La noche tuvo el nivel que demanda el objetivo, incluso tras el minuto 28 en el que el partido perdió a Diego Costa. En su final, el Barça abrochó más de media Liga cuando parecía que Jan Oblak ganaría ‘a los puntos’ un empate que parecía utópico tras la expulsión de Costa y el asedio culé. Lo hizo, y aunque parezca por reiteración, gracias a un Messi que le garantizó a los suyos una ventaja constante para recuperar mucha pelota tras pérdida y provocar mucho espacio a su alrededor. El Atlético no tuvo que reprocharse nada porque a pesar de terminar cayendo, se demostró que puede seguir disfrutando defensivamente y construir transiciones de mucha calidad cuando el reto eleve su concentración y su responsabilidad. Fue un partido que no se guardó energías ni fútbol, al menos el que han podido ofrecer ambos equipos durante esta temporada.
El partido tuvo un gran nivel en todo momento, 11 vs 11 y 11 vs 10
Las alineaciones y los planteamientos no ofrecieron demasiada sorpresa. El Cholo Simeone alineó a sus cuatro centrocampistas, y a Griezmann por detrás de Costa, mientras Valverde recitó el once que sólo titubea en su lateral derecho, siendo Roberto el elegido anoche. En clave rojiblanca, mucha memoria defensiva en la banda y capacidad para tocar, guardar, combinar y sacar jugada la pelota a pesar de perderla rodeado, una condición indispensable y necesaria para competir en el Camp Nou. El Barça, con su patrón primario más importante: tensar con Messi, estirar con Alba, y dominar el terreno desde sus consecuencias. La primera media hora fue de mucho nivel.
Messi fue la respuesta táctica al bloque m´vil y compacto del Atlético
Aunque la pelota la tuvo el Barça, el Atlético dejó en ese tramo sensación de poder corregir multitud de desequilibrios iniciados por su rival e incluso transmitió sensación de que podía protagonizar la escena desde los movimientos del bloque, por altura y por basculación. La concentración de cada jugador para recuperar metros y ocupar espacios dejados por un compañero una vez su posición era superada por el balón recordó al gran nivel defensivo mostrado en otras temporadas. El Atleti se movía hacia delante, hacia los lados y con todos; ninguno de los diez jugadores de campo desconectó de la idea principal y de los detalles defensivos -defensa del lado débil, de la frontal, cerrarse ante Messi- de obligado cumplimiento.
Oblak pareció dispuesto a contener cada disparo combado de Leo
No tardó tampoco el Barça, Valverde y Messi en necesitar al argentino siempre por dentro, desde el primer momento de cada jugada, como mediapunta. Aunque después contactara con la pelota a diferentes alturas, la posición de Leo, y por encima de eso, la agresividad mostrada para buscar el desborde o el pase vertical le dio al conjunto blaugrana un camino inequívoco para que el Atlético defendiera más abajo de lo que quería, pues además de poner en práctica una gran fase defensiva, sus transiciones con balón le estaban dando el aire necesario para cambiar el chip y buscar más arriba a la salida culé tras haber ganado confianza en los dos primeros tercios. Así, Messi, que estuvo especialmente fino en conducir y atraer marcas con sus vaivenes, fue la respuesta que igualó un choque de altos vuelos.
Ante 10 jugadores, el Barça tuvo al tiempo de su lado
Con la expulsión de Costa, el encuentro pasó a otros menesteres. El Atlético intercambió un 4-3-2 por un 4-4-1 con el que por motivos obvios no pudo ajustar en más zonas del campo, interviniendo y enfocándose en la frontal y en el área. Mientras Oblak se retaba con la comba de Messi, el Barça subió a sus centrales para ahogar más la salida rojiblanca. Arthur y Rakitic recibieron por fuera y Messi ejerció de diferencia. Para el final, cuando el esloveno parecía haber calentado brazos para seguir parando, un descomunal disparo de Luis Suárez, de curva imposible, sentenció una Liga que resume la buena relación que siguen teniendo, a nivel doméstico, el libreto de Valverde y el infinito Messi.
AArroyer 7 abril, 2019
Me gustó mucho el Atleti ayer, no me esperaba para nada un nivel defensivo de ese calibre, hubo mucho detalles de mucha calidad a la hora de cerrar espacios y desbaratar progresiones, tanto con 11 como con 10. Pero es que Messi a mí me pareció que hizo un partido soberbio en lo táctico y en lo técnico, aunque perdiera la pelota. La intención fue clave.
P.D.: tremendo el golazo de Luis Suárez. Hay una toma que recoge bien la curva… y es imposible.