Seguramente las dinámicas en el fútbol de máxima élite tengan más fácil definición en partidos como el que Atlético y Villarreal disputaron en el Metropolitano. Los rojiblancos, superiores sin tener que elevar demasiado el nivel, y los amarillos, muy condicionados por un sistema que empieza a mostrar dificultades, empataron, en parte, gracias a las tendencias competitivas que ambos equipos atraviesan. Los del Cholo pasan por un momento de evidente duda y los de Calleja, en base a la calidad de sus recambios y a la positiva inercia de resultados, pudieron reconducir lo que en la primera parte fue una inferioridad, por momentos autoimpuesta por su dibujo.
El 4-3-3 de Simeone desmontó el rombo amarillo
Los castellonenses, ya reconocidos por su rombo en mediocampo, tuvieron que lidiar con el primer ajuste reseñable por parte del rival desde que Calleja utiliza su actual formación (4-3-1-2). Y es que Simeone generó un contexto favorable en base a un 4-3-3, con Saúl junto a Gabi y Thomas más suelto, que le dio algo más de igualdad en el medio. Con Fornals, Soriano, Rodri y Trigueros, el Villarreal arranca los partidos con superioridad numérica en el centro del campo, pero, sobre todo, en el carril central, donde acumula mucha gente. Desde ahí y una defensa a todo campo, el Atlético ganó por completo la contienda más táctica.
Poco a poco, el ‘Submarino’ comenzó a tener muchos problemas para progresar desde atrás. La posición y función de sus cuatro mediocampistas queda realmente condicionada por la actitud de los laterales, que siempre quedan a la altura de los centrales o a la altura de Rodri, y no de los interiores. Al no tener un apoyo exterior para conectar, los interiores quedan de espaldas una vez reciben y necesitan de Bakambu o Fornals para salir de la presión. Calleja está teniendo algunos problemas en la progresión de las jugadas por el papel que otorga a sus laterales, muy atados posicionalmente y sin avanzar una vez el balón cruza la divisoria, lo que lleva a los tres atacantes a repartirse el ancho del campo para que el juego avance y el oponente defienda en más zonas del mismo.
Correa fue un problema para el sistema de Calleja
El caso es que defensivamente, las bandas presentan un problema similar. Simeone, que soltó mucho a Thomas para generar mucha atención por dentro, vio el cielo abierto cuando Trigueros se cerraba junto a Rodri para tapar al ghanés, lo que dejaba a Juanfran y a Correa en dos contra uno constante ante Jaume Costa. El lateral valenciano nunca tuvo marca sobre él, confirmando que el rombo deja mucho espacio en los costados. Establecido el primer ajuste en clave planteamiento (4-3-3 rojiblanco) y el desajuste amarillo (inferioridad en banda tanto con balón como en campo propio), el Atlético pudo atacar con muchísima continuidad y sin sufrir demasiado atrás. Después se tumbó en el diván.
Entre el repliegue por el que optó y los cambios ordenados por Calleja, el partido giró su rumbo. Castillejo en el interior derecho y Bacca junto a Bakambu sobre los dos centrales pero ubicados a cada lado y no por delante, desmenuzaron a un Atlético muy frágil en defensa posicional, tanto táctica como emocionalmente. El desborde de Castillejo puso a su equipo veinte metros más arriba y la presencia de Bacca en el área terminó de confirmar los problemas competitivos de un Atlético al que le cuesta gestionar el marcador, mostrarse sólido cuando defiende tiempo abajo y garantizar que el centro lateral no es su principal debilidad.
Foto: Denis Doyle/Getty Images
AArroyer 29 octubre, 2017
@Abel Rojas
Pero la desarticuló Simeone, con la posición de Saúl, aunque dejó en completa soledad a Filipe -y eso es un problema para el Atlético-, pero sobre todo porque el Villarreal tiene un problema evidente con balón cuando forma el dibujo actual. Es muy fácil presionar y morder al Villarreal. Sin laterales que ofrezcan pases hacia fuera, al final puedes enfocarte con facilidad en los mediocampistas.
Desde la teoría, el Villarreal tiene dos vértices y eso para el Atlético, a la hora de emparejar pares y zonas en la presión, tendría que tener dudas, porque Calleja tiene a Rodri para hacer 3+2 en primera linea sobre puntas del Atleti y luego tres hombres -interiores más Fornals- para que Gabi y Thomas queden en inferioridad, pero como Costa y Gaspar no suben, pues al final todo se estrecha, se juega de espaldas y pierdes muchos balones. Por ejemplo, Bakambu tuvo que venir muchisimo a hacer apoyos en fase de salida, que eso ya dice muchisimo de las dificultades del sistema amarillo a la hora de colocarse y progresar.
Creo que eso le puso más cómodo el partido a un Atleti que como digo, atacó mal por izquierda porque nadie abría por delante de Filipe y que en derecha encontró un filón con Juanfran. Yo personalmente, salvo lo de Correa y Thomas -su único ¿update? esta temporada-, no vi un Atleti esperanzador.