Leo Messi no dejó nada para el analista. Su actuación durante el primer tiempo, absolutamente superdotada y muy por encima del promedio de la élite humana, habría convertido en anécdota cualquier tipo de reto que un planteamiento basado en una presión hubiera podido proponerle. Así, todo lo que ocurrió desde el minuto cinco en adelante conserva un valor muy, muy relativo de cara a un análisis estándar, y no se diga ya en pos de extraer conclusiones. No hubo partido, no hubo competencia. Sólo el huracán Leo Messi.
En un partido tan abierto, Messi se mostró literalmente imparable.
Sí nos quedó lo que se vio antes, que fueron los planteamientos y las rutinas que decantaron estos. A este respecto, el foco de mayor interés en clave futuro residió en el impacto que la titularidad de Ousmane Dembélé causó sobre el sistema defensivo del Barcelona.
Por decisión propia o instrucción de Valverde, Dembélé -extremo derecho- dejó libre al carrilero Aday Benítez y saltó a la presión sobre el central izquierdo Juanpe, formando este ajuste parte de la presión adelantada cuyo segundo detalle a destacar consistía en que Busquets ocupaba una posición más adelantada que Rakitic. Cabe suponer que Valverde quiso eliminar la presión del Girona FC evitando que pudiera presionar; es decir, haciendo que el partido se disputase de cabo a rabo en la mitad albirroja, pero la misión quedó inconclusa.
La presencia de Dembélé restó solidez a la estructura azulgrana.
La tendencia de Dembélé dejó, de partida, un mano a mano entre Aday y Semedo. Por otro lado, había que considerar la circunstancia de que Rakitic estaba anclado en el medio para compensar lo mucho que estaba volando Busquets. Y la mezcla de esas dos pautas dio contexto al mediapunta Borja García y al punta Choco Lozano para desestabilizar al Barcelona. Con el primero cayendo al apoyo y recibiendo por delante de Semedo y el segundo yendo a la ruptura y pidiéndola a la espalda del portugués, el Girona FC batió el acoso de los de Valverde con constancia y fiabilidad, y arrebató al técnico extremeño aquello que tanto suele priorizar: el control, que se quedó sin dueño. Además, la atracción que ese desequilibrio ejercía sobre las piezas cercanas dejó a Umtiti desprotegido contra la velocidad de Portu -excepcional- generando uno de los pocos desafíos en los que el central francés ha sudado durante este curso.
La exhibición de Messi fue un factor de influencia que condicionó cada jugada del encuentro, y además hay que añadir que el plan defensivo de Machín, muy atrevido, fue de los que permiten estas explosiones del «10», pero partiendo de esa base, si Valverde, además de puntos, buscaba nuevas certezas, no pudo encontrarlas.
Foto: Alex Caparros/Getty Images
Felipe 25 febrero, 2018
Vi el partido a ratos sueltos. Dicho eso, me gustó Rakitic.