Pocos equipos juegan ahora con delantero centro, y no muchos más tienen uno en su banquillo. Las fábricas de «9s» cerraron. Resultó prácticamente inevitable, fue la respuesta táctica más natural a la desaparición de los extremos. Primero, porque la función rematadora -que no la anotadora- ha perdido mucho peso, y, segundo, porque los puntas de hoy deben caer a las bandas para ensanchar el ataque, algo a lo que el cuerpo de un ariete antiguo no se adaptaría. Atacantes más versátiles como Messi, Neymar, Ibrahimovic, Ronaldo, Cavani o Higuaín han recogido el testigo del gol. Son los nuevos killers.
Ronie y Romario nos confundenEl problema, que es común en todos los países a excepción de Colombia *, se siente en Brasil con especial intensidad, pues viene de enlazar al mejor de siempre con Romario, que también es miembro del puño de oro, junto a Van Basten, Torpedo Müller y Hugo Sánchez. Para más inri, gente como Adriano, Jardel, Amoroso, Ailton o Anderson le sostuvo las velas a ese Ro & Ro. La Pentacampeona, que vio como su equipo favorito perdió el Mundial por no tener un «9» y luego los produjo como churros, nos malacostumbró de tal manera que creer a tope en una generación sin killer se nos hace difícil. Seguramente ese descrédito no sea justo.
La útil madurez de Fred es un canto al delantero centro antiguo.
Asumido que Lucas Moura, Hulk, Oscar, Bernard y Neymar no tienen un igual en el puesto de arriba, Scolari ha optado por dar importancia al valor táctico de esa figura extinta. Porque sí, Neymar marcará 40 goles al año, pero el delantero centro bueno hacía más que empujarla a red: ser una alternativa en la salida, una opción en la frontal para tirar la pared, una amenaza en el área que cree espacio en el segundo palo en los centros laterales, la activación precisamente de ese segundo palo cuando un hábil penetre en el área, etc, etc. Fred, que juega sin presión pero con conocimiento porque nadie le mira pero él ya ha visto mucho mundo, es todo un alivio para los cracks que vienen por detrás. El gran fenómeno le ha guiñado el ojo tras cada uno de sus dos goles. Sabe apreciar su labor invisible. No es el primer jovencito que lo hace.
* Agüero no permite reflexión. Es un genio de los que se hacen solos.
Abel Rojas 20 junio, 2013
Apuntes externos al ataque verde-amarelo sobre el México-Brasil:
1. Es increíble que Gio vaya a coger fama de "desciende-equipos". Mejoraría bastantes plantillas de Champions. Es muy, muy resolutivo.
2. Vaya partido malo jugó Marcelo.