Siempre he comentado que una de las razones por las que Pep Guardiola es uno de los mejores entrenadores del mundo es porque se equivoca mucho. Es una frase algo exagerada, ojalá todos los entrenadores «equivocándose» como Pep. Lo que viene a decir es que Guardiola es un técnico que no tiene miedo a tomar decisiones. Las está tomando constantemente para adaptarse al rival, al contexto de la competición, a sus jugadores, al desarrollo del partido. Para mejorar y avanzar debes tener iniciativas que te llevarán por pura estadística a fallar en ocasiones, pero que también te acercarán al acierto para superar los retos que se le plantean por delante. Cuando dejas de hacerlo, la inacción tiende a comprometerte con el bloqueo y el estatismo. Y de hecho, seguramente algo de esto sea lo que le haya pasado en la última etapa a José Mourinho, que dejó de equivocarse tanto al convertirse en un entrenador menos proactivo. Hay que equivocarse para acertar. Lo explicó muy bien Michael Jordan: «He fallado una y otra vez en la vida, por eso he alcanzado el éxito».
El tema que nos trae a este texto es precisamente que Ecos del Balón hace tiempo que se equivoca poco. He tenido la fortuna y el regalo de capitanear un grupo impresionante para construir y dar forma a este viaje tan bonito que ha sido siempre Ecos, pero ya hace unos meses que por causas personales y de salud no he podido estar a la altura de mi equipo. No estoy bien. Tengo unos compañeros que no merezco y que me han dado siempre el tiempo necesario para que yo pudiese alcanzar una mejor disposición para retomar la normalidad con la que hemos estado siempre construyendo esto tan bonito. Nunca una palabra más alta que otra, nunca una exigencia o presión fuera de lugar. Siempre paciencia y empatía. Pero llega un momento en el que tienes que aceptar que no estás y que no te encuentras en disposición de ofrecer lo que los demás merecen de tí. Necesito tiempo para recuperarme y ellos no deberían tener que esperar más.
Están siendo unos meses complicados, y la sensación de no encontrar mejora y de estar condicionando y perjudicando a los compañeros es lo que ha llevado a la decisión de dar el alto a este proyecto. Todos los miembros de este equipo tienen unas necesidades personales y profesionales que en este momento yo no solo no estoy ayudando a alcanzar si no que seguramente esté perjudicando. Y eso no puede ser. La dichosa pandemia no ha ayudado, hemos sufrido las mismas consecuencias que otros medios similares, pero seguramente con un liderazgo más determinado y efectivo todo habría podido ser más efectivo.
Con mucha tristeza os tenemos que decir que Ecos del Balón deja desde hoy de producir contenido en todos sus canales por tiempo indefinido. Vais a poder seguir a todos los miembros desarrollando su labor y talento en otras ventanas (algunos ya lo están haciendo), los vais a sentir cerca y van a seguir ahí acompañandoos, pero es el momento de que suelten el botón de pausa y que puedan desarrollarse y proyectarse como su talento merece. Con mucha más libertad y agilidad de la que tienen ahora. Porque además todos los necesitamos. Gente como Arroyo o como Adrián no pueden seguir siendo limitados y su categoría tiene que ayudar a mejorar el periodismo deportivo de este país. Talento a raudales tienen para ello, los conocéis bien.
No quiero alargarme mucho, pero me vais a permitir que le dedique unas líneas, menos de las que merecen, a mis compañeros de esta locura.
Arroyo, qué cantidad de cosas por las que hemos pasado. Muchos años codo con codo, a las duras y a las maduras, y siempre encontrando tu respuesta positiva para sumar en todas las locuras en las que nos metíamos. Ha sido un verdadero honor viajar contigo. Siempre he admirado la templanza, el señorío y la elegancia en todo lo que hacías, en todo tu comportamiento y en todo tu trabajo. Creo que no te lo dije nunca, pero para mí eres un refererente personal y profesional. Ojalá esta profesión tan complicada te de permiso para hacer lo que puedes hacer mejor que nadie, arreglarla. Darle pausa, sentido e inteligencia al contenido y a la conversación. No se me va a olvidar nunca, y a la gente tampoco, esas semanas en que te tuviste que cargar tú solo a tus espaldas los contenidos de Ecos. Eres un gigante. Gracias por estar ahí.
