Michael Essien fue una revolución mediada la pasada década. El centrocampista de raza negra había irrumpido ya en 1993 con Desailly y su rocoso Olympique de Marsella campeón de Europa, pero Marcel no dejó de ser excepción en el fútbol hasta un tiempo después, cuando Vieira, Makelele y cía se hiciesen un hueco fijo en la élite. Todos éstos, desde el primero al último, más o menos dotados con el balón, fueron reconocidos por su papel defensivo; «el negro que equilibra a los talentosos» era el lema. Lo distinto de Essien fue que la suma ofensiva formaba parte de él de manera regular y clara para el ojo. La bola no rebotaba contra su pie, se quedaba quieta; si arrancaba, driblaba; su rango de pase era notable y hasta chutar sabía. Dicho repertorio técnico aplicado a su determinante físico, el mejor de sus días de gloria, le hicieron crear una identidad en Lyon y generar fascinación mundial en Londres, vestido de azul.
El primer centrocampista africano Youtube destacó en 4-3-3s, como interior derecho. Primero por delante de M. Diarra, al lado deEssien no tenía físico para ser útil a Di Matteo Juninho; después sobre Makelele, con Lampard. Era de esfuerzos largos, pues era el interior de mayor repliegue defensivo -influencia hasta en área propia- y el menos relacionado con la salida de balón de su equipo; o sea, el primero en volar cuando recuperaban. Su mayor traba, su déficit para orientarse en la asociación corta. Tuvo calidad para proteger el balón y dar el pase, pero no talento para verlo y hacerlo rápido. Con Ballack el equipo giró al 4-4-2, más masticado, y se le vio el cartón. La exigencia le hizo crecer, hasta que se lesionó. Tres veces. Volvió el año pasado, justo cuando Di Matteo necesitaba un Essien urgentemente. Pero Michael ya no era uno de ésos.
Essien es hoy un jugador de esfuerzos de intensidad baja o media. En sus últimos cuatro partidos se le han contado ceroSi la ventaja la crean otros, el ghanés irá bien sprints, y se espera que siga la racha. Por eso Di Matteo lo apartó; no tenía físico para equilibrar el mal juego blue. El Real, en cambio, juega bien. Mejor dicho, se espera que vuelva a hacerlo de forma regular, como el año pasado. Ahí Essien, como continuador de ventajas ya creadas, sí puede tirar de experiencia, de técnica y de la base táctica que ha cultivado durante su carrera. ¿Cómo? Hemos dicho que el jugador ha dejado de esprintar, así que lo de defender y atacar cada una de las áreas se acabó. El box-to-box originario ya no es un box-to-box. Su zona de influencia está por detrás del balón, casi como «5», si bien su sensibilidad en los últimos toques le deja jugar un escalón más arriba.
Vallecas, Pamplona, A Coruña, Zaragoza o Mallorca son lugares para el doble pivote con Essien.
En Vallecas descubrimos uno de sus dos posibles usos, ocupando el lugar de Khedira, espacio que se espera que active Modric en cuanto se ponga a punto. Aunque Modric sea un genio y el mejor de los tres candidatos no va ser un fijo, porque José es Mourinho, y además sabe que su identidad es la de Ronaldo, que Ronaldo es riesgo y que ante el riesgo, a veces, hay que cubrirse. Essien es la alternativa intermedia. Como salida auxiliar va sobradísimo, los años le han hecho mucho bien a su lectura y las lesiones no han descoordinado su pie. Además es una línea de pase hacia atrás, que esto es crucial. Cuando Di María, Ronaldo o Benzema reciban abiertos y el cambio de ritmo no está claro, Essien se ofrece -Khedira, no-, y ese asentamiento es un plus. En transición defensiva o defensa posicional, su técnica, posicionamiento y predisposición son muy superiores a las de Modric, aunque su despliegue hoy quede lejos del de Khedira. En resumen, es una opción perfecta para campos chicos -exigencia técnica- contra rivales agresivos con balón -capacidad de sufrimiento-.
