Jugar fácil siempre es lo más difícil. Y de esto sabe mucho Marc Roca, que anoche, en la ‘semi’ ante Francia, volvió a repetir como mediocentro por detrás de Fabián y Ceballos. El futbolista del RCD Espanyol le está permitiendo a España vivir de una manera mucho más racional en el campo. Moviéndose de arriba abajo, y de un lado a otro en el tablero, en uno y otro eje cuando tiene la pelota, Marc Roca le garantizó a España una primera ventaja numérica muy valiosa para superar los dos sistemas utilizados por Francia. El 4-4-2, primero, con Mateta e Ikoné como pareja de puntas, y el posterior 4-3-3, con Aouar y Guendouzi como interiores de un mediocampo en el que Tousart fue el único pivote. Una magistral actuación táctica que el joven futbolista catalán completó con el gol que, sin duda, revertió la dinámica de la primera mitad. E incluso del partido.
A diferencia de lo que ocurrió ante Bélgica, por ejemplo, la presencia de Marc Roca está permitiéndole a los dos interiores -Ceballos y Fabián- ver el juego siempre de cara desde su propio campo. Haciendo uso de su portentosa lectura posicional, en estos dos últimos partidos ante Polonia y Francia ha resultado algo probado que España ha conseguido salir jugando desde atrás en situación de ventaja. Recibiendo unos metros por delante de los dos centrales, o en paralelo a ambos, lateralizando su posición para controlar el esférico entre Vallejo/Núñez y Martín/Junior, Marc Roca volvió a ideárselas anoche ante los franceses para, además de establecer la superioridad numérica en la salida de balón, dividir las vigilancias de la presión rival y garantizarle a Ceballos y Fabián una recepción bastante más provechosa para los intereses del colectivo.
Marc Roca ha sido clave desde su entrada en el once titular
Un escenario en el que España, una vez superada la divisoria, consiguió adentrarse de manera vertical en el posicionamiento defensivo de Francia. El cuadro de Syilvain Ripoll, que -como decíamos- pasó del 4-4-2 al 4-3-3 sobre la marcha, trató de obstruir el juego de España a partir de dos propósitos, uno por esquema: obligándole a jugar ‘hacia fuera’ desde sus primeros pases, apretando la recepción del lateral en cuestión (Martín/Junior) en un enfrentamiento directo 2×2 con la ayuda de los dos extremos; y tratando de evitar, más tarde, las consecuentes progresiones de estas dos piezas –especialmente de Junior– con la presencia de Ikoné -derecha- y Reine-Adelaide -izquierda- por delante de ambos.
La oportuna determinación de cara a portería hizo el resto. Pero, a modo de síntesis, España estableció su dominio unos cuantos metros más atrás que ante Polonia. Un plan de partido en el que, por supuesto, sumaron todos. Y en el que Oyarzabal, no obstante, volvió a ser fundamental desde su posición de ‘9’. Fijando a los centrales, sacándolos de zona con desplazamientos horizontales y echándoles un pulso en la ruptura al espacio, el futbolista de la Real Sociedad volvió a dotar a la selección de su hiperactividad entre líneas, y dentro del carril central. A una España que, como ya ocurriese ante los belgas, volvió a tener en Junior, su lateral izquierdo, un foco de verdadero peligro, por amplitud, profundidad y arrojo en los últimos metros. Y en la que Ceballos, Fabián, Fornals y Olmo, interiores y extremos del 4-3-3 de De la Fuente, están elevando el techo de una selección fresca, dinámica y muy alegre. ‘Esta España sub-21′, en suma, puede ser todo lo que se proponga.
Higan 28 junio, 2019
Esperemos que luego esta sub21 pueda llegar a la absoluta y proponer un sistema de juego parecido al de ahora. Son divertidisimos e ver y además crean muchísimo peligro.
Enamorado del centro del campo Marc Roca- Ceballos- Fabian Ruiz. Soy el napoles y ficho a los otros dos del tirón jajjaja