Jan Oblak quedó marcado ante el Madrid por el único arte en el que el portero nunca sale perdedor: el de los penaltis. Pero más allá de la final de Milan, la cual de hecho él mismo ayudó a prolongar, lo cierto es que el guardameta esloveno siente cierta predilección por su rival de aquella noche. Al contrario que Courtois, al que siempre se le pareció atragantar el disparo de Cristiano Ronaldo, Jan Oblak ha elevado continuamente sus prestaciones cada vez que se ha enfrentado al Real Madrid. Ante los blancos fue su primera gran exhibición como portero rojiblanco cuando aún existía alguna duda sobre él (cuartos de la Champions 2015) y también la última, en el reciente partido liguero que el Atlético logró empatar a uno.
La gran razón que explica su sobresaliente rendimiento no es otra que la más obvia, que a sus 24 años ya lleva un par de temporadas siendo uno de los mejores porteros del mundo, pero al margen hay una serie de condicionantes que parecen hacerle destacar sobremanera ante los del Paseo de la Castellana y que, además, quedaron representados de manera perfecta con su pasada actuación en el Bernabéu.
El disparo de Cristiano Ronaldo
Minuto 14. Carlos Henrique Casemiro corta una transición del Atlético de Madrid, conduce por dentro, divide atenciones y deja en situación de uno para uno en el pico del área a Cristiano Ronaldo contra un Juanfran al que nadie puede ayudar (Carrasco está arriba y a Savic le ha fijado Karim Benzema). La jugada no puede ser más peligrosa, sobre todo porque el conjunto colchonero se ha quedado muy desordenado tras la conducción de Casemiro, lo cual permite a Cristiano una triple opción (foto1): la resolución individual con su disparo más peligroso, la pared interior con múltiples combinaciones y el centro al segundo palo para la llegada de Gareth Bale, que de hecho ya ha iniciado el desmarque.
Jan decide no negarse ninguna opción: mantiene el centro de la portería hasta que Cristiano inicia su desborde hacia fuera. En ese momento, el esloveno da un par de pasos hacia su palo (foto2) para así poder responder de la manera más adecuada al posible disparo del luso. Y lo borda. Sin ceder ningún espacio, sin conceder ningún ángulo, Oblak fija su posición de manera milimétrica, lo cual luego le permite desviar con las dos manos el potente chut (foto3). Al final todo parece quedar en una acción de reflejos del portero, pero en realidad esto no es más que la consecuencia final del trabajo previo. A nivel posicional, Oblak roza la excelencia. Por eso casi nunca necesita volar para realizar sus intervenciones.
El achique en el uno contra uno
Minuto 27. El intercambio posicional de la BBC despista a la defensa de Simeone y, tras un envío de cuarenta metros de Pepe desde el sector diestro, Karim Benzema logra recibir con suma facilidad por delante de Juanfran. Orienta el control hacia dentro y así activa un doble movimiento: la salida de Savic y la ruptura de Cristiano Ronaldo hacia el espacio que ha liberado el montenegrino. El movimiento es de tanta calidad que ni la atención de Diego Godín ni la reacción de Stefan Savic o Gabi logra evitar que el portugués le devuelva la pared a Benzema (foto4), dejándole solo y centrado en la corona del área.
La jugada tiene valor gol. Un disparo ajustado de Benzema a cualquiera de los dos palos supone adelantar al Real Madrid en el marcador sin que ningún portero en el mundo pueda hacer nada para evitarlo. Lo único que puede realizar entonces Jan Oblak es reducir el espacio lo máximo posible para que la definición sea más exigente de lo que a simple vista pueda parecer. Y lo hace. Porque si hay una acción que define al portero del Atlético de Madrid ese es el achique. En esto no hay otro igual. Ni tan correcto, ni tan agresivo ni tan preciso. Oblak siempre se hace grande, comiéndole al delantero todo el espacio posible. De ahí que la mayoría de manos a manos que afronta el esloveno acaben de la misma manera: con el balón chocando en su pecho. En este caso la jugada no es tan directa ni concreta, pero el movimiento a realizar es bastante parecido. Leyendo perfectamente bien la jugada, en el momento que Cristiano interviene de espaldas Oblak ya está corrigiendo su posición. Pasa así de estar dos pasos por delante de la línea de gol a estar incluso fuera del área pequeña (foto5), lo que le permite estar mucho más preparado ante el disparo del nueve blanco, que en este caso fue pobre. Manos rápidas, despeje hacia arriba y balón a córner.
