Si no fue la actuación de La Liga, se quedó muy cerca. Ibai Gómez es desde hace un par de temporadas el teórico suplente de Muniain en la banda izquierda de San Mamés. Muy pocos discutirán que el pequeño Iker es un jugador más talentoso que Ibai, más capaz de hacer magia sobre el césped. Tan cierto es esto como que aquellas noches con Bielsa cada vez quedan más lejanas. Pasa el tiempo y el sub-21 no termina de volver a su nivel. Valverde le esperará porque la recompensa de tener al mejor Muniain no es poca cosa pero detrás viene empujando Ibai. Y empuja fuerte.
Toca empezar con la actuación del chaval, que tuvo miga. Preguntábamos ayer en Twitter si, a la hora de centrar, Ibai Gómez no pasaba por ser uno de los futbolistas más creativos de los últimos años y, en caso de respuesta negativa, qué especialistas estaban o habían estado por encima. Ahí surgieron nombres como los de Quaresma, Jesús Navas o, muy especialmente, Luis Figo, al que cogemos como ejemplo ideal para lanzar el debate.
Ibai Gómez es todo un espectáculo a la hora de centrar
Dentro de los abundantes recursos del portugués, el centro al área era sin duda el más destacado. Un amague, dos amagues, pelota por encima del central y gol. Lo hacía todo tan perfecto que resultaba imparable. Sin embargo, el centro en sí era «siempre el mismo». La comba era conocida y la superficie del pie constante. Ibai no es Figo ni lo será nunca, pero centrando tiene incluso más. Cuando el bilbaíno recibe, uno no es capaz de imaginar (ni viéndolo por la tele) a dónde mandará la bola o qué parte del pie empleará en el envío. Sus centros son más que precisos; son creativos. Ibai inventa con el centro. No es Beckham –David usaba el toque para más aspectos del juego– pero es quizás el centrador más excitante del último lustro en nuestra Liga.
A todas estas cualidades se suma una más: Ibai no necesita ninguna ventaja para decidir con sus bananas. La pille donde la pille hay peligro, algo que a Valverde le debe encantar. Los primeros pasos del Txingurri están siendo pragmáticos y el resumen certero es Ander Herrera. El ex del Zaragoza es ahora más “delantero” que nunca y juega como tal. Su fútbol son rupturas y apoyos. Rupturas sobre todo hacia la derecha para reunirse con Susaeta (crack entre líneas), cambiar rápido al lado de Ibai y prepararse para el centro. Así superó el Athletic al Betis. Con verticalidad y carreras al vacío. Hasta Beñat parece abocado a ello, protegido por un Rico que huele a buen fichaje.
El Athletic de Valverde pretende más profundidad que toque
En el Betis, Pepe Mel pareció querer contribuir a otro debate de plena actualidad. Salva Sevilla dejó su puesto de mediapunta para pasar al costado izquierdo, ese que hipotéticamente le convertiría en compatible con Verdú. El almeriense venía en brutal racha y ayer apenas dejó un par de pases. El Betis solo lograría profundidad en las prolongaciones de Jorge Molina hacia Chuli, que comenzó ejerciendo de nueve por delante del propio Molina. Le sienta bien esa posición al ariete de Alcoy, de más juego que velocidad. Tanto él como su equipo arden en deseos de recuperar a Rubén Castro, cuyo poder de resolución es imprescindible. Sin él, el Betis suele jugar bien pero casi no gana. Ayer perdió con justicia, a centro de Ibai Gómez.
@DavidLeonRon 27 septiembre, 2013
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Para flipar lo de este chico.