Ni final ni finalista. Estábamos a punto de vivir el partido de la historia, un hito que iba a ser nuestro, y nos hemos quedado sin nada. Desde luego, ni Chelsea ni Bayern merecen que nos perdamos en excusas, porque ambos, con más o menos juego, han ejercido de grande en sus respectivas eliminatorias; pero hoy más que nunca nuestro fútbol se cuestiona si la gran rivalidad actual es sana. Mourinho fichó a Nuri Sahin porque sabía que se encontraría un reto como el de ayer. Sin embargo, la exigencia del día a día no le ha dejado activarlo. Un detalle menor al lado de la tralla mental acumulada. Son trabas necesarias, de verdad. ¿O acaso no motiva saber que el año que viene no solo habrá más, sino que será aun mejor? Ayer el Real fichó un súper centrocampista.
Madrid presenció uno de esos partidos que cambian proyectos, pese al excitante y virtuoso comienzo. El Bayern presentía una pendiente inclinada haciaEl Bayern ha forzado al Real a fichar otro centrocampista Neuer y se la encontró, la definición quedó en pies del futbolista del año y éste respondió metiendo a su equipo en la Final. Porque era eso, la Final. Pero entonces apareció el descontrol. Los cuatro de arriba querían apretar y los seis de atrás preferían replegar; y unos querían replegar como en el Camp Nou y otros, de una manera distinta. Todos, eso sí, enamorados de su transición ofensiva, ese don que hace que el Real no asimile lo peligroso que es para ellos regalar el balón. Esos 30 minutos fueron horribles, y aprovechados por el Bayern de Múnich para enamorar a la fortuna que decide la tanda fatídica.
Lo hizo de manera coral, mostrando ser un equipazo. Alaba, Lahm, L. Gustavo, Robben, Ribery, Gómez… Schweinsteiger y Kroos. Es cierto que el capitánKroos y Bastian dominaron los minutos más decantados estaba reducido, que no fue el que descuartizó al Manchester City meses atrás, pero sin él lo de ayer es imposible. Es un gigante. Quizás el centrocampista de más jerarquía del presente europeo. Y Kroos se destapó como el hombre del choque y la eliminatoria. Ofreció la superioridad numérica en mediocampo de forma muy inteligente, a través de unos movimientos laterales, hacia cualquiera de los dos perfiles, que daban al Bayern una continuidad que tranquilizaba. Heynckes prescindió de Müller en beneficio de un sistema más apropiado. Mourinho no terminó de dar el paso con Di María y Granero. Son detalles que deciden.
El descanso mermó el físico de Bastian y la convicción del Bayern, pero el Real no lo aprovechó.
La verdad es que esa media hora bastó para que la clasificación del Bayern fuese justa, pero no tuvo continuidad. El Madrid adelantó la línea de cuatro, y Ramos y Pepe pasaron a dominar. Arriba, eso sí, nunca terminó de funcionar la cosa. Faltaron desmarques de apoyo, recepciones a media altura. Algo que se solucionó en parte con la entrada de Kaká. La verdad es que mejoró a su equipo, aun estando demasiado lento e impreciso. La línea de pase hacia Özil era más sencilla al estar escorado y la personalidad del brasileño hizo ganar en presencia a los suyos. Después, prórroga blanca sin resolución y penaltis. A Ramos se lo paró Neuer. Si un portero puede decidir dónde quiere pararlos, elige su palo derecho. Es el lanzamiento natural del no especialista, y esas paradas cambian tiros. Seguro que Sergio quiso tirarlo ahí, pero la reacción del portero alemán ante Kaká y Cristiano hizo que la mandara a las nubes. Bayern de Múnich, gigante.
javi 26 abril, 2012
Hola amigos,
Siempre os leo, pero nunca opino, ya que no me parece nunca tener nada que aportar a vuestros fantásticos análisis. Sólo los veo y disfruto.
Pero hoy creo tener una cosa que aportar, al hilo del debate generado sobre Iker Casillas durante (sobre todo) esta temporada.
Todo el mundo habla del partidazo de ayer de Casillas. Es evidente que da mucho al equipo, y que, en la tanda de penaltis, lo vuelve a meter estando ya fuera con dos lanzamientos fallados. También es evidente que el penalti de Robben durante el juego lo adivina y casi lo para.
Yo soy madridista. Viendo ayer el partido, con mucha tensión, me cabreé muchísimo con nuestro portero. Cuando ya iba el Real ganando 2-0 hay dos balones laterales por arriba que rematan, creo recordar, Robben y Gómez. Puede que uno de ellos fuera con 1-0, no lo recuerdo con exactitud, pero no cambia mi opinión. Yo estaba viendo bien al equipo, con la tensión y el empuje necesario. Pero cuando pasan estas dos jugadas, veo que el equipo se viene abajo, que se ponen nerviosos y ven mucho más cerca de lo que la habían imaginado la eliminación. Creo que esos dos balones son de Casillas dando DOS pasos hacia delante desde su posición bajo palos. Hubiera dado mucha seguridad a los centrales. En ese momento fue cuando yo tenía un cabreo monumenta. Y, ¿qué pasó? En la siguiente acción similar Pepe duda de su portero, no confía en él y hace penalti.
No digo que Casillas sea el culpable de la eliminación. Ni por esto ni por la jugada del 2-1 en Múnich. Pero sí que esta eliminatoria alimenta mucho en mi interior el debate sobre Casillas. Y sólo quiero compartirlo, para ver si tengo una opinión equivocada o, hay quien lo ve, después de esta eliminatoria, igual que yo.
Muchas gracias por vuestros análisis y debates. Los sigo con mucha atención.