Tama, a ti que te digo. 30 años hace que nos conocemos. Empezó la cosa esquivándote yo en el Instituto y mira como hemos acabado. Quiero agradecerte especialmente que, a pesar de ser yo un absoluto inepto en el tema, siempre respetaste mi visión y mis ideas a la hora de crear contenidos. Me he sentido muy respetado y valorado a la hora de trabajar contigo y es algo que te agradezco mucho. De tu complicidad y compañía en todo lo que hemos pasado este tiempo no hace falta que te diga nada, lo hemos hablado muchas veces y te lo agradeceré siempre. Que vayas a ser pronto Papá es una de las mejores noticias del mundo mundial, y que sepas que de toda esa felicidad que se te echa encima ahora iré yo a copiar un poquito en cuanto tenga ocasión. No te alejes mucho. Y no llames Laionel al niño, por favor.
Adrián, creo que no te lo he comentado nunca, pero el día que nos reunimos contigo para ficharte es una de las jornadas que recuerdo con más cariño en toda la historia de Ecos. Solo fue nombrarte la posibilidad y no nos dejaste ni acabar, no escuchaste condiciones, ni cual sería tu labor, nada. Simple y directo: Sí. Había que ayudar a Ecos, comentaste. Eran unos momentos complicados para este proyecto y nos enchufaste un torrente de energía que nunca podremos agradecerte lo suficiente. Que sepas que eres el culpable de que mi liga favorita para jugar en el Fifa sea el Calcio, al final me convenciste. Creo que eres una de las mejores personas que me he encontrado en esta profesión. Eres un ejemplo de humildad, respeto, educación, compañerismo y profesionalidad. Sabes que siempre hemos comentado que mantendré esa espinita de no haberte ayudado más en tu desarrollo profesional, pero cierto es que hoy día ya eres uno de los mejores. Talento tienes para regalar. Vas a liderar en poco tiempo el periodismo deportivo español, te aprecio muchísimo y creo que, aunque por edad podría ser tu padre, me has dado no pocas lecciones de madurez de las que espero aprender debidamente. Nos dejamos una cerveza pendiente. Te debo mucho, gracias por estar siempre.
Quique, a pesar de nuestras diferencias videojueguiles, tengo que decirte que me quedo con la sensación de haber podido trabajar con un profesional del que he podido aprender mucho. Ya, ya sé que tengo que hablar menos, me esforzaré. Soñamos muchas cosas, muchas se han quedado en el tintero, pero espero que el tiempo nos de una segunda oportunidad. Ha sido un honor compartir ideas contigo, tanto aquellas que hemos compartido como aquellas en las que has tenido que ponerme en mi sitio. Me has enseñado un punto de vista diferente a la hora de observar las cosas, que es algo que necesitaba mucho y te lo agradezco un montón. Un abrazo grande, amigo. «Soñemos cosas chingonas».
Miki. Sé que quieres mucho a Ecos y la idea que representa. Lo demostraste estando primero en la grada y lo hiciste también después cuando te incorporaste al equipo. Me ha encantado discutir contigo de fútbol y las interminables charlas por skype que hemos tenido. Las he disfrutado mucho, que estos ya sabes que son más sosos y nosotros somos más de darle cancha a la charla. Ojalá muchas más. Un abrazo muy grande, y muchas gracias por responder y buscar tiempo siempre que lo he necesitado.
Almudena. La gente no te conoce, pero eres uno de las secretos mejor guardados de Ecos y uno de los principales pilares que ha mantenido en pie este proyecto durante todo este tiempo. Te agradezco como no sabes el apoyo cuando lo he necesitado y la bronca cuando la he merecido. Siempre has estado ahí, y siempre lo has hecho para sumar y para empujar en la dirección correcta. A Ecos y a mí. Qué importante has sido para todo y cuanto he agradecido siempre tu cercanía. Estoy muy muy muy feliz de que vayas a ser mamá, y que sepas que en cuanto se pueda voy a ir a darte un abrazo bien grande. Te quiero mucho, Almu.
Alex, Carlos e Isma. Mis compis de dibus. La de veces que me he buscado cualquier excusa para escaparme a vuestra ofi para hablar de nuestras ideas locas. He trabajado súper agusto con vosotros, he podido aprender muchísimo de vuestro trabajo y de vuestro talento. La suma del equipo de MUTU al proyecto de Ecos del Balón ha sido una de las mejores decisiones que hemos tenido nunca. Comportamiento ejemplar, cercano y amable, talento para regalar y un torrente de ideas sobre las que trabajar. Me ha encantado trabajar con vosotros y espero que el futuro nos junte de nuevo de alguna forma. Os agradezco la amabilidad con la que habéis aceptado siempre mis críticas, que para los diseñadores ya sabéis que eso no siempre es fácil. Muchas gracias por estar siempre ahí y por vuestra cercanía para todo. Un abrazo gigante y ojalá soltar algún día los elefantes.
