La presente edición de la Premier League cambió su curso unos pocos días antes de empezar. El 15 de agosto de 2012 se oficializaba el pase del máximo artillero de la anterior temporada, Robin van Persie, al Manchester United. El ídolo, la referencia y el jugador de culto gunner quería progresar en su carrera, y Sir Alex Ferguson lo convenció de que junto a él lo lograría. No solo en lo que a los títulos respecta, sino también en sentirse importante. Una pieza clave dentro de un proyecto, de una idea y de unos patrones de juego. Resulta paradójico hablar de importancia y trascendencia cuando en Londres ya era un ídolo, con cifras monstruosas de goles en su haber y una larga lista de partidos decididos en favor de la escuadra roja del norte de la City gracias a él. Pero al igual que en una gran mayoría de ocasiones, Sir Alex llevaba razón. Estaba convencido de que el fichaje de Robin tendría beneficios recíprocos para los diablos rojos y para el propio Robin, y así ha sido aunque no sea tan visible como antes.
A Ferguson no le importó pagar casi 30 millones por un van Persie que quería crecer.
Ferguson fichaba a un 9 goleador. 37 tantos en todas las competiciones en el curso pasado así lo acreditaban. El Arsenal dependía de él y acababa trabajando para él. Y van Persie no fallaba. Era un 9 de área, un goleadorPor encima de lo demás, Ferguson ganó gol con la llegada de van Persie nato que nunca dudaba ante un portero. Como es evidente, Sir Alex no ha querido nunca que renuncie a ello, y en gran parte eso le ha servido al equipo para ganar la liga, como se pudo comprobar el día de la confirmación matemática ante el Aston Villa. Ha seguido siendo un 9 de naturaleza goleadora, instintivo y con mucha calidad definiendo. En bastantes ocasiones, ha hecho goles muy estéticos. Pero no se le quiso solo por eso. Con Ferguson ha mejorado como 9 y ha mejorado al equipo. En el Manchester United no hay una necesidad imperiosa de recurrir al hombre más adelantado cuando las cosas no van bien. Eso lo ha agradecido el neerlandés, puesto que ha mejorado en cuanto a recursos de 9 moderno. Es más móvil que hace un año, se posiciona mejor en la fase ofensiva y se complementa a la maravilla con el segundo punta o el mediapunta, desconcentrando a la defensa rival.
Más allá de su propio crecimiento, es decir, de lo que el Manchester United le ha aportado a él, ha pesado más en el global del campeonato lo que él le ha aportado al Manchester United. Robin van Persie es un 9 de demarcación pocoRooney ya había tenido problemas para jugar con Danny Welbeck variable en el campo. No obstante, desde ahí, desde tan arriba, ha mejorado colectivamente a los red devils. Hasta ese 15 de agosto, los planes de Sir Alex para configurar el 4-4-1-1 que ha predominado en esta temporada pasaban por juntar a Wayne Rooney junto a otro hombre arriba. Rooney estaba demostrando cada vez más capacidades para ser más que un delantero puro, y además serlo a un altísimo nivel. En algunas ocasiones jugaba a la espalda de Javier Hernández para influir en los costados y no perder de vista la portería, pero no era lo más habitual. Con Welbeck su relación era más inestable, y en muchas ocasiones tenía que ser él el referente ofensivo y dejarle el espacio de su espalda a su compatriota. Van Persie cambió esto al tratarse de un punta fijo, regular y constante en cuanto a goles. Le daba a Ferguson la fiabilidad que otros arietes no le dieron. Rooney juega desde su llegada liberado por detrás, mucho más cómodo que solo limitándose a influir por no tener que perder de vista la portería rival.
Rooney, con sus apoyos al doble pivote y sus ayudas a los jugadores de banda, ha sido clave en muchos partidos decisivos esta temporada. Sin embargo, en general, no se era del todo consciente de que esas acciones de Rooney no se podíanCon Van Persie, Rooney ha tenido más libertad para poder moverse dar sin van Persie. El 20 retiene el balón muy arriba, permite que los jugadores que le rodean se activen, y si tiene su tarde, transforma la ocasión y marca. Además, si como cualquier otro equipo, el Manchester United recurre al juego directo ante problemas graves, van Persie casi garantiza una recepción, un control y una ocasión. Es cierto que ha tenido una sequía goleadora entre febrero y las últimas dos fechas, pero su impacto no se ha reducido por ello. Ha habido otros jugadores que se han encargado de marcar los goles que él no marcó. Van Persie no ha decrecido por no marcar, puesto que el efecto sobre Rooney y los jugadores de banda ha estado siempre presente. Tan cómodo ha hecho sentir a Wayne que este ha retrocedido a la demarcación de interior en el doble pivote. Y pese a estar lejos el uno del otro, han mantenido su sociedad.
Wayne Rooney se ha reinventado y ha crecido gracias a van Persie.
En términos de influencia positiva y mejoría del colectivo, Rooney no ha sido el único favorecido. Cualquiera que haya estado justo por detrás de él se ha visto cómodo para poder operar como quisiera sin tener que estar pendiente por necesidad de la llegada y el gol. Un ejemplo evidente es el de Danny Welbeck en el cruce de Octavos de Final de Champions League ante el Real Madrid. En Old Trafford, el día decisivo, van Persie le permitió a Ferguson hacer que Welbeck estuviese pegado como una lapa a Xabi Alonso, minimizar a su oponente y, a partir de ahí, generar para ser superiores. Evidentemente, aquel día no correspondía hablar de otra cosa que no fuese ese marcaje estricto, pero, de nuevo y como en el caso de Wayne, no se habría dado sin la presencia de van Persie. Robin salió de Londres siendo un goleador. Ahora es un goleador influyente, aunque en muchas ocasiones de forma tan silenciosa que, en general, no nos damos cuenta.
@DavidLeonRon 29 abril, 2013
No tengo pegas que ponerle a Van Persie a abril de 2013. Solo una… eso sí, gigantesca. Y es que un año más, nos hemos quedado sin esa gran noche europea del ariete holandés. No sé si el Dortmund pasará o no a la final. Lo que tengo claro es que si lo hace será gracias a la proeza realizada por Robert Lewandowski el pasado miércoles. Será gracias a esa definición salvaje de 3-1, un gol extra, el gol que no existe.
A Robin Van Persie le cayó una pelota que mete día a día en la Premier. Su pelota preferida, lista para volear con la zurda. Y pifió. Si llega a entrar… ¿dónde estaría el United? Nunca lo sabremos, pero seguramente aún rondaría por la Champions…
A sus casi 30 años, no le sobra el tiempo al bueno de Robin.