Robben, ya podemos confirmarlo, es historia grande.
@_H___H_ 19 noviembre, 2015
Excelente reflexión, en verdad cuando uno piensa en la carrera de Robben ha sido un verdadero crack, lo sorprendente es que pienso en jugadores como Ibrahimovich y casi que noto que en la memoria de los aficionados están mucho más presentes, a pesar de no haber logrado las cosas que logró Robben a nivel de continuidad en las grandes citas y nivel futbolístico.
Creo que consiguió superar la adversidad como pocos en el campo de juego (y fuera de él) y eso es sumamente admirable, aunque tal vez le faltó en los pequeños momentos que definen la diferencia entre los grandes un poquito más de fe en sí mismo o en sus compañeros, o tal vez un poquito más de convicción ante la duda, cosa que es inmensamente difícil, para ser justos, y que hasta los que parecen súper hombres en algún momento no lo han logrado, además de ser mucho más fácil de diagnosticar desde aquí que dentro del campo.
Es impresionante como las jugadas puntuales pueden definir tanto en este juego, una vez escribí una pequeña columna sobre una jugada que pudo haber hecho que Alemania no fuera campeona del mundo (contra ghana), y en el caso de Robben, aparte del recordado gol que no pudo convertirle a Casillas yo me quedo con la jugada en la que Mascherano le bloquea el tiro en la semifinal del año pasado. Estaba convencido de que era el momento de Robben, que finalmente iba a conseguir graduarse como campeón y jugador decisivo pero en esa jugada me di cuenta que volvió a dudar, como cuatro años antes, la mente fue su peor enemigo y al recibir el balón pensó de más, dudó; era un control correcto y estaba en la posición exacta para hacer el "gol de Robben", sólo tenía que tirar, con sólo un remate promedio suyo iba a ser gol, estaba lo suficientemente cerca y bien colocado para que lo fuera.
Sin embargo pareciera que su mente le hubiera dicho "no, no puede ser tan fácil", y al quedarse pensando y querer acercarse más al arco dio un toque de más al balón y le dio el tiempo a Mascherano para alcanzarlo y bloquearlo, dejando su oportunidad más clara de todo el partido en un remate bloqueado, es verdad que al verse sin defensas al frente la ilusión de tener más tiempo para actuar lo engañó.
El fútbol es tan complejo porque a veces te exige ser más inteligente y pensar y otras veces te exige tener más fe que los demás y no pensar, sólo actuar.