En su antes amado 4-3-3, el actual Essien encaja más al lado de Khedira que al lado de Modric.
En cualquier caso, aquí la madre del cordero está en el 4-3-3, en los partidos TOP, tipo Real Madrid-Manchester City. José, como dijimos, es Mourinho. Un técnico moderno y de gran talento para construir modelos ofensivos pero que a la hora de la verdad, si el marco se lo permite, conserva. En su equipo tiene a un futbolista diferencial en la base de la jugada cuyo modus operandi no tiene por qué acarrear riesgos, Xabi Alonso. Será el mediocentro de su vida aunque entrene hasta los 70 años, como avisa. El guipuzcoano es verticalidad cuando debe, pura agudeza y precisión, pero su pérdida de balón se produce a 70 metros del peligro. En cierto modo, el partido contra el City se fundamentó en la salida desde Alonso hacia dos extremos abiertos, Di María y Ronaldo (o los laterales justo ahí), y el plan funcionó, porque el City no transitó salvo tras las animaladas de Yaya; no hubo balones mal perdidos. En éstas Essien tiene un papel importante, pues el Madrid lanza al pulpo Khedira hacia la zona a la que Xabi va a enviar el balón para competir las posibles segundas jugadas y Michael es quien queda como centrocampista base. De hecho, en aquel partido dio un solo pase menos que Alonso pese a ser sustituido en el minuto 65.
¿Modric? El croata es añadir un punto de sofisticación y complejidad que contrasta con la simpleza que perseguiría el plan expuesto. Él es para casos más generales, o para retos específicos más exigentes en lo creativo que en lo reactivo. En cuanto a su compatibilidad con el analizado Essien, discreta por un motivo muy claro: Xabi Alonso lo va a jugar todo, y tanto Essien como Modric hoy son jugadores de influencia en la base de la jugada que van a tender a moverse hacia atrás, a apoyar en lugar de romper. Aunque sería el triángulo más técnico posible, el equilibrio tendría ese pero. No es imposible, pero tampoco ideal. De todas maneras, lo que sí parece claro es que, de no lesionarse, Michael Essien va a dar mucho juego en días de los que gusta estudiar. El Real y el fútbol han ganado con el Essien por Lass.
SharkGutierrez 28 septiembre, 2012
Me gusta que Essien siga siendo valorado como un futbolista importante de rotación en este Real Madrid. Es la cara B que le pide Mou al centro del campo; la cara A, la conocemos todos: Xabi lanza, Khedira se "lleva todo por delante" para apoyar la jugada ofensiva y no hay nadie detrás. Con este Essien más disciplinado posicionalmente, más en la ayuda, va a hacer que los mediapuntas se sientan más apoyados que nunca por Xabi.
Es más, si apuesta por el doble pivote, se vería a un Xabi Alonso más participativo para lanzar y distribuir en corto incluso en el apoyo con el mediapunta. Se "pierde" el "arrastre/lanzadera" que es Khedira, pero gano transición ofensiva más nítida, más limpia y con mayor conexión. Este contexto pide balón y del bueno.
Referente a la adecuación con Modric, estoy ligeramente en desacuerdo; pese a que Modric es un futbolista que tal cuál dices Abel, viene a recepcionar y va a buscar hacia atrás en lugar de hacia delante, se me antoja para partidos donde tenga que llevar el peso. Más bien, donde lo quiera llevar. La adecuación con Essien ahí no tiene que verse perjudicada; lo digo porque pienso que Modric va a situarse a la par que Xabi Alonso en el interior de Alonso en el interior. Va a buscar respuesta del tolosarra y esas aperturas a bandas pueden ser generosas incluso, para dotar al pase de Luka de algo más de profundidad en apoyos de Di María, Cristiano y/o Marcelo. Luka coordina pero veo que se tenga porque estorbar necesariamente con Essien. Quizás porque Khedira suponga, en muchos casos, un elemento lanzadera o flotador para el resto de mediapuntas.
En definitiva, el Madrid de las "V": Virtudes, visicitudes y variedad táctica.