Durante demasiado tiempo el derbi de Madrid no existió, porque no fue competido. El Atlético de Madrid, debido a un desorden emocional, regalaba los 3 puntos a su oponente vez tras vez. Por suerte, ésto ya no es así; tanto en el Atleti-Real de abril como en el Real-Atleti de anoche, los rojiblancos saltaron al campo convencidos de sus opciones, y con un plan de juego sólido y correcto. Simeone ha devuelto el partido a los veintidós futbolistas, vuelve a depender sólo de sus capacidades, y por ende la Liga ha recuperado uno de sus días de mayor potencial. En honor a la verdad, en cuanto a belleza el derbi se quedó muy corto, hasta el 2-0 fue tirando a feo; pero desde el principio hasta el final fue una cascada de argumentos a analizar, subdivididos en cuatro episodios muy diferentes: Falcao, Alonso, Özil y Benzema.
Episodio 1: Radamel Falcao. El Atlético entró mejor en el choque. Quizás, porque, en un escenario marcado por las precauciones y elRadamel Falcao tuvo una sola ocasión en 90 minutos contra Pepe y Ramos mutuo respeto, quien no tiene el balón tiene menos responsabilidad, y anda un poco más suelto. El plan del Cholo era no tenerlo; armarse con un 4-4-2 de los de toda la vida, esperar sobre la línea divisoria y forzar pérdidas en salida de balón. La mejor salida del Madrid es de Alonso a Di María, Özil o Ronaldo, que suelen recibir en tres cuartos, ni muy abiertos en la banda ni muy cerrados en el centro. Koke y Turan (interiores) y el Cata y Juanfran (laterales) trabajaron muy bien sobre ello, mientras que Falcao, Costa y el interior libre ajustaban sobre Ramos y Alonso, sobre todo. En 15 minutos el Madrid no chutó a portería, lo cual seguramente sea un récord en la era de Mourinho; y dos pérdidas de balón en salida, una de Pepe y otra de Di María, habían dado pie a peligro rojiblanco. Falcao, que es brutal pero también muy lento, necesitaba esos robos altos para poder competir contra los centrales blancos. Les sacó un remate fantástico que detuvo Casillas, genial. Tres minutos después, Cristiano marcó el 1-0. Fue injusto, en virtud del concepto de justicia más aceptado en este deporte.
Episodio 2: Xabi Alonso. El gol templó a los blancos, que empezaron a hacerle caso a su «14». Mourinho le había ofrecido herramientasRadamel Falcao tuvo una sola ocasión en 90 minutos contra Pepe y Ramos para combatir lo que proponía Simeone. Al fin y al cabo, el plan atlético era algo incompleto, porque dependía de que el Madrid cometiera un error y, encima, sólo intentaba forzarlo en el carril central. ¿Mal Simeone? No, es que jugar en el Bernabéu es muy difícil, y nadie puede controlar todas las variantes del Real. El Madrid diseñó la salida más conservadora e inocente que se le ha visto, en pos de no tener que arriesgar el balón ni en corto ni, ojo, en largo. Arbeloa y Coentrao estuvieron entre los 4 pasadores más prolíficos del primer tiempo, el circuito era central-lateral-extremo, más libre de rivales. Además, el Madrid inició con doble pivote, no soltó a Khedira, para asegurarse en la base una línea de pase horizontal que permitiera continuidad siempre. Éste fue el marco técnico-táctico que Alonso desequilibró por talento. Lo que hizo el cerebro fue escorarse sobre la izquierda, atraer la marca del interior y liberar a Coentrao, que empezó a cruzar de campo en conducción muy tranquilamente. El Real se fue al descanso siendo algo mejor, aunque había sido un poco peor. Todo muy parejo.
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Episodio 3: Mesut Özil. Habiendo encontrado una salida, se suponía que el volumen de ocasiones del Madrid crecería mucho, pero no fue así. En parte, por Di María y Özil. El argentino sigue sin estar y no hay visos de mejora; Mesut no compareció hasta el 46. Entonces sí giró el choque. Lo hizo apareciendo en la izquierda, como Ramos, Alonso, Coentrao y Ronaldo, y es que ahí estaba el chollo, por técnica blanca o limitaciones colchoneras. Al ganar presencia el «10», el Madrid ganó calidad, y una posición cada vez más alta. Es decir, Falcao cada vez estaba más lejos de Casillas, y más que un tigre parecía un peluche en manos de la tiránica pareja blanca. No hubo nada más del Atlético.
Karim coloreó el final con su fina técnicaEpisodio 4: Karim Benzema. El 2-0 fue demasiado pronto para Simeone, aunque el Real ya lo viniera mereciendo. El caso es que el tercer clasificado se soltó las cadenas, dejó de asegurar la salida y empezó a conectar desde Alonso con los cracks, Benzema incluido. Pudo golear; lo evitó su perenne escasa precisión en el remate, y eso que ayer estuvo más atinado, 2 goles en 13 disparos supera con creces su media. Además, marcó el primero, que vale doble. Lo marcó Ronaldo, que también dio el segundo, y dos veces a los palos, y dos veces a Courtois. Falcao, Xabi, Özil y Benzema están muy bien, pero, al final, el portugués es otra cosa. Siempre lo es.
@SharkGutierrez 2 diciembre, 2012
El Atlético tuvo una propuesta no solo incompleta sino poco profunda; el Madrid le dio las llaves, pero el Atlético no sabía que hacer con ellas. Luego todo pareció mucho más controlado por el Madrid y en el segundo tiempo, el Atlético se separó unas líneas de otras y había mucho más espacio (gracias entre otras cosas, al titánico trabajo de Xabi Alonso).
Özil no estuvo en la primera parte, entre otras cosas por la sobrecarga blanca por sector izquierdo. Estaba demasiado perdido en el centro y Xabi siempre buscó a Fabio. No tocó bola, porque el Madrid focalizó intentonas por dicho carril. De ahí que, se reconstruyera en la segunda parte, entrara por la banda donde estaba Cristiano y el luso se liberalizara (por cierto, partidazo completísimo que estuvo en todas las acciones; palabra clave: omnipresente).
¿Cuestión positiva? La posible vuelta de Alonso a su nivel. El mejor del encuentro con diferencias. Encuentro competitivo y completo: coberturas, aperturas, diagonales, cambios de orientación; de hecho si alguien pone por aquí el acierto de pase de Alonso se lo agradecería y al mismo tiempo, las imprecisiones de Pepe en la entrega. Ramos luego secó a Falcao (posteriormente al gol) y el sevillano fue más rápido que Radamel.
Encuentro muy serio del Madrid, aunque me temo que se ha enchufado a la Liga, demasiado tarde.