«Cuando llegaba el domingo tenías preparada la rutina de siempre: levantarte sin el despertador, hacer alguna que otra tarea pendiente y luego, directamente, irte al campo a animar a tu club. Pero este año, sin equipo al que apoyar, no sabías que hacer. Los domingos eran muy raros. Veías fútbol por la tele, sí, pero no era lo mismo. No era igual. Los fines de semana se hacían demasiado largos».
Manuel Prieto, a quien pertenecen estas palabras, es un joven y pasional futbolero al que le arrebataron el club de su ciudad el 18 de junio de 2013. Aquel día, tras 90 años de historia y por medio de una resolución judicial, la Unión Deportiva Salamanca desapareció de forma definitiva sin que nadie pudiera -o quisiera- evitarlo. Y Manuel, socio desde los diez años e incondicional del Helmántico, que ni siquiera había vivido de cerca las etapas de la UDS en Primera y que, de hecho, ya estaba acostumbrado a que en las tertulias se hablara más de términos económicos que futbolísticos, se quedó sin una parte de sí mismo.
La última década de la Unión Deportiva Salamanca estuvo marcada por los problemas económicos.
La afición se opuso a la refundación de HidalgoAl igual que antes le sucediera a Logroño, Mérida o Almendralejo, Salamanca perdió a su histórico equipo de fútbol a cuenta del doloroso descenso a Segunda B en 2011, los graves problemas económicos y la falta de acuerdo entre las partes implicadas. Sin embargo, como muestra inequívoca de lo especial de este deporte, la afición en ningún momento había dejado de lado a su equipo. «El último año, antes de desaparecer, la Unión fue a jugar a Fuenlabrada un domingo por la mañana y en las gradas había 900 aficionados apoyando. La gente estaba enfadada, pero no abandonó al club», nos cuenta Sergio Villardón, periodista de «Salamanca 24horas». En esos días de poco fútbol y mucho despacho en los que un ascenso frustrado a Segunda prácticamente significaba «que al punto final de los finales no le siguiesen dos puntos suspensivos», Juan José Hidalgo intentó impulsar la vía de la refundación. El ex-presidente charro, hombre de posibles y muchas influencias, no creía realista el plan de viabilidad que hubiera permitido seguir con vida a la Unión Deportiva Salamanca, pero su idea se encontró con el rechazo frontal de la masa social más activa del club. «La gente quería a la Unión, no a otro equipo. Jugara donde jugara», comenta Sergio después de apuntar como «la afición se manifestó contra el proyecto de Hidalgo desde el día en el que éste anunció su idea de comprar la plaza y refundar el club».
Muchos de esos aficionados que estuvieron en Fuenlabrada animando al Salamanca en su vagar por la Segunda B y que, posteriormente, se mostraron contrarios a la idea de la refundación, se unieron en el último mes de vida de la UDS bajo la «Plataforma de Aficionados de la Unión». Su primer y único objetivo, el de intentar que la Unión Deportiva Salamanca siguiese compitiendo, fuera donde fuera, no fue posible cumplirlo, pero de aquel esfuerzo, dedicación y pasión surgiría una idea que, a través de WhatsApp y de Skype, iría creciendo hasta hacerse realidad: fundar un nuevo club. Fundar el Unionistas de Salamanca CF.
«Unionistas de Salamanca CF jura fidelidad eterna al club UDS, y no trata, ni jamás lo hará, de suplantar o hacerse pasar por él, ni se considera representante, ni heredero de dicho club, posicionándose radicalmente en contra, y condenando a cualquier otro club que hubiese intentado o intentase realizarlo».
Así reza el cuarto artículo de los Estatutos Fundacionales de Unionistas, el club que preside Javier Tejedor desde el 8 de abril de este mismo año. Y quien mejor que él para, de forma más concreta y directa, definir la relación entre ambas entidades: «A nivel institucional, la relación de Unionistas con la Unión Deportiva Salamanca es nula. La relación parte de que los que fundamos Unionistas éramos aficionados y peñistas, seguramente de los más activos, de la Unión. Los que más viajaban, los que siempre estábamos en el campo, los que tenían todo el merchandaising, los que íbamos a las ampliaciones de capital…». El primer presidente de la historia de Unionistas, que dice de sí mismo que «la pedrada ya le venía de casa» cuando es preguntado si se veía estando tan involucrado en un equipo de fútbol, no deja lugar a la interpretación ni a la negociación: el nuevo club no es el sucesor de la histórica UDS. Una declaración de intenciones que, de forma mayoritaria, ha sido vista con muy buenos ojos por todos. «Me siento muy orgulloso y satisfecho por ver cómo Unionistas pretende homenajear a la UDS. Después de estar tanto tiempo en el Salamanca fue duro vivir todo lo que pasó con el club. Ya estaba fuera cuando desapareció, pero lo pasé mal. Y tras toda esa tristeza inicial, ha venido todo lo contrario en forma de ilusión», cuenta Antonio Paz. Su historia no puede ser más simbólica: canterano de la extinta Unión desde alevines hasta el Juvenil División de Honor, ahora defiende los colores de Unionistas desde el puesto de central. Y con el brazalete de capitán en el brazo.
