Es cuestión de tiempo. El Manchester City dejó visto para sentencia su quinto título de la Premier tras imponerse en Wembley. El cuadro citizen, superior al Tottenham durante largas fases de la noche, cosechó una victoria balsámica después de sufrir tres derrotas seguidas –Liverpool (2) y Manchester United-, y caer en Champions, que lo acerca un poco más al que será, al margen de las dos Copas (2016 y 2018), su primer gran título en los últimos cuatro años.
El Tottenham trató de asfixiar la salida del Manchester City
Guardiola aceptó el invite que le propuso el Tottenham de inicio. Pochettino, sobre su ya clásico 4-2-3-1, organizó al equipo en un bloque medio, en el que Alli, Eriksen y Lamela, de izquierda a derecha por detrás de Kane, fueron los únicos con potestad para romperlo a la hora de presionar la salida del City. Los cuatro atacantes y siempre uno entre Dier y Dembélé, en función del carril por el que circulase el esférico, trataron de cercar así los primeros pases de los de Mánchester, adelantando a su vez a Sánchez y Vertonghen por encima de la divisoria. Un compendio que el City, con Gabriel Jesús en punta, castigó de la manera más primaria: de un balón largo de Kompany a la espalda del central colombiano.
Delph, como lateral, volvió a ejercer por dentro; con Gündogan
El de Sampedor, sabedor de los problemas que acarrearían al equipo dejar solo a Gündogan en sala de máquinas, consiguió escapar varias veces de la presión del Tottenham acercando, para ello, un futbolista más al centro del campo. Con Delph ejerciendo esta función, formando en paralelo al internacional alemán, el Manchester City jugó en realidad durante muchos minutos sin un verdadero lateral izquierdo entre Aymeric Laporte –que fue central- y Leroy Sané –de extremo, a quien se le vio bajar a recibir varias veces a la línea entre los dos campos-. Una práctica que, por cierto, reforzó con la encomiable función de Silva y De Bruyne, interior izquierdo y derecho respectivamente; quienes, sin necesidad de atravesar por su mejor momento de forma, le permitieron al equipo batir desde dentro la presión Spur en base a sus diversas acciones.
La lectura de Guardiola volvió a cambiar el signo del encuentro
El Tottenham consiguió reengancharse al encuentro justo antes del descanso, y ese subidón moral secundó ciertos fantasmas en el City de cara al segundo asalto. El Tottenham salió del vestuario con una intención mucho más agresiva por recuperar el balón. Un nuevo escenario que comandó Dembélé como pivote izquierdo. El futbolista belga trató de imperar sobre el césped por físico, bien para recuperar –yendo al choque- como para imponer su sello –a partir de sus conducciones-. Un capítulo que no secundó el pánico entre los tres palos de Ederson, pero que sí obligó a Guardiola a cambiar de estrategia; por última vez en el encuentro, pues resultó decisiva.
La entrada de Otamendi, quien ingresó al campo en lugar de Sané, llevó al City a retomar su módulo de tres centrales y dos carrileros. Esta decisión, con Walker –derecha- y Delph –izquierda- por fuera, ensanchó las paredes del equipo sky blue de modo que, haciendo correr la pelota de forma exterior, logró desarticular cualquier reducto de presión por parte del Tottenham. Sterling, liberado así del carril derecho –y más si cabe tras la entrada de Bernardo Silva, ya con el marcador a favor-, se encargó de materializar la decisión de su entrenador tras una acción embarullada en el área. Un uno a tres en el que Guardiola volvió a acertar de pleno con sus decisiones; donde Sterling, a pesar de cerrar la contienda, volvió a fallar más ocasiones de la cuenta; y que deja al City, a expensas de lo que haga en estos días el United, con demasiada distancia para tan poquito margen.
Carlos 15 abril, 2018
"Sterling, a pesar de cerrar la contienda, volvio a fallar mas ocasiones de la cuenta.
Frase que cae como anillo al dedo a una reflexión sobre la cual dudaba, pero que despues de la eliminatoria Liverpool-City me parece un hecho tacito:
Que desgraciadamente dificil, casi imposible, es ya no solo ganarla, sino opositar a levantar la Orejona sin un crack resolutivo de primer orden. Que no se si lo de Salah sea una realidad, pero lo cierto es que este año ha rendido como tal para el Liverpool es innegable. Y el martes pasado no falló.
Nada que reprochar a Guardiola, porque tal vez el merito de sus andanzas en Munich y Manchester es que , pese a contar sin un jugador asi logró competir a traves del juego, pero creo que es cuanto menos criticable que no usara a Kevin de Bruyne como su crack, que a mi parecer puede serlo.
Puede haber mucho juego, tactica, pero cuando ambos equipos tienen eso, son tus jugadores los que marcarán la diferencia. Y la diferencia el martes estuvo que pese a contar con buena cantidad de ocasiones en ese primer tiempo, Sterling, Gabriel Jesús y compañia no concretaron, y Salah a la primera que tuvo no falló…