El encuentro que de alguna manera iba a posicionar al campeonato de Liga, en una u otra dirección, en un nuevo punto clasificatorio, le sirvió al Barcelona para conocer y reconocer dos realidades resumidas en el título de esta crónica. La primera es que en un encuentro sin dominadores, de mínimos compartidos, de control y reparto, cuenta con Leo Messi para manejar el 51%. La segunda es que en dicho contexto, las virtudes que ha impregnado Ernesto Valverde, las que prevalecen despojadas de noches de exuberancia, se basan en mantener una constancia táctica, un cuerpo competitivo al que el rival rara vez va a poder comprometer. Lo visto en la segunda mitad, en la que los culés perdieron presencia y altura ofensiva, no trajo consigo un impacto negativo. El Atlético alteró los papeles pero no alteró al Barcelona, porque nunca se ha visto esta temporada un Barça alterado y ansioso. En una victoria que le acerca a una nueva Liga, sumó pues, para conseguirla, sus dos mejores argumentos.
El encuentro comenzó con un escenario no sólo de igualdad sino de planes que de alguna manera articulan ciertos problemas para cada colectivo. Al Barça viene costándole crear ocasiones una vez gana o le conceden la iniciativa. Para sumar un punto escurridizo e imaginativo, el ‘Txingurri’ colocó a Coutinho en derecha en lugar de Paulinho, para mezclar con los avanzados y sumar pie y caderas en la zona de aceleración. El brasileño es la respuesta que el Barcelona podría activar ahora o en el futuro para, junto a Messi, girar a los rivales entre líneas o habilitar el juego exterior al espacio de sus laterales. Valverde entendió que la profundidad necesitaba de receptores en corto, que reciben al pie, para obtener ventajas a espaldas de la zaga rojiblanca. Una zaga, ordenada muy abajo, que explicó el plan de Simeone en la primera mitad.
El Barça logró cruzar la divisoria con comodidad
Los rojiblancos optaron por un repliegue retrasado y pasivo, alineado y simétrico, al que no le importaba perder metros para ganarlos desde la segunda jugada. Para ello, debía imponerse en los apoyos y en la primera combinación para salir, esperar y dividir la posesión. Ocurre que los rojiblancos se han demostrado que su contragolpe gana sentido si logra mechar su plan de fases de posesión y defensa más adelantada. Con el único objetivo de reducir su papel al de defensor que aguarda, se queda corto. Y por tanto, corto se quedó. El Barça fue sumando pequeñas noticias positivas relacionadas con la solidez. No estuvo excesivamente preclaro pero haciendo hincapié en avanzar con movilidad, consiguió varias faltas en la frontal que le hicieron merecedor de generar oportunidades que los mejores repliegues de Simeone no solían permitir. En una de esas, Messi acortó el impulso de Oblak en la estirada y puso al Barça en una posición de ventaja.
Esta situación fue además una consecuencia de lo que vino antes, y no fue otra circunstancia que la recuperación que el Barcelona lograba cuando un atlético buscaba la transición. En todos los duelos en los que la acción técnica rival era positiva, salió ganador, y desde ahí, aparecieron otros tantos forzados y erráticos, derivados de un posicionamiento y una baja inspiración en cada centrocampista colchonero. El dominio y el marcador caían del lado blaugrana, que ya había perdido a Iniesta pero que apenas corría para atrás. La poquísima influencia de Diego Costa y la escasa presencia de Filipe y Koke en banda, dejó a los de Simeone sin margen: debía cambiar por completo. Y cambiarlo todo. Actitud, ubicación de sus líneas y actividad con el balón. En esa tesitura, se comprobó qué defender tan abajo no le está reportando mejora ni rédito a una plantilla que ha construido y modificado su conducta.
El Atlético adelantó líneas en la segunda mitad
Lo que sucedió en la segunda mitad, en la que el Atlético no salió a robar arriba sino a jugar un partido de posesión y recuperación, yendo y no volviendo, acudiendo y no esperando, sin sufrir en exceso, con un extraordinario Giménez preparado para el salto táctico, evidenció que el Atlético no gana en discurso mirando al pasado, sino que lo que funcionó en el pasado es una herramienta más pero no la base ni la esencia de su presente. Son muchos los casos en los que el Atlético ha demostrado que no sólo tiene plan ofensivo, más allá de algunos déficits de creatividad, sino que sabe defenderse y guardar la pelota cuando se coloca así. Servida la idea para entender su competitividad, lo cierto es que no encontró la forma de abrir al Barça. Valverde explicaba en rueda de prensa lo que sucedió y ha sucedido esta temporada, y que ha convertido al Barcelona en un equipo ganador. Explicaba, por tanto, Ernesto Valverde, lo que siempre permanece.
«Al final es verdad que ha habido cambios en el equipo, cambios de posición o cambios en algún sentido, y nuestra idea, desde el principio, es mantenernos juntos para lo que sea. Si presionamos arriba porque no tenemos el balón, vamos todos juntos. Si el contrario nos domina y estamos más atrás, tenemos que juntar las líneas y estamos todos juntos. Si tenemos el balón y hay que avanzar juntos, subimos las líneas arriba, y creo que eso es lo que hemos conseguido. Lo que pasa es que la idea es interpretar los partidos y que las cosas salgan, y está claro que hay veces que tienes un juego brillante y solucionas los partidos o en otras ocasiones estás fundido o no estás tan brillante pero tienes que ser igualmente competitivo».
Esto y Leo es lo que está permaneciendo.
Foto: PAU BARRENA/AFP/Getty Images
todoalvaso 5 marzo, 2018
"El Atlético no gana en discurso mirando al pasado, sino que lo que funcionó en el pasado es una herramienta más pero no la base ni la esencia de su presente. Son muchos los casos en los que el Atlético ha demostrado que no sólo tiene plan ofensivo, más allá de algunos déficits de creatividad, sino que sabe defenderse y guardar la pelota cuando se coloca así."
Creo que esto resume perfectamente lo que le pasa a Simeone, además si quieres ganar una liga viniendo desde atrás y tienes una dinámica tan positiva y un rival mermado tienes que ser más ambicioso y no mandarles un mensaje tan negativo a tus jugadores.
En cuanto al Barcelona tambien se resume muy bien, pero al Barcelona no debería bastarle con tan poco corre el peligro de que Massi se funda y entre en barrena.