El Madrid cosechó su victoria consecutiva número 21 en la primera semifinal del Mundial de Clubes. Como en la mayoría de las 20 anteriores, a tenor del juego, cualquier otro resultado hubiera sido muy, muy azaroso. Volvió a lucir su don más irreplicable, creó peligro de gol prácticamente cada vez que atacó. Sin embargo, como viene sucediendo desde que Modric cayera lesionado, no pudo reducir a su rival como hacía cuando le ayudaba el croata. Cruz Azul, que no mostró demasiadas virtudes, disfrutó alguna fase de dominio y tres ocasiones claras a lo largo del primer tiempo. ¡Hasta tiró un penalti!
Ramos y Pepe sí respondieronVamos con los motivos. Empecemos por el simple. Todos sabemos que los blancos no son ni serán un conjunto que impida a su oponente tocar la pelota; por su calidad al contraataque y la solidez que suelen exhibir en defensa posicional, a veces les interesa ceder la posesión y ver qué pasa. Frente a Cruz Azul también lo hizo, justo tras el 0-1 anotado por Sergio Ramos. La diferencia radicó en que aunque tácticamente cumplían y formaban el 4-4-2 que utilizan (sólo) en esta fase del juego, el trabajo defensivo del grueso de sus hombres terminaba ahí, en colocarse en su sitio y punto. La pasividad era máxima, la desatención un hecho y las carreras para auto-corregirse, escasas. Los mexicanos llegaban hasta Pepe y Ramos como si nada. Sobre todo cuando Joao Rojas iba a por Marcelo.
Al sabio «Maza» Rodríguez le pesó su lentitud muy en contra.
Isco no ayudó a Toni KroosEn cualquier caso, lo anterior, pese a ser importante, ocupó menos minutos que lo que prosigue. Durante el ataque organizado del Madrid, que fue la situación más presente en el encuentro, se atisbó un sistema algo roto y un exceso de verticalidad. No de ritmo, sino de pases frontales, de los que perjudican a quien los recibe y favorece a quien le marca. Y en parte se debió a Isco. Independientemente de su inspiración, que por supuesto no siempre ha sido la más alta, el malagueño esta temporada está destacando por saber jugar, por saber posicionarse donde sirve a su equipo y por tomar buenas decisiones. Pues dicho esto, como ya sucediera en Almería el viernes pasado, Isco ayer no jugó bien. Por el motivo que sea -podría ser el deseo de engordar estadísticas-, está tendiendo a irse demasiado arriba demasiado pronto, así cortando los lazos que le unen a Kroos y Marcelo, parte crucial de la circulación merengue. Sin Modric, y más aún si también falta Rodríguez, Kroos necesita un Isco centrado en la creación de líneas de pase diagonales que enriquezcan su margen de maniobra. Si Isco le da eso al alemán, el colectivo se engrasará. Si no, dependerá de sus individualidades.
De individualidades como Benzema, que anoche se salió otra vez. Vio que la colocación de su medular estaba dificultándole la vida a Kroos y empezó a tirar desmarques hacia las bandas que permitieron al cerebro emitir esos pases en diagonal tan necesarios. Y cuando ya hubo dinamizado el ataque, bajó y suplió a Isco como interior izquierdo en funciones para lanzar a Ronaldo y Bale. Lo decimos poco, pero está entre los mejores jugadores del mundo a fecha de hoy. Uno que no está en ese nivel, Carvajal, le acompañó en el estrellato de la semi. Luis Fernando Tena puso en su banda a Christian Giménez, de quien se intuía un trabajo defensivo extra, pero no pudo con el madrileño.
LR. 17 diciembre, 2014
Hay jugadores que necesitan inspirarse. Son los exuberantes, los locos. Pero hay otros, por lo general mejores, sobre todo si son defensas, que solo necesitan concentrarse.
Carvajal parecía de los primeros tras el Madrid-Bayern del gol de Benzema. Pero desde entonces lleva suficientes finales espectaculares como para pensar pertenece al segundo grupo. Más Ramos que Luiz.
Puede llegar a ser un lateral muy influyente en los próximos años.