La razón de ser de Unionistas es, por tanto, homenajear a la desaparecida UDS trazando su propio camino y compartiendo el corazón de sus hinchas. Un camino que, al contrario que el Salamanca Athletic Club de Hidalgo, iba a comenzar desde lo más bajo del fútbol nacional: la primera provincial. Sobre esta decisión, lo que transmiten todos los estamentos del club es que «fue muy fácil de tomar». Por consensuada y por coherente con su discurso. De ahí que aficionados como Manuel Prieto, quien no tardó en hacerse socio de Unionistas y que ahora ya es un habitual de sus partidos, sientan un evidente orgullo al recitar el simbólico lema del club: «per aspera ad astra», lo que viene a significar «por el camino más difícil hasta las estrellas».
Conocido el motivo y trazado el camino, solamente quedaba ponerse manos a la obra. «Al principio, como en todo, no tienes miedo a lo que no conoces. Todo ha sido mucho más complicado de lo que pensábamos», reconoce un Javier Tejedor que añade que, dicho sea de paso, tampoco pensaban «llegar a tener 2400 socios tan pronto o formar una cantera con 150 niños». Unas cifras que Sergio Villardón, que siguió el proyecto desde muy cerca en sus primeros pasos, tilda de barbaridad. Las previsiones eran de sumar unos 400-500 socios y contar con un único juvenil que acompañase al primer equipo, pero «muy pronto estas cifras se desbordaron» comenta. Salamanca estaba sedienta de fútbol. Sedienta de ilusión.
La ilusión y el trabajo fue haciendo crecer la idea inicial del club«Ahora todo va rodado, pero hasta hace un mes hemos pasado muchísimas horas en el despacho. Llevamos todo. Desde la revisión de los entrenamientos de todos los conjuntos, hasta lo relativo al primer equipo. Me veo el 60% de los partidos del club y porque, realmente, no puedo ver todo», cuenta Jorge González ‘Astu’, un gijonés de 27 años que aúna las funciones de técnico del primer equipo y de coordinador del fútbol base de Unionistas. Su figura, en cada una de sus vertientes, representa a la perfección lo que fueron unos meses tan frenéticos como positivos para el club charro. Por un lado, el proyecto de cantera fue cogiendo forma hasta contar con nueve conjuntos (desde los llamados «pequeños Unionistas» hasta juveniles). Para ‘Astu’ este es un gran éxito: «Al principio el club no tenía la idea de formar una cantera así, pero como todo fue creciendo, tanto a nivel de socios como de patrocinadores, fue surgiendo la idea. Desde la dirección deportiva creímos que era una gran oportunidad, la directiva apostó muy fuerte y, personalmente, creo que es lo mejor que hemos podido hacer». Y, por otro lado, en la vertiente más cortoplacista, está el hecho de que el primer equipo ha contado desde el primer momento con una gran materia prima. Tanto en el banquillo como en el campo. Mismamente, ‘Astu’ y Pablo Hernández, su segundo de a bordo y técnico del juvenil, decidieron firmar por Unionistas tras haber ascendido con el Ciudad Rodrigo a una división superior.
A Unionistas llegaron entrenadores y jugadores que estaban en divisiones superiores.
«Claramente es dar un paso atrás porque estamos bajando una categoría respecto a la que habíamos ascendido el año pasado. Pero es un trabajo visto a más años. No es un trabajo de un año, sino de cara a dos o tres. Hay que crear y dar forma dentro de un campo de fútbol a lo que otros están formando fuera de él», comenta Pablo. «Había que aprovechar la oportunidad», dice ‘Astu’. En el caso de los futbolistas, el planteamiento es similar. «Unionistas es distinto. Estás creando algo desde cero con objetivos a corto, medio y largo plazo. No es competir por competir», admite un Antonio Paz que hace unos meses estaba en la división que hoy anhela alcanzar. Como argumenta su entrenador: «Todos los jugadores podrían estar en categorías superiores, pero decidieron venir aquí por creer en una misma idea, lo que nos ayuda mucho a la hora de formar grupo pese a que muchos de ellos estén jugando menos de lo que podrían por su nivel».
