
Aunque Emre Mor (1997) y Samu Castillejo (1995) parecen estar en dos momentos diferentes de su carrera, ambos están atravesando una etapa más o menos similar dentro de su periodo de aprendizaje. Ésta es una fase que en realidad nunca acaba. La formación de un talento no finaliza con la llegada a la élite ni con su consolidación en un determinado rol. Los futbolistas siguen creciendo y aprendiendo hasta el día de su retirada. Si no, su calidad, sea cual sea ésta, quedará infrautilizada o incluso obsoleta.
Los ritmos de aprendizaje, además, varían enormemente. Y no sólo por el evidente hecho de que no hay una persona igual a otra, sino también por una circunstancia no menor en este caso: tampoco hay un futbolista igual a otro. Sus condiciones, a menudo, afectan directamente a este proceso. Sobre todo en relación a la forma en la que tienen de marcar diferencias. Pongamos un ejemplo. Un chico de 13, 14 ó 15 años comienza a dominar y progresar en todas las categorías a partir de su velocidad punta. Aprende a desmarcarse, a atacar los espacios, a manejar los tiempos de la carrera. Pero, ¿cómo va a crecer en otros aspectos? ¿Cómo va a manejarse en espacios reducidos si jamás se ha enfrentado a ese reto? Y lo más importante, ¿qué pasará cuándo vea que su velocidad no marca tantas diferencias?
Es en ese momento cuando se inicia una nueva etapa, una nueva lucha, en la que el futbolista debe redescubrirse a sí mismo, reordenar sus propias virtudes y aprender a mezclaras tanto con el contexto que le ofrece su equipo como con el que le presenta el rival. Y en ello están Samu Castillejo y Emre Mor.
Samu Castillejo: del pico del área a una posición de interior con diferentes alturas.
Aunque con sus diferencias, tanto el malagueño como el danés de origen turco responden a un biotipo de futbolista parecido. Su génesis es la velocidad y el desequilibrio. Son muy ágiles, llevan muy pegado el balón a los pies, pueden salir por ambos lados y, sobre todo, son tremendamente creativos desde el regate. A consecuencia de esto, quemaron etapas a gran ritmo y emergieron muy pronto en la élite. Pero lo hicieron, eso sí, como un elemento meramente individual. Un hecho que además de limitar su relación con el juego amenazaba -o amenaza- con limitar el impacto de su talento. Porque el regate es el arte más puro que hay y la velocidad casi una condición para ser futbolista, pero la evolución del fútbol ha ido provocando que ambas cualidades, por sí solas, cada vez signifiquen menos.
El juego cada vez es más complejo. Hay menos espacio en cualquier zona del campo y todo va a mucha más velocidad. A pesar de la influencia de las pizarras, el fútbol sigue siendo de los futbolistas, sí, pero no de todos los tipos de futbolistas. Esto ha cambiado. Los nuevos retos exigen una mayor comprensión de lo que sucede alrededor y una mejor toma de decisiones. Y esto también se trabaja.
«La toma de decisiones no es algo que esté ahí y se trabaje en general. Los entrenadores tienen que ayudar a tomar buenas decisiones dentro también de tu modelo de juego», nos explica Adrián Cervera. Éste es un interesante punto de partida para reflexionar acerca de cómo están trabajando Javi Calleja y Juan Carlos Unzué la formación de Emre Mor y Samu. Sobre todo porque su posición en el campo ha cambiado por completo. Ambos parecían destinados -y lo siguen pareciendo- a jugar toda su carrera en la banda derecha para desde ahí iniciar la diagonal con sus respectivas zurdas. Seguramente, con el paso del tiempo, ambos abarcarían más espacio y pisarían más zonas. De hecho, Mor ya lo hacía. Pero lo primero que debían dominar eran los múltiples destinos de esa diagonal. Y, a partir de ahí, el resto.
Sin embargo, ahora mismo el del Celta está jugando como extremo izquierdo y el del Villarreal como interior derecho. En el caso de Samu Castillejo, esto parece una consecuencia del modelo y no de su momento personal. Ya desde el ecuador de la temporada pasada, el malagueño demostró haber crecido en los últimos 30 metros del campo. Recibía mejor, se orientaba mejor, elegía mejor y definía mejor. Es más, cuando Calleja introdujo su rombo, se podía decir que Samu era uno de los futbolistas más desequilibrantes de La Liga desde esa posición. En cambio, tuvo que cambiar. Y esto, aunque en el corto plazo pueda ser delicado, porque su impacto en el juego se ha reducido enormemente, parece que puede tener consecuencias muy positivas en su evolución. Samu está aprendiendo a recibir a otras alturas, a jugar entre líneas y a mediapuntear. Muchas veces se abre para recibir fuera, pero otras tantas baja a posición de interior o ejerce de trecuartista. Ante sus ojos se están abriendo nuevos horizontes.
Con Emre Mor en izquierda, Unzué sacrifica cantidad para ganar en calidad.
