Si había pasado ya la segunda hora de programa y entraba la voz del narrador de Anoeta, la emoción que dirigía el vibrante carrusel radiofónico de los domingos perdía una pizca de intensidad. A fin de cuentas, todos los oyentes ya sabíamos qué había pasado: Óscar de Paula había marcado otra vez un gol saliendo desde el banquillo.
Al delantero de la Real Sociedad «Los Planetas» nunca le dedicaron una canción, quizás porque los suyos prácticamente nunca eran goles increíbles, pero su figura sí quedó en el imaginario del fútbol español como la de un punta que se quedaba corto para jugar como titular pero que como suplente siempre sumaba. Algo que, claro, casaba perfectamente con la presencia de Darko Kovacevic.
Quince años después, Anoeta ha recuperado esta figura tan particular con la llegada de Juanmi Jiménez al equipo de Eusebio Sacristán. El malagueño, tras un olvidable paso por la Premier, ya demostró la temporada pasada que es un delantero de colmillo afilado. Un jugador que tiene olfato para relacionar todo lo que le ocurre alrededor suya con la posibilidad de marcar gol. Sabe moverse, tiene intuición en el área, calidad en espacios reducidos, define muy bien… Pero, al menos a día de hoy, da la sensación de que le faltan cosas para partir como titular. Su físico liviano y el hecho de que en el fútbol moderno muy pocos equipos jueguen con dos puntas, perdiéndose así el espacio para el segundo punta, le han relegado a una posición de la que quiere salir y del que la Real querría que nunca saliera. Porque on Willian José como ariete clave dentro del sistema, a Juanmi le han quedado dos opciones: la banda o la suplencia. Y en las dos está rindiendo de maravilla. A sus 11 goles del curso pasado (uno cada 166 minutos), ya hay que sumarle los dos que lleva esta temporada en apenas 90 minutos -el último de ellos dibujando una obra propia de Romario-. Unos datos que muestran cómo Juanmi es, sin duda, un argumento que acerca a la Real a sus objetivos europeos a pesar de no partir de inicio.
Juanmi Jiménez: «Me encuentro muy bien, bastante cómodo. El año pasado igual no tuve los minutos que esperaba, o no fui tantas veces titular como hubiese deseado, pero en cada entrenamiento intento demostrar que puedo estar en el once y quiero aportar el mayor numero de goles. ¿Vértigo superar los quince goles? La verdad que no me da vértigo. Nunca me he puesto cifra, sino que cada año busco superar la marca de la temporada anterior».
Dejando a un lado el banquillo del Real Madrid, que aunque ya ha notado la ausencia de Morata sigue siendo cuestión aparte, son varios los conjuntos que cuentan con ciertos futbolistas propicios para cambiar el signo del partido entrando desde el banquillo. Además de Juanmi en la Real, están los casos de Ángel Correa en el Atlético y de Pablo Sarabia o Ben Yedder en el Sevilla. Un rol al que también se puede sumar Gerard Deulofeu tras el fichaje de Dembélé o Javier Ontiveros en Málaga. Todos ellos futbolistas con veneno, calidad y que, además, en estos momentos de su carrera parecen funcionar mejor entrando desde el banquillo, con el partido más desorganizado, que como titulares. Todos ellos una bendición, pero también un quebradero de cabeza, para sus entrenadores.
Foto: JORGE GUERRERO/AFP/Getty Images
Andrés 5 septiembre, 2017
Pero el revulsivo, al fin y al cabo adquiere ese rol, porque no es tan bueno como para ser titular absoluto no? Por lo menos en esto se aplica en los clubes élite.
Deulofeu, Morata, Correa (?) son futbolistas muy buenos que son un gran recurso competitivo en una plantilla, pero se quedan cortos para ser discursos en TOP 5 europeo. Siempre me entra la duda de porque un futbolista prefiere irse de un club ganador de titulos aunque no sea titular, para ser la estrella de uno donde tan lejos está la gloria