El resultado, de momento, no ha podido ser mejor: Unionistas encabeza la Primera Provincial salmantina con siete victoria en siete partidos en los que ha marcado 26 goles y ha recibido únicamente cuatro. Las buenas previsiones y el alto nivel de los futbolistas podría haber fomentado el conformismo o restado exigencia al grupo, pero no está siendo así. En parte, por lo que nos comenta Pablo Hernández: «A los jugadores les hemos hecho saber muchas veces en las charlas porqué están en el club y para que están aquí. Deben ser conscientes de lo que hay detrás, deben saber que en 90’ no pueden dejar perder todo lo que se ha ido ganando. Unionistas es un club totalmente diferente en este sentido. Y queremos que los jugadores lo tengan presente». Y, por lo visto, lo tienen. Saben porque eligieron jugar con Unionistas.
«Ahora en perspectiva te das cuenta de lo difícil que fue. Conseguimos vender mucha ilusión en un año que no había fútbol. Y cuando lo hubiera, iba a ser de la categoría más baja. A pesar de eso, la mayoría de las noticias de fútbol de Salamanca era sobre Unionistas. Sobre las asambleas, sobre posibles fichajes, sobre equiparaciones… Esa presencia en medios de comunicación y por la masa social, que fue la que fue moviendo todo, es la que fue logrando llamar la atención de las empresas», cuenta Javier Tejedor. Habla de la afición y de los futbolistas, pero también de los numerosos patrocinadores que se fueron sumando al proyecto cuando, en realidad, aún no era una realidad palpable. Y es que Unionistas hace simplemente 12 meses, cuando se fueron sumando el cuerpo técnico y comenzaron a llegar los primeros patrocinadores, no era más que un puñado de buenas intenciones y bellas palabras que habían surgido tras ver como el equipo de su vida desaparecía para no volver. ¿Qué les hacía especiales? ¿Por qué alguien podía sentirse atraído por Unionistas? El nuevo club era de, por y para los aficionados, de acuerdo, ¿pero hasta qué punto? ¿Qué había más allá de esos estatutos que tan bien sonaban a la mayoría de salmantinos?
Unionistas quiere tener cierta responsabilidad con sus aficionadosEl proyecto de formar un club de aficionados tras una hecatombe no es nuevo. En Murcia se encuentra el CAP Ciudad de Murcia o está la Sociedad Deportiva Logroñés en La Rioja, por citar dos ejemplos llamativos, pero como comenta Javier Tejedor «cada club es distinto». Quizás comparten una esencia similar e, incluso, en sus primeros pasos, Unionistas estuvo en contacto con varios clubes de este tipo, pero la vinculación se queda ahí. La idea de Unionistas se basa en un intercambio justo y recíprico entre club y afición. «Yo no me identifico con el tema ‘contra el fútbol moderno’ y demás, pero sí que me identifico con que el fútbol debe ser de la gente. Es innegociable. ¿Si no es de la gente de quién es? Creo que los socios deben tener capacidad de apoyar a su club. Si no pierdes la identidad del club por un lado y el sentimiento de pertinencia del aficionado por el otro», reflexiona su presidente. Lograr atraer a la gente era el primer paso que debía dar Unionistas. Y, para ello, Unionistas debería ofrecerle algo a cambio: «Tú no puedes pedir apoyo si, luego, estás de brazos cruzados ante sus problemas. Desde el primer momento nos planteamos cómo podíamos ayudar a la ciudad. Ésta es una idea que surgió de uno de estos clubes de los que hablábamos antes porque, al ser un club de socios, te involucras con sus problemas. Por eso se intentan dar charlas en colegios, hacer recogidas de alimentos, acudir a organizaciones de discapacitados…».
La responsabilidad social del club es evidente. Como comenta el presidente, Unionistas imparte charlas sobre los valores del deporte en colegios, hace recogidas de alimentos en sus partidos, ha incorporado lecciones de inglés durante los entrenamientos a los más jovencitos y, en definitiva, muestran una preocupación y sensibilidad especial con los problemas que atañen a la ciudad que desean representar. De esta idea, por ejemplo, como comenta Tejedor, nació uno de los principales motivos para dar el impulso definitivo al proyecto de cantera ya comentado: «Con la cantera entendemos que quizás no creemos 150 jugadores útiles para el club. Quizás incluso ninguno llegue a jugar. Pero sí somos conscientes de que estamos creando 150 aficionados del club y, sobre todo, estamos formando a 150 personas».
El trabajo de Unionistas en los medios de comunicación y las redes sociales está dando sus frutos.