Mucho más sorprendente es lo de Emre Mor en izquierda, mas si cabe porque Iago Aspas ya juega por dentro. El ex del Dortmund tiene muchísima calidad. Es desequilibrio puro. Pero es cierto que, a día de hoy, desequilibra tanto al rival como a su equipo. En las primeras jornadas, cuando salía promediaba tres regates en veinte minutos, una cifra inalcanzable hasta para Neymar, pero el Celta no se veía beneficiado. Su impacto era excesivo. El partido pasaba a ser de Emre Mor. Y como Emre Mor, de momento, falla más que acierta, repercutía incluso negativamente en el Celta. Para corregir todo esto, Juan Carlos Unzué viene utilizándole en la banda izquierda. Es decir, a pie natural. Es decir, limitándole el radio de acción de todo el campo a la línea de cal. Literalmente. Así, Emre Mor hace menos cosas. Tiene menos opciones. Y, mientras mejora en su comprensión del juego y en la toma de decisiones, puede ir siéndole útil al Celta a partir de una velocidad y un regate mejor enfocados -y menos dañinos-.
«Creo que nos ha dado cosas en ataque: primero, a pie cambiado, donde a él le gusta más jugar y donde creo que puede ser más eficiente. Ha tenido alguna conducción, ha generado faltas cerca del área que nos han servido para tener alguna opción de hacer gol. En la parte final, ha cambiado de banda y le ha costado estar abierto. Eso lo tiene que ir entendiendo también. Solamente por sus cualidades no va a jugar más minutos. A esas cualidades, que son muchas, hay que sumarle el entendimiento del juego, y eso va ligado a que vaya entendiendo el propio idioma. Son cosas que provocan que los procesos de adaptación sean más lentos», explicaba a finales de diciembre el propio Juan Carlos Unzué. Las causas de su decisión parecen claras. Pero se pueden profundizar más en ellas. Así ve el caso Adrián Cervera, quien de paso lo compara con el trabajo de Guardiola con Sané: «Puede ser una buena opción que entre por izquierda, sobre todo porque desde ese perfil él puede ayudar al sistema. Deberá aprender otros movimientos, dependiendo cómo sea el lateral que tenga enfrente. Si le espera por dentro tendrá que fijar y medir la distancia con el lateral o contenerse a la hora de hacer desmarques hacia dentro. Si le espera por fuera, podrá venir a recibir a zonas interiores y luego aprender a romper a la espalda de la defensa entre central y lateral. Al final son matices. Pero debe coger confianza».
El camino que se vislumbra para ambos futbolistas es muy interesante. En un periodo importante de su carrera, dos muy buenos entrenadores les han presentado dos retos diferentes a los que estaban acostumbrados a enfrentar. Es natural que en este proceso su rendimiento se esté viendo afectado, sobre todo el de Mor, pero ésta no es una apuesta a corto plazo. Es una inversión a medio y largo plazo.
Foto: David Ramos/Getty Images
Jmc80 · hace 368 semanas
Salvando las diferencias en cuanto a nivel, estos dos casos me resultan similares al de Marco Asensio.
En ese sistema invisible de Zidane, el chico salvo en partidos puntuales se le veía perdido, no sabías si estaba jugando de centrocampista o de delantero. Igual bajaba a recibir el balón en la base de la jugada que se escoraba en la banda como extremo.
Esa indefinición de tareas, al joven talento no le estaba sentando nada bien, cuando se tienen tantos recursos que te permiten jugar en diferentes posiciones se corre el riesgo de no encontrar tu sitio idóneo.
¿A que tiene que aspirar Marco? ¿A ser Isco o a ser Bale?
Paradójicamente, situándole en la posición en la que, en teoría, menos puede explotar sus recursos (extremo izquierdo) pero en la que que le exige menos improvisación en sus movimientos, puede sentirse verdaderamente importante y seguir quemando etapas en el actual campeón de Europa.
MigQuintana 101p · hace 368 semanas
OnoRuso · hace 368 semanas
vi23 · hace 368 semanas
Además, Sisto lo viene haciendo muy bien en izquierda mientras que el lado derecho es más intercambiable: Wass, Aspas, Hugo.
Por último, diría que Jonny está este año necesitando más ayuda que Hugo para contener a sus pares. Y Emre ayudando ahí es (muy) poca cosa.
La verdad, lo veo un tema muy complicado. Y me da miedo que acabe siendo un problema en el vestuario. Ya en varios partidos he visto a Iago Aspas quejarse por malas decisiones (con y sin balón) de Emre Mor
Ismael · hace 368 semanas
AlanAlberdi 60p · hace 368 semanas
@vi23
"En la izquierda está muy constreñido y va a costar más que explote".
De todas formas, no creo que la idea sea "que explote" en izquierda, sino que se acostumbre a otra toma de decisiones y movimientos para estar más hecho cuando vuelva a la derecha.