La historia que escucharán a continuación demuestra que el destino puede modificarse. Que es volátil, fruto de nuestras acciones o que quizás ni existe. El fútbol ofrece uniones tan perfectas que aparentan estar escritas de antemano. Xavi Hérnandez y Andrés Iniesta son un ejemplo. Uno catalán y el otro de Albacete, cuesta pensar que no nacieron para dominar y ganar todo juntos con marca registrada. Era “el destino de ambos”. Ever Banega (Rosario, 1988) también parecía tener una senda gloriosa trazada para su carrera. Banega integraría junto a Ezequiel Garay y Sergio Agüero el comando de tres guardaespaldas que ayudaría a Leo Messi, el gran genio del presente siglo, a levantar en Brasil la Copa del Mundo de 2014.
Años después, la empresa resultó fallida por parte de todos, aunque con matices. Garay cumplió en suelo brasileño y llegó a jugar en el Real Madrid, si bien de forma breve. El Kun, por su parte, quizás no ha sido el monstruo que prometía, pero nadie le sacaría de la lista de los diez mejores delanteros del mundo en el último lustro. ¿Y Banega? Bueno, eso merece ser narrado con calma…
Banega es la historia de un candidato a fenómeno que lucha contra ese recuerdo. ¿Vencerá?
Este cuento, que se desarrolla y acaba muy próximo al nombre de Messi, arranca de igual modo unido a Leo. Y es que el pequeño Ever también nació en Rosario, a poca distancia de su futuro compañero y al que ya enfrentaba en los picados del barrio. “Nos vimos varias veces. Menos mal que se fue pronto, porque siempre nos pintaba la cara”, dijo años después. Como sucede a menudo, uno de los gigante del país, Boca Juniors, pescó al joven talento de la cantera de Newell’s. En La Bombonera quedaría relacionado de inmediato con dos nombres fundamentales: Fernando Gago primero y más tarde, Juan Román Riquelme.
En Argentina andaba todo el mundo loco con Gago. Parecía la resurrección en vida del fantasma perdido del “cinco” clásico. La vuelta a las canchas de Redondo. En España se le comparaba con Guardiola, otro mito, que para el caso era lo mismo. El Real Madrid se deja llevar por la fiebre del momento y ficha a¿Era un «5» o enganche? Daba igual: tenía aroma de fenómeno absoluto Gago en diciembre de 2006. En la media de Boca queda un vacío que le tocará a Ever rellenar. Banega debuta en febrero de 2007, apenas dos meses después de la marcha de Gago. La etiqueta de sucesor (¿?) es instantánea. Pero Ever era distinto. Su fútbol tenía otros elementos. Él conducía, regateaba, hacía ruletas… Jugaba como un “diez” pero en zonas propias del mediocentro. ¿Qué era Banega? No estaba claro, y esa indefinición no sería resuelta hasta casi una década después. El caso es que Banega, bien visto, estaba mucho más dotado técnicamente que Gago. Siendo sinceros, si uno repasa sus acciones de entonces, la sensación que se te queda es la de estar ante un fenómeno en ciernes. Su titularidad no se hizo esperar y durante ese 2007 vivió un año de consagración en el once bostero bajo la tutela futbolística de la gran estrella de la historia del club: Riquelme. Juan Román, cedido por el Villarreal en edad de plenitud, dominó la Copa Libertadores como no se recuerda. Banega, escolta de Román en la medular, salió campeón de América. Todo iba muy rápido. Demasiado rápido. Seguramente inmaduro, con apenas 19 años y menos de 50 partidos en Primera, Ever fue traspasado por el club xeneize. Llegaba el salto a Europa.
