La formidable racha del Atlético en el derbi de Madrid puede generar una sensación de dominio rojiblanco que, a tenor del juego, no ha existido. No es que sus victorias hayan caído por fortuna, los detalles le salieron a favor porque tiene más calidad que el Real en varios puntos muy concretos de gran impacto en el marcador final -mejor portero, mejor balón parado y mejor juego directo-, pero en lo que se refiere a lo general, si exceptuamos el histórico 4-0, culmen de la Zona Fantasma, lo que los derbis han enseñado ha sido un Atleti que frenaba bien a Ronaldo y compañía… a costa de no atacar nunca. Seis partidos de muestra contrastan que, apenas con esto, a Simeone ya le vale, pero tampoco parece una garantía que el Madrid, con tanta presencia cerca de Oblak y sin apenas recibir ocasiones, siga fallando y fallando. Dicho de otro modo, cuesta pensar que si se repitiera el partido del martes pasado, o la ida de la Supercopa, o el primer derbi de la Liga, Ancelotti siguiera sin ganar. Quizá por eso, el Cholo ajuste.
El Real cimentó su superioridad en la ida en la salida de balón.
Marcelo y Luka, receptoresEl fútbol es de los futbolistas y el Madrid ha perdido a varios de los muy, muy buenos. Marcelo, Modric, Bale y Benzema implican ausencias que no solo bajan el nivel, sino que impiden el desarrollo natural del plan que, ocho días atrás, empobreció al Atleti en el Calderón. En particular las de Marcelo y Modric afectan de manera íntima a la parte del juego que le dio a su equipo el cetro, la salida de balón. Varane, Ramos y Kroos superaron en número y acierto a Griezmann y Mandzukic, metieron primeros pases de mucha calidad y desactivaron el venenoso recurso de la Zona Fantasma. Marcelo en la izquierda y Modric en la derecha fueron los principales receptores de esos pases iniciales. Su posición abierta, la eficacia de sus controles y su creatividad posterior resultaron cruciales en que lo único que pudiese hacer Simeone fuese parapetarse en su área y, hasta el último cuarto de hora, firmar el 0-0.
Sin Modric, la Zona Fantasma puede recobrar protagonismo.
En primer y optimista lugar -en clave colchonera-, las meras bajas de Marcelo y aún más Modric podrían revivir el éxito de la Zona Fantasma sin realizar ajuste alguno. No en vano, los tres encuentros donde más valor ha tomado ésta tuvieron como denominador común la ausencia del jefe croata. Dicho esto, la ida está demasiado reciente, y por lo tanto, el Real baraja con meridiana claridad qué tipo de movimientos le dan el mando. Tácticamente, va a conocer la lección. Si el Atlético se muestra en exceso conservador y da aire a Isco e Illarramendi, ambos futbolistas poseen clase de sobra para aplicar el modelo del Calderón.
Ya lo hemos apuntado. En casa, de forma prudente, cuando el Madrid siguió la hoja y borró la Zona Fantasma, Simeone optó por replegar atrás y ralentizar con ello el ataque blanco, al peaje expuesto en el primer párrafo de este texto: no finalizó ni un contraataque porque, cuando los empieza desde muy abajo, le cuesta frente a todos y ante Ramos, Varane o Pepe, más todavía. La alternativa arriesgada, que de ejecutarse con atino eludiría el problema de la discreta contra, era, en vez de replegar, apretar más fuerte, meter más el pie y buscar robar arriba, pero no se presumía halagüeña porque, con esa actitud, un simple giro de Modric o Marcelo hubiera bastado para eliminar una línea de presión. Y tras eso, Bale corriendo y Benzema picoteando. La pregunta para esta noche radica en: sin Luka y Marcelo girando, ni Gareth corriendo ni Karim picoteando, ¿no pasa a ser un riesgo mucho menor salir a morder? Entre presionar a Modric con la amenaza de Bale y presionar a Illarra sin la amenaza galesa hay diferencia. Amplia.
Papua 22 abril, 2015
Sois cracks!