Los resultados cambian prácticamente por completo la percepción de las cosas y las sensaciones generales de los hechos. Y además, en lo que respecta al fútbol, lo hacen muy rápido. En la tercera jornada de Liga, y a pocas horas de comenzar un periodo de tiempo de parón liguero a causa de compromisos de selecciones nacionales, Celta de Vigo y Atlético de Madrid se quisieron marcharse a él con la impresión de que todo está bajo control, de que su plantilla está asimilando bien todo lo planteado. Porque aunque Simeone lleve siete temporadas al frente y el ‘Turco’ Mohamed debute, ambos están buscando un sistema concreto de juego. Y puede decirse que el técnico del Celta está más cerca de conseguirlo que su colega y compatriota.
El arranque del encuentro fue peculiar, pues la propuesta de los vigueses hizo maniobrar al Cholo. Como ya ha ocurrido en otras ocasiones, como ante el Real Betis la temporada pasada, Simeone replicó el sistema de tres centrales de su rival. Con tal de crear una simetría defensiva con la que emparejar carrileros con carrileros y marcas individuales por dentro, el Atlético consiguió el efecto opuesto, o al menos uno de techo muy inferior al que se le presupone de partida.
El Atlético ‘copió’ el sistema de tres centrales del Celta
Los celestes se plantaron atrás y enfocaron su defensa sobre el sector izquierdo rojiblanco, acumulando hombres y no siendo penalizados cuando su rival derivaba el juego a un costado diestro en el que Savic era central derecho en línea de tres, Saúl pivote derecho y Correa no abría el campo, sino que lo cerraba para sumarse al área. La disposición visitante, por antinatural y apelotonada, dejó el partido en disposición de que el Celta robara antes o después y saliera con espacios mediante un tridente que tiene pinta de brillar seriamente esta temporada: Maxi Gómez jugando de espaldas -Simeone puso a Giménez como central en el eje-, Aspas moviéndose y Sisto conduciendo.
Así, el técnico visitante no tardó demasiado en ver que estaba atacando de forma muy desordenada y que las alturas defensivas le estaban dejando en inferioridad, así que decidió corregir su plan con balón, asumiendo el riesgo de defender asimétricamente y desordenadamente el plan de Mohamed. El Cholo dibujó de nuevo su 4-4-2, con Thomas y Saúl en mediocampo, pero los desajustes comenzaron a llegar más temprano que tarde.
Simeone cambió a defensa de cuatro pero se desnaturalizó más
El Celta le tomó el punto al choque, no tanto por la creación de ocasiones, sino por estar más razonado ocupando los espacios y sabiendo cómo moverse en torno al balón. Con Savic de lateral derecho y Filipe yendo a por Mallo, saliendo mucho hacia la medular, el Celta encontró siempre superioridad para que Beltrán y Lobotka pudieran dividir y encontrar el apoyo de Aspas o Gómez. El Atlético ajustaba como podía, pero las de ganar, a la larga las tendría de ganar el Celta salvo que apareciera la calidad individual rojiblanca.
No es que el gol respondiera a un dominio continuado local, pero sí abrió aún más las puertas de las dudas en cuanto a los mencionados sistemas. En un partido de poca inspiración técnica en el juego colectivo, la lectura principal estuvo en que el Celta fue un equipo reconocible, que tiene misiones específicas, espacios sobre el campo y roles definidos línea por línea, mientras el Atlético de Madrid está intentando encajar las múltiples variables que van desde dar el paso definitivo en cuanto a estilo, establecer jerarquías tácticas, con roles y zonas del campo delimitadas, y movimientos y sinergias entre jugadores nuevos y otros no tan nuevos que confluyan en un sistema de juego. Algo lógico y normal a estas alturas de temporada.
David de la Peña 2 septiembre, 2018
Ayer era un buen día para calibrar a Simeone y su nueva plantilla. Y al final creo que el Cholo es el Cholo y ha puesto al Atleti donde lo ha puesto porque siente el juego de una forma y es muy difícil cambiarle. Me explico:
Partiendo de la base de que Maxi – Aspas – Sisto es una delantera de la leche, el Atlético de Madrid tiene más potencial ofensivo, y sin embargo el planteamiento está destinado a no quedar expuesto ante ellos tres. Con Savic fijo atrás y Thomas pivote para protegerse del juego directo sobre Maxi y correr en la transición defensiva, el equipo quedó muy corto de alternativas con balón. Koke cerrado y Filipe ganando altura fueron el único argumento para avanzar con pelota, y luego el desmarque de Correa fue lo único que de verdad transmitió profundidad, porque al final Griezmann y Costa quedaban empotrados entre los centrales vigueses (muy bien Cabral, por cierto).
Ni que decir tiene que Simeone es un genio y este libreto está fuera de toda duda, pero también hay que entender que la exigencia ha subido y que el tipo de plantilla confeccionada igual da para asumir más riesgos en días como ayer. Ojo porque además, a mí eso es lo que me transmitió en rueda de prensa. Es interesante ver cómo lo gestiona.