Los remates tras centro lateral
Minuto 47. En otra de las típicas acciones del Real Madrid, Dani Carvajal conduce una jugada por la banda derecha que no parece llevar mucho peligro. Sin embargo, gracias a una pared con Benzema, que además ha sacado del área a Godín, acaba en uno de esos centros laterales peligrosísimos del madrileño. Para el remate sólo hay un jugador de blanco (foto6), pero ese jugador se llama Cristiano.
En esta situación, al contrario que en las anteriores, Jan Oblak no se hace un favor a sí mismo. El esloveno ha mejorado bastante en lo referente al juego aéreo desde que guarda la meta del Vicente Calderón, pero sigue siendo un portero muy contemplativo e, incluso, dubitativo. Y esta jugada lo refleja muy bien. El centro de Carvajal es bastante tendido, lo que lleva a Oblak a entender que debe salir. Da dos pasos adelante, pero mide mal y decide corregir. En ese momento Jan pierde la iniciativa y pasa a ser un elemento dependiente de lo que pasa. Un elemento pasivo. Como el centro no es ni mucho menos definitivo y Oblak ha llegado a cerrar bien (foto7), Cristiano apenas puede volver a meter el balón en zona de peligro para la llegada de Benzema al segundo palo. Y es ahí donde el esloveno muestra otro de sus dones: su capacidad para reaccionar a disparos cercanos. Ayudado por su posicionamiento (no en esta jugada) y por su agresividad achicando (aquí vuelve a tirarse sobre Karim para que no tenga espacio), Oblak demuestra ser muy ágil moviéndose en distancias cortas. Tiene intuición y reflejos. Y, por eso, cuando llega Benzema al balón (foto8) no hay portería. Sólo hay un gran portero con capacidad de minimizar una de las armas más letales del Real Madrid (disparo de Cristiano), de exigir suma precisión a los delanteros en cada situación de mano a mano (el achique a Benzema) y de corregir situaciones límite en las que por un defecto suyo no ha podido abortar antes (los centros laterales).
Foto: Alexander Hassenstein/Bongarts/Getty Images
JackBonaventura 2 mayo, 2017
Creo que Jan Oblak hace el mejor trabajo pre-parada del mundo (colocación + achique) y creo que es realmente sorprendente que lo haga siendo tan sumamente joven. Diría que sólo Buffon con los años ha conseguido una excelencia similar o superior. Son a los dos porteros que "más fácil" veo parar.
Comenta Miguel muy acertadamente lo del juego aéreo… yo creo que Oblak ha progresado notablemente ahí. No es jerarquico pero contra la mayoría de rivales suele resolver esas situaciones con mucha seguridad. Venimos de Courtois que es un absoluto tirano en ese arte pero el esloveno contra la mayoría de rivales, resuelve.
Menciono lo de los rivales porque creo que Cristiano Ronaldo condiciona muchísimo al centro lateral condiciona muchísimo al portero rival. Éste sabe que el luso puede llegar con una fuerza, una altura y una potencia a la que va a costar mucho imponerse y que si no llega a cortar la bola, será gol; y ahí nacen las dudas.
Sea como fuere, resulta verdaderamente difícil pensar en un resultado positivo para el Atleti contra el Madrid en el que Jan Oblak no haya sido un factor verdaderamente diferencial.
PD: Creo que en el tema de los penaltis ha progresado también ¿no? Le marcó mucho la tanda contra el Madrid pero diría que este año el único penalti que le han chutado (Roberto Torres de Osasuna con 0-0 en el marcador) lo resolvió bien, don decisión.