Mejores equipos que la Juventus de Turín se han quedado por el camino en esta edición de la Champions. De hecho, ha alcanzado la semifinal y en su trayectoria no hay un solo partido que intimide de veras a un gigante. En cierto modo, es víctima de la Liga italiana como los ingleses lo son de la Premier. Aquéllos muestran una insustancialidad en el centro del campo que les impide dominar y estos juegan con una lentitud supina que les hace desbordables. Sin embargo, cuando el bombo les emparejó con el vigente campeón de Europa, celebraron su ventura. Y tal fiesta no estuvo exenta de motivo. Aparte de que el mero concurso de Tévez ya le otorga esperanza, pues se trata de un delantero con talento para integrar la BBC o la MSN sin que ninguna se resienta, Allegri imprime un estilo y dibuja una táctica que pueden eliminar al Real Madrid. La Juve se adapta bastante bien a las posibles lagunas blancas.
Suele destacarse en los grandes conjuntos robar la pelota arriba. Se alude a su preparación física o al compromiso de sus delanteros para exaltar semejante virtud. Pero rara vez reside ahí la explicación. Los candidatos más firmes a la Liga de Campeones a menudo cuentan con presupuestos desorbitados que se convierten en colecciones de futbolistas talentosos, de tipos que destacan por lo que hacen con la pelota en los pies y que carecen por norma de capacidad de sufrimiento, corrección o concentración. Si sisan arriba no se debe a su intensidad, sino a que, a partir de su ataque, desordenan tanto al contrario que, luego, cuando pierden el balón, con apretar tres segundos breves lo recuperan sin mucho esfuerzo. Detentar esta bondad es señal de gran equipo y un aval competitivo de primer nivel, no se pretende minusvalorar algo fantástico, pero hay que especificar una cosa importante: estas plantillas no pueden defender 90 minutos (¡ni 25!) en campo contrario frente a rivales con buen manejo de pelota. Llegarían tarde desde el principio y se cansarían a no mucho tardar. La Juventus de Allegri, por el contrario, sí que puede hacerlo. Si lo desea.
La salida de balón del Real Madrid podría volver a ser uno de sus puntos más exigidos por el rival.
Allegri tiene un plantel ideal para defender muy bien en campo contrarioEl biotipo estándar de jugador de la Juve es físico, sacrificado e hiperactivo. Su pareja de puntas, conformada por Tévez y Morata, resulta absolutamente condicionante a nivel defensivo, como pocas se recuerdan en la Copa de Europa. Corren sin parar y lo hacen con inteligencia; sus esfuerzos no son en vano. Ensucian al contrario. Por detrás, entendiendo que el habitual 4-3-1-2 salga como dibujo escogido, maneja cinco hombres para cuatro puestos. Dejemos apartado a Pirlo de momento. Los otros son Marchisio, Vidal, Pereira y el lesionado Pogba, todos ellos auténticos especialistas en lo vinculado a la suma de kilómetros sin descanso requerido. Asumiendo que los bianconeri afirmen con sinceridad lo de que se han estudiado la gran racha de Simeone contra Ancelotti, el truco debió quedarles diáfano: el Atlético creó fortalezas única y exclusivamente cuando pudo hacer de la salida de balón blanca un problema de carácter vírico. Menguar sus primeros pases, forzar la salida en largo, fomentaría sus opciones. Y hoy se presumen muchas bajas importantes en el circuito de iniciación del Real. Si se confirma la alineación prevista, se habla de Marcelo y Modric ausentes y de Ramos y James fuera de posición.
Isco podría sufrir mucho contra las llegadas del agresivo Marchisio al corazón del área de Casillas.
