Minutos después de que Isco y Joaquín prolongaran la euforia en La Rosaleda, Mourinho sorprendía a Paco Herrera con la alineación de Modric, Özil y Kaká; tres centrocampistas que, cada uno en su altura, tienen regate y potencia para desbordar rivales en el carril central. No obstante, lo cierto es que buscó otras cosas en sus jugadores. Algo más relacionado con la pausa, la dirección y el control desde la posesión. Pese a que la idea era válida y el uso de Ronaldo -abierto sobre la derecha- e Higuaín -sobre la izquierda- les cedió espacio para maniobrar, el experimento resultó fallido. No es un equipo el merengue para templar situaciones. Se duerme y duerme. Algo que no pasa, por ejemplo, cuando el ahora iluminado Özil juega en su posición con sus compañeros más habituales. La Liga española potencia su fútbol. Es un caramelo para mediapuntas como él.
13 de los 20 equipos de Primera ceden el carril central de forma muy clara a un mediapunta o segunda punta especializado en esa zona:La modernidad se deja notar por detrás de los arietes Barça (Messi), Celta (Aspas), Dépor (Valerón), Espanyol (Verdú), Getafe (Barrada), Granada (Brahimi), Levante (Míchel), Málaga (Isco), Rayo (Leo), Madrid (Özil), Valencia (Jonas), Valladolid (Óscar) y Zaragoza (Apoño). De los 13, y con permiso de Óscar, tan solo dos carecen de calidad física para sostener una carrera larga con el balón controlado, los representantes de José Luis Oltra y Manolo Jiménez; por diferentes motivos, los dos que menos bien están jugando del selecto grupo. Si reflexionamos, el cambio de tendencia con respecto a la pasada década es sensible. Los mediapuntas de mejor resultado, cada uno en su dimensión, fueron Zidane, Riquelme, el propio Valerón, Aimar, Guti, Djalminha, Ibagaza, De la Peña, Viqueira y compañía, centrocampistas de un estilo más jerárquico y de un peligro menos directo. Apenas El Zar Mostovoi se desmarcó de la norma. En cualquier caso, el interés no está tanto en el cambio, que al fin y al cabo es extensible a todo el planeta fútbol, Sudamérica inclusive. La gracia está en que, en la Liga, casi todos estos neo-10s están saliendose. Al menos, individualmente.
La Liga ha copiado un peligroso vicio táctico «gunner».
El motivo táctico que explica o facilita el boom de la especie nace en la voluntad de tener el balón que acompaña a la mayoría de nuestros equipos. En lo colectivo ya hubo aprovechados. El Levante de Martínez exprimió las debilidades derivadas para hacer una gran 2011/12; y hoy son Mallorca (continuista) y Betis (rompedor) quienes han decidido ser ricos en vez de reyes. A nivel individual, el cobrar es más común, porque no hay que disfrazarse de antagonista. Exactamente la llaga a salar se localiza en el paso de la zona de mediocentros a la zona de mediapuntas por parte del equipo que lleva el peso. A pocos les sale fluido. Como remedio, el centro del campo se abre como una flor para abrir huecos, ya sea con el doble pivote (un Víctor Pérez y Álvaro Rubio por ejemplo) o los interiores de un triángulo (pongamos a Ander y De Marcos), quedando separadísimos en el momento de la pérdida y tendiendo la alfombra roja al «10» oponente. Es la dinámica general, y luego ya cada equipo tiene sus rasgos propios. Buenos jugadores como Darío Silva, Nihat o Munitis la romperían hoy más que ayer, si cabe, y eso que noches de gloria tuvieron por doquier.
No hace falta usar esta figura para hacerlo bien en la Liga.
Conste sin embargo que, como siempre en este deporte perfecto, las fórmulas mágicas no existen; y las alternativas a descartar por no ajustarse a la moda, tampoco. El Atlético de Madrid y los citados Real Mallorca y Real Betis -curiosamente los tres con la solidez defensiva por bandera- están haciendo campañas inmejorables en cuanto a puntuación sin tener a ese especialista con recorrido por detrás de su delantero. El fútbol es infinito.
Wjcmha 22 octubre, 2012
Cuantos de estos mediapuntas empezaron su carrera en banda? Ya no hay extremos, los futbolistas jerarquicos tambien desaparecen y hemos dado en un hibrido.