Don David de la Peña, el frío que has pasado en esa buhardilla, madre mía. Igual que Adrián, aquel día que nos juntamos para hablar de tu posible incorporación lo hiciste tremendamente fácil para nosotros. No querías saber de condiciones pero sí dejaste claro que había que sumarse porque un sitio como Ecos del Balon no podía bajar la ventana. Ya te lo agradecí en una de nuestras charlas, y lo vuelvo a hacer ahora. Son cosas que no se olvidan. La de charlas futboleras que hemos tenido en esa oficina, cuantas veces obligando a Tamarán ponerse los cascos harto de nuestros debates. He disfrutado, pero sobre todo he aprendido mucho aprendiendo con uno de los mejores y de veras espero que el futuro nos junte de nuevo de alguna manera. Para mí ha sido un honor. Y recuerda que tengo secuestrados tus muñequitos, así que estamos obligados a vernos y tomarnos algo que justifique su rescate. Un abrazo rockero, amigo.
Y a tantos otros que pasaron por aquí y dejaron su sello y su corazón para construir algo que ha sido más que contenido o periodismo. Porque era imposible y por tanto había que intentarlo. Y porque Ecos formó y formará siempre parte de nosotros. A Javier Alberdi, que estuvo en el inicio de la conversación de lo que luego supuso todo. A Abel y Quintana, que convirtieron en realidad un sueño. A Nacho y su música, a David León y su pasión por todo, a Marc por convertirlo en cuento y por llevarnos a Cambridge, a Chema, Vilariño y Mata por enseñarnos qué es el fútbol y lo poco que sabemos de todo. A Kundera y su pausa, a Luis por ser un súper héroe, a Nerea por hacernos diferentes, a Albert Moren por regalarnos el talento del mejor y a Lolo por su genial locura. A Iñaki por ayudar cuando se necesitó y a Paula por estar siempre ahí.
A todos, a los cientos y miles de personas que nos habéis acompañado siempre desde hace más de 10 años. Habéis convertido todo este tiempo en un regalo, nos habéis ayudado a hacer posible lo imposible, a atrevernos a soñar con cosas que no parecían lógicas. Pero creo que es justo admitir que al final del viaje no os hemos correspondido como merecíais. A vosotros tampoco os ayudé en la última etapa y es una deuda que contraigo con cada no de vosotros para siempre. Pero que sepáis que me habéis hecho muy féliz.
El primer partido de fútbol que vi en mi vida fue la final del Mundial 78: Holanda-Argentina. Era un chiquillo de apenas 6 años que no había mostrado la más mínima simpatía por el fútbol o por pelota alguna. Pero aquel día se produjo un poquito de magia. Me gusta imaginarlo así. Al pasar por delante de la televisión observé la escena ya mítica de la impresionante tirada de papeles desde la grada. Fue algo hipnótico para mí, me quedé pegado a la televisión y siempre he pensado que ha sido uno de los momentos que más me han marcado en la vida. La capacidad impresionante que tienen miles de personas para unirse por un sueño común siempre me ha cautivado. Me he pasado toda la vida creando o sumándome a proyectos en los que el fin fuese unir a las personas. Ha sido uno de los principios básicos sobre los que se construyó este proyecto y nunca podré agradeceros lo suficiente el hacerme tan feliz y el ayudarme a llenar el suelo de papeles. La hemos liado parda, gente. Os voy a echar mucho de menos, pero Ecos se creó con el objetivo de reforzar el desarrollo profesional de sus creadores de contenido y de hacer un poquito más feliz a la gente. Cuando ves que estás fallando en los dos es el momento de pisar el stop.
Gracias por todo, no me cansaré de decirlo nunca, gracias, muchísimas gracias. Ahora toca ponerse bueno y ocuparse de cosas que son importantes. Siempre he pensado que la palabra adios es la palabra más fea del mundo. No la utilizo nunca en ningún contexto. Así que, si os parece bien, lo que nos vamos a decir nosotros es hasta luego.
Vaya viaje, amigos. Gracias por hacerme feliz.
achosocio 12 mayo, 2020
Muchísimas gracias por tantos buenos ratos. Sois de lo que no se olvida.