Chile consagró su proyecto el día que más lo deseaba ante una Uruguay que llegó a prometérselas felices. No porque el envite deambulara por cauces rigurosamente favorables a los celestes, sino porque se repitieron esas condiciones que, por causas aleatorias y de mítica explicación, le han reportado tanto y tanto éxito en el ciclo de Tabárez. O sea, el juego era más lento de lo normal, en el carril central había una alta dosis de contacto físico y los centrales despejaban todo como un frontón aunque pareciera imposible. Cuando ocurre esto, por sana costumbre inferimos que ganarán los uruguayos. Por eso hubo tanto mérito chileno. Siguió a su rollo sin dejarse llevar.
Isla fue la gran constanteSobresalieron dos nombres. El primero fue Mauricio Isla, lateral derecho del 4-3-1-2 de Sampaoli. Ofreció una línea de pase constante a cada compañero rojo que permitió a su Selección mover la pelota con un mínimo de ritmo. No era el habitual de Chile, eso Uruguay lo evita como ninguna otra, era sensiblemente más bajo, pero aparentó ser suficiente como para que la grada del Estadio Nacional no se volviera tarumba. Gary Medel, central derecho, supo aprovechar la atención que acaparaba Marcelo Díaz en la iniciación, condujo la pelota libre de Rolan y Cavani, atrajo hacia sí al Cebolla Rodríguez y dejó a Isla en igualdad numérica contra un ansioso Fucile. En ese punto, lo destacable estribó en la toma de decisiones del propio Mauricio. Sólo centró cuando debió. La base de su juego fue el pase atrás hacia Vidal -principal finalizador- o Valdivia.
Un astuto Valdivia fue la variante contra la que Uruguay no pudo.
Y es que fue la noche del Mago. El virtuoso Mago Valdivia ha dado un paso al frente en esta Copa América 2015 y está completando, a sus 31 años, su torneo más competitivo con La Roja. Se le ve posado para no acercarse al balón más de lo justo y poder así recibir entre líneas, y una vez lo logra, actúa con la misma frialdad, usando sus trucos cuando tocan y la simpleza casi siempre. Y como técnicamente él es el fino de la Selección, compensó en el carril central la falta de fútbol provocada por la imprecisión de Alexis y la impulsividad de Arturo. Valdivia tocando pelota y filtrando pases fue el cabo suelto del Maestro Tabárez. Ante Uruguay, los magos siempre juegan mal. En cuanto uno lo hizo bien, se clasificó. Que él asistiera a Isla en el tanto del triunfo fue justicia poética. Y coherencia táctica. El encuentro siempre estuvo ahí.
hola 25 junio, 2015
No visto el partido porque me dormi(lo vere repetido el fin de semana), el partido de Valdivia ha sido de 9 o 10 de nota?