Mascherano no juega bien cuando juega de central. Por suerte para él, el Barça juega sin centrales. Al menos, así era con Guardiola. El argentino aterrizó en el Camp Nou como un gran especialista. La plantilla carecía de mediocentro suplente y tenía por defecto marcado la ausencia de lateralidad defensiva -capacidad para hacer ayudas o coberturas en banda-, algo que, dado el tipo de juego culé, alguna vez implicó problemas más o menos graves. Como solución a los mismos, el Jefecito no tuvo éxito. Le faltó agilidad mental y ligereza en la ejecución -sus gestos técnicos son certeros pero lentos- para desenvolverse sin restar detrás de Xavi e Iniesta. Sin embargo, su notable calidad, su competitividad extrema y el talento de Guardiola le encontraron rol y justificaron, de sobra, su fichaje.
Es muy raro, para lo bueno y lo malo, jugar entre Valdés y Busquets. Ahí pasan cosas que no ocurren en ningún otro lugar. Normalmente, el espacio es compartido por dos hombres, y se localiza pocos metros más atrás de la línea divisoria. El reto habitual es parar a un contrario. A uno solo. Mal asistido, por norma; pues los envíos suelen ser frontales. En la práctica todo se resume a tres deberes: anticiparse, rectificar el fallo desde la innata superioridad numérica o sostener al atacante tras el error del compañero si éste se produce. Echándole (mucha) imaginación, algo parecido a lo que hacía en el Liverpool de Benítez, pero sin cuatro defensas detrás. Su instinto único para el corte, su prodigiosa técnica defensiva y sus ganas de agradar dieron pie a un nivel medio altísimo y tres o cuatro exhibiciones magníficas.
El problema es que 7 u 8 noches al año, el Barcelona necesita dos centrales. En las 7 u 8 noches grandes, para más inri. Aquéllas en las que el rival es lo suficientemente bueno como para no ser sometido. La posesión culé queda más retrasada y, por ende, los cierres adquieren posiciones más propias de un central estándar. Y como el área no se puede defender como el centro del campo, a Mascherano se le nota que eso no es de su dominio. Defensa del centro lateral, administración de la frontal, timing de la cobertura lateral, instinto para el rechazo corto y, que le pregunten a Drogba o Benzema (más grave), defensa del juego directo son aspectos en los que no llega al notable. Tito no necesita nada para competir; ya tiene, quizás, la mejor plantilla del mundo. Pero si entra algo, un central es de lo más urgente.
@NJosC 9 agosto, 2012
Abel, saliéndome del contexto del Barca…
Por lo que escribes se deja ver que te parece que sería inviable ( o insuficiente) Masche de central con Argentina. ¿Cierto?
No hay alguna forma de llevar esa calidad defensiva que atesora a ser productiva con su selección ¿?