El boca a boca fue haciéndose cada vez más poderoso. Y Unionistas supo vender muy bien un mensaje que cala rápido. Había un nuevo club en la ciudad con un sentido homenaje, unas ideas nuevas y una forma de hacer las cosas diferentes. Una idea que es muy fácil de contar, de aceptar y de sentir como propia. Tanto por las redes sociales, desde donde se llegó a aficionados como Manuel, de un perfil más joven y entusiasta, hasta los medios de comunicación más tradicionales. Como periodista, Sergio Villardón explica de maravilla su estrategia: «Unionistas trabaja muy bien el tema del marketing y de los medios de comunicación. Lo habitual de un club es que mande una nota de prensa con cualquier foto hecha en un momento, pero si ves las de Unionistas están muy bien tratadas. Incluso te mandan las estadísticas al acabar cada encuentro. Saben lo que quieren hacer y donde quieren llegar. Sin la Unión se creó un vacío grande, y ahora Unionistas es un club que mueve mucha gente y que está llenando ese espacio».
La comunicación es un reto clave en su futuroEn la actualidad, además de un perfil de Twitter con 3810 seguidores, una página de Facebook con 3325 aficionados y un canal de YouTube muy activo, Unionistas cuenta con «El Norte de Castilla» como uno de sus patrocinadores y la «Cadena SER» narra sus partidos en directo, algo prácticamente inédito en la categoría. Pese a esta presencia activa, la batalla contra «los grandes» del fútbol español -e incluso internacional- es muy complicada. Cuando uno camina por el precioso centro neurálgico de Salamanca puede encontrar puestos con camisetas del Real Madrid, banderas del FC Barcelona o bufandas de Simeone, pero no atisba nada representativo del fútbol de la ciudad. Absolutamente nada. «Los niños están recibiendo constantemente informaciones del Madrid y del Barça. Desde los medios de comunicación a, incluso, de los propios padres que son de Salamanca. Pero, posiblemente, si un niño visita el campo de Unionistas para ver un partido, ésta sea una experiencia que vaya a recordar toda su vida. Y que quiera repetirla. Pero no puedes ir a un colegio y pedirles a los niños que apoyen al club. Hay que ofrecerles algo. Por eso queremos ir, aportar una formación y, de paso, contarles qué es Unionistas para que al menos sepan que existimos», comenta el presidente aludiendo, de nuevo, a la relación recíproca que debe establecerse entre clubes, ciudad y aficionados. Una relación que no se queda en palabras fáciles o en buenos gestos, sino que también se ejemplariza con decisiones complicadas. Tras unos incidentes en un partido, el club disolvió a su recién estrenada grada de animación.
Aunque el reto de la comunicación sigue presente y, posiblemente, en términos absolutos sea utópico, el buen trabajo del equipo de Unionistas está logrando que las expectativas se sobrepasen. Quince meses después de nacer, Unionistas sumaba 2344 socios fundadores. Y no sólo de Salamanca, sino también del resto de provincias e, incluso, de fuera del país. Además, los socios se muestran muy activos, tanto a la hora de propagar el unionismo como de ir a los partidos del equipo, ya que juntan cada fin de semana a más de 1000 aficionados en el Rosa Colorado, un campo municipal de pequeñas dimensiones que ni siquiera está techado. Antonio Paz, que tiene que cumplir con más compromisos de los normales en un capitán de la última categoría del fútbol provincial, nota también una evolución: «Cada vez va más gente. Yo soy de quedarme con las caras y, el otro día, me di cuenta que, además de gente joven, había bastante gente de cuarenta, cincuenta o incluso sesenta años cantando nuestros cánticos y animándonos».
Es fundamental para el club ascender con el equipo a RegionalLlegados a este punto, se puede decir que todo le está saliendo a pedir de boca a Unionistas, pero en este tipo de proyectos las dudas siempre se centran en el futuro. ¿Se mantendrá la ilusión? ¿Son las bases lo suficientemente sólidas? ¿Y cuando el equipo de Hidalgo salga y compita en Segunda B? Sentados presidente, entrenador del primer equipo, entrenador del juvenil y capitán en la misma mesa, se pone de manifiesto su sorprendente claridad de ideas. «La base de que una persona esté ilusionada no es que te quedes en provincial o en regional, sino que tú sigas ganando. Para eso trabajamos. Si tú sigues ascendiendo, si tú sigues ganando, la afición va a seguir igual o más involucrada en el proyecto. Y muchos escépticos se van a ir incorporando», comenta Pablo Hernández antes de que ‘Astu’ reafirme sus palabras sin la cautela propia de los entrenadores: «A nosotros nos han marcado este objetivo el primer año y estamos trabajando sobre ello. No hay que engañar a nadie. Tenemos plantilla para ello«. Para seguir creciendo, por tanto, hay que seguir ganando. Ascender a Primera Regional es, sin duda, el objetivo prioritario a corto plazo del club. Y no sólo con el primer equipo, sino también con los equipos de cantera como cuenta el presidente: «Siempre se habla del ascenso del primer equipo, que es para lo que se ha trabajado, pero también es muy importante que se termine bien con los nueve equipos de fútbol base que tenemos para poder mejorar».