También con balón ofrece ventajas a Allegri su línea de centrocampistas. A menudo hablamos de sistemas defensivos basados en la acumulación; son aquéllos que se protegen situando una cantidad desmedida de hombres cerca de su portero, sin demasiada sensación de orden pero con un efecto preventivo patente. Pues la Juve da la vuelta al campo y puede esgrimirse que ataca por acumulación. La mayoría de sus jugadas ganadoras nacen desde el aplastamiento, ya sean los desmarques profundos de Morata o las irrupciones masivas de Vidal y sus compinches. Los toques de calidad quedan reservados a Pirlo –muy a los lejos, donde ningún merengue muerde– y a un Tévez que suele inclinarse hacia su izquierda, la zona que hoy el Madrid defenderá con un no-especialista, Sergio Ramos. Se une esta posible disfunción al hecho de que Kroos no lleva bien lo de cazar, anular o despejar segundas jugadas, o al de que las persecuciones de Isco al interior adversario no acostumbran a ser un ejemplo para las escuelas. Las virtudes ofensivas de la Vecchia Signora demandan saltos, carreras y choques. Y un portero que sume paradas. Ojo a este asunto. Hace una semana vimos al Celta de Berizzo chutar desde cualquier posición como si el arquero del Madrid no le inspirase respeto alguno. Pareció algo exagerado, pero ciertamente Casillas encuentra muchos problemas para despegarse del suelo y realizar una estirada. Podría ser decisivo ante una escuadra llena de futbolistas con buen chut de media distancia que, además, prueba fortuna con frecuencia.
Si Allegri sacrifica al «Tuco» Pereyra en favor de un central más, Kroos vivirá mucho más cómodo.
Este texto no debe ser leído como un análisis global. En Ecos del Balón intentamos esquivar en la medida de lo posible el formato de previa que lo cubra todo; preferimos presentar cada partido importante con una serie de trabajos que se complementen entre sí. Se enlazará en la parte de abajo el resto de los contenidos relacionados. El que ahora nos ocupa queda dedicado a las fortalezas del centro del campo juventino, a los argumentos que el conjunto de menos calidad puede emplear para equilibrar o decantar la eliminatoria. De ahí su aparente color bianconero. En unas semifinales de la UEFA Champions League, cualquiera acapara repertorio para ser considerado con honores. Mucho más aún si se trata de una entidad legendaria situada a 180 minutos del encuentro que consagra una carrera. Chiellini, Bonucci, Lichtsteiner, Marchisio, Llorente o Vidal están a un paso de vivir lo que, quizá, si no viven ahora no vivirán nunca. Alentados por una grada que sabe perfectamente lo que esto significa, ¿qué no se van a dejar sobre el césped del estadio? Lo cual no quita que, como el Madrid penetre en la mitad de Buffon, no se sabe cómo van a parar a Isco, James, Bale y Cristiano. Mucha traca para la zona de Pirlo. Tanto que se contempla que Marchisio haga de Pirlo, Pirlo de Vidal y Vidal de Marchisio. Y todo lo que sea alejar llegadores de Pepe y Varane, alivia a Ancelotti.
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Abel Rojas 5 mayo, 2015
Toda la información que se lee acerca de la Juventus es de carácter conservador. Personalmente no lo entiendo. Que si Marchisio de pivote, que si tres centrales… Mi sensación es que la Juve tiene que marcar la diferencia hoy y que puede hacerlo -aunque no sea lo más probable del mundo obviamente-. Sobrevivir al Bernabéu si no se va en ventaja ya sí que me parece casi milagroso. El Bernabéu en la Champions tiene los registros que tiene. Desde que arrancó "esta época", el único equipo que ha obtenido un resultado positivo en el Bernabéu en un partido grande ha sido el Barça de Pep.
Además, ni siquiera tengo claro que con tres centrales la Juve ganase mucha solidez. Sí en el área y en transición defensiva -si ataca-, pero Carvajal y Coentrao darían muchos metros al Madrid en ese caso. No digamos si Marcelo es titular -a lo que, pese a su horrible momento de forma, le veo muchas más ventajas que desventajas para el Madrid-.