Banega pagó como pocos las prisas del fútbol argentino por recaudar dinero con sus jóvenes cracks
Aterrizar en enero, a mitad de temporada, costando 16 millones de euros y en un Valencia en estado de máxima convulsión social y deportiva. La mezcla tenía todos los ingredientes para derivar en caos. Banega, que enseguida granjeó fama por sus comportamientos excéntricos e irresponsables, no lo tenía fácil. Con todo, sus inicios no fueron malos. Dejó algunos gestos de calidad y titularidades puntuales con Ronald Koeman en el banquillo. Además ganó la Copa. Sin embargo, la llegada de Unai Emery significaría su cesión al Atlético. El hombre que le cambiaría la vida, curiosamente, de entrada dijo “no” a su figura.
Cinco titularidades en Liga y un solo gol. El paso de Banega por el Manzanares fue completamente estéril. El Atleti ni se piensa en ejercer la opción de compra de 10 millones y sobre Ever empieza a instalarse la duda. Con todo, en su camino aparece por fin la Selección. Diego Armando Maradona comienza a llamarlo La Copa América 2011, un gran palo para Banegatras su retorno al Valencia. Banega mejora su nivel en la 2009-2010 y el Mundial de Sudáfrica surge en el horizonte a modo de remota ilusión. Por desgracia para él, el Diego queda a medio camino y realiza una convocatoria mezcla de veteranos y jóvenes que abre el camino del futuro pero no termina de cuajar. Esfumado su primer Mundial, el debut internacional se aplazaría hasta la Copa América 2011. Y qué debut… Banega había completado otra temporada rutinaria en Mestalla pero Sergio Batista ve en él al cerebro ideal para su nuevo estilo. El Checho quiere clonar al Barcelona y a Ever le tocará el papel de Xavi Hernández. El resultado final es desolador. Tras dos partidos horribles, los más duros en la estancia de Messi en la Selección, Banega desaparece de las alineaciones. Su primer torneo con la albiceleste es pésimo. Empieza a apuntar a juguete roto.
Brasil 2014 se acercaba peligrosamente y Banega estaba cada vez más cerca de fallar a su destino
Quizá porque los fracasos ya no le afectan, Banega arrancaría la campaña 2011-2012 como un toro. Su talento seguía vigente y en ocasiones era inevitable que brotase. En cuestión de pocos días, Ever completará dos actuaciones sublimes ante Sporting de Gijón y Fútbol Club Barcelona, partidos que, analizados de manera individual, son dignos de uno de los mejores centrocampistas del planeta. Entonces llegó el extravagante accidente de coche en el que se rompería la tibia y el peroné, y que le colocaría a los ojos de todos como una cabra loca irreconducible. La credibilidad de su nombre quedó reducida a la mínima expresión. El tiempo pasaba. Brasil 2014, su destino, cada vez estaba más cerca. De la mano de Leo Messi, Argentina encontró la senda de la victoria y la coherencia. Sabella había formado un grupo cerrado y muy definido y Banega se estaba quedando fuera. A la desesperada, Ever se va cedido a Newell’s meses antes del Mundial para recordarle al Seleccionador que es él “el mediocampista de la generación de Messi”. Pero ya es demasiado tarde. El rosarino es excluido de la lista de veintitrés para la Copa. Se consuma la gran decepción de su carrera. Ever Banega le había fallado al fútbol.
Unai Emery resolvió en 2015 la gran pregunta que había rondado al fútbol de Banega toda su carrera
El Valencia lo quería vender. Siendo más precisos, lo quería echar. Fue entonces, con su prestigio en el subsuelo, cuando Unai Emery regresó a su vida. Aquel que había decidido prescindir de sus servicios con 19 años vio en él a un futbolista recuperable. Los andaluces habían vendido a Ivan Rakitic al Barcelona. Unai le creó su puesto ideal: «falso» enganche El croata venía de romperla como mediapunta llegador y necesitaban un sustituto. ¿Era eso Banega? Tras una década sin conocer la respuesta, el técnico guipuzcoano solucionó la cuestión táctica que rodeaba a Ever. ¿Era mediocentro o enganche? La respuesta: ninguna de las dos cosas. Emery inventó una posición en la que Banega partía como mediapunta pero tenía la libertad/obligación de bajar a crear ante la falta de iniciativa y calidad de sus pivotes reales. Así Banega triunfó en Sevilla