El Manchester City depende de sí mismo para conservar el trono de la Premier League. Tras ganar en Old Trafford, el cuadro ‘citizen’ aventaja en una sola unidad al Liverpool, en una liga que, a falta de las tres últimas jornadas, va a decidirse muy cerca de los cien puntos. Después de cambiar -por obligación, a causa de una lesión- a Fernandinho, y de cerrar el mediocampo con Gundogan por detrás de Silva y Bernardo, el conjunto de Pep Guardiola consiguió darle la vuelta a un partido que fue incapaz de gobernar durante los primeros 45’. Un encuentro que estuvo muy marcado por la pizarra de ambos técnicos, y que el actual líder de la competición consiguió decantar por una simple y llana cuestión de calidad; en lo técnico, con el Kun Agüero muy de menos a más, pero también en lo táctico.
El United tuvo tramos de superioridad durante la primera mitad
Conviene resaltar, eso sí, que la adaptación de Ole Gunnar Solskjaer al partido fue muy positiva. Con una línea de cinco atrás, con Darmian, Smalling y Lindelof como centrales, escoltados por Young -derecha- y Shaw -izquierda- desde fuera, el Manchester United le planteó una serie de trampas a su rival y vecino a partir de su metodología defensiva. Utilizando para ello un posicionamiento mixto, en el que Pogba corría siempre a morder a Walker -lateral derecho- en la salida de balón del Manchester City, y Fred y Andreas, los otros dos mediocentros, se situaban en paralelo para defender las distintas líneas de pase que Silva y Gundogan, los interiores de Guardiola, pretendían habilitar a su espalda, el 5-3-2 del noruego confió su suerte a dominar las segundas jugadas, para, además de mantener la línea lejos del área de De Gea, robar a media altura y amenazar al espacio con un Pogba muy protagonista.
Saliendo en largo a partir de sus dos delanteros, Rashford y Lingard, ya fuese mediante el envío directo sobre el primero, que buscaba recibir siempre entre Silva y Zinchenko, o la velocidad en conducción del segundo, que arrancaba muchas veces sin importarle la distancia -hasta la portería de Ederson- ni la compañía -propia o ajena-, el Manchester United consiguió de este modo que su contrario, a pesar de tener mucho más tiempo la pelota, no decidiese la altura ni tampoco pudiera asentarse con todo el bloque más allá de la divisoria. Algo para lo cual, con Silva y Gundogan muy lejos -desde muy pronto- de Fernandinho, anulándose a sí mismos al precipitarse por detrás de Andreas-Fred-Pogba, fue clave la agresividad con la que los centrales le negaron los apoyos al Kun.
Con la de ayer, el City suma 11 victorias consecutivas en Premier
Pero el partido cambió por completo tras el descanso. El Manchester City, que ya había acabado la primera mitad 10 o 15 metros más cerca de De Gea, comenzó a encontrarse mucho más cómodo con el esférico a medida que consiguió avanzar de manera vertical a través de sus triangulaciones al primer toque. Si hasta entonces, con el colectivo muy separado de mediocampo hacia delante, los de Guardiola debieron recurrir en exceso al envío horizontal -que no les permitiese progresar pero tampoco perder la pelota en una clara situación de fragilidad-, la entrada de Sané, que ingresó al césped para anclarse al extremo izquierdo -con Sterling en el lado derecho- y la reubicación de piezas en el medio, con Bernardo y David Silva por delante del centrocampista alemán, castigó el repliegue -en el que fue cayendo- el cuadro de Solskjaer. Con Agüero mucho más suelto, yendo y viniendo entre el apoyo y la ruptura, y con los extremos fijando la vigilancia de los dos carrileros para darle así un mayor tiempo y espacio a los dos interiores, que pasaron a jugar de cara a la portería rival, el Manchester City estableció así un dominio -regido por lo individual y por lo colectivo- que, en cierto modo, reflejó la superioridad que ha instaurado en la competición menos proclive -por varios factores- a estos excesos.
AdrianBlanco_ 25 abril, 2019
Tengo la sensación de que el Kun Agüero es, cada jornada que pasa, un futbolista cada vez más completo. Su eliminatoria ante el Tottenham ya fue muy positiva, y anoche, por la cantidad de movimientos -con y sin balón- que reproduce, volvió a ser de los mejores.