Aun así, que el objetivo fundamental de todo la entidad sea ascender no implica poder vulnerar, aunque sea cambiando una coma de lugar, los principios básicos y elementales del club. Ni ahora ni nunca. «Tenemos la lección muy reciente de lo que pasó con la Unión Deportiva Salamanca. Para disfrutar con un club de fútbol no es necesario jugar la Champions League. Se puede disfrutar en cualquier categoría. Que nuestros recursos dan para mantenerlo en una división profesional, pues bienvenido sea. ¿Que no nos llega? Pues yo creo que la masa social del club ahora mismo está disfrutando así. Lo importante es tener claro que no se pueden cometer errores que tenemos muy presentes», explica elocuentemente Javier Tejedor.
El pragmatismo es nítido e, incluso, sorprendente en ocasiones. Y es que, en presencia de su entrenador y de su capitán, el presidente comenta que crecer no conllevaría la pérdida de la idea inicial, pero sí que conllevaría ciertos cambios deportivos: «Nosotros hemos conseguido que muchos aspectos del club, pese a la categoría, tengan un aspecto profesional. Entonces, evidentemente, si en lo deportivo comenzamos a subir, pues a lo mejor necesitamos un defensa profesional donde Antonio o, quizás, un relevo en el banquillo para suplir a ‘Astu’. En lo deportivo sí que tocaría profesionalizarse, aunque ojalá pudiéramos continuar con la misma gente como sucedió en algún caso con otros clubes, pero en lo que le rodea tenemos blindada la esencia del club». ‘Astu’ y Antonio Paz no solamente ratifican lo expuesto por «el presi», sino que reconocen que para ellos «es un reto el poder crecer deportivamente de la mano del club».
Suceda lo que suceda, lo importante es conseguir generar un sentimiento de pertenencia en los salmantinos. Sean más o menos futboleros. El futuro depende de eso, como señala para finalizar Javier Tejedor: «Es muy importante conseguir que la gente se sienta orgullosa del club por los valores que defiende, no por la categoría deportiva en la que está. Si logramos transmitir eso, nos irá bien. Queremos que la ciudad se sienta orgullosa y representada por Unionistas». Un deseo que Manuel, aquel chico que se quedó huérfano de un equipo que, objetiva y fríamente, le había dado más disgustos que alegrías, comparte plenamente: «En unos años me gustaría sentirme orgulloso por no haber cambiado de idea y porque Unionistas sea conocido por demostrar que, desde abajo, se puede llegar alto sin necesitar un inversor».
El futuro dirá como de lejos le quedan las estrellas a Unionistas, pero de momento sus primeros meses de vida son ilusionantes. Y la sensación es que así va a seguir siéndolo debido al buen trabajo y pasión de sus miembros. Desde que Javier Tejedor, Jorge González ‘Astu’, Pablo Hernández, Antonio Paz y Manuel Prieto nos permitieron pasar una tarde de diciembre junto a ellos, el primer equipo ha ganado dos partidos decisivos en su lucha por el ascenso y el club ha estrenado una tienda para el periodo navideño que está dando un gran resultado. La difunta, que nunca olvidada, Unión Deportiva Salamanca debe estar orgullosa.
Alberto 31 diciembre, 2014
Enhorabuena a Ecos por dar cobertura a historias como esta. Es una pena que el fútbol más modesto no disponga de un aparato logístico más importante en los medios de comunicación locales o regionales siquiera. Da cierta envidia ver cómo se trata a clubes de nivel similar en Inglaterra, "Support your local team" y todo eso.
Por otro lado, y con la intención de iniciar una charla sobre este tema, ¿nunca habéis pensado que sería genial una Copa del Rey en la que participen todos los equipos senior federados del país? En Inglaterra cada año participan en la FA Cup cerca de 800 equipos, es decir, todos los federados con campo propio, y en Francia se hace algo similar aunque no tan abierto. Sería precioso un torneo de este tipo, aunque no se si sería viable. Ahí queda la propuesta xD.
Un saludo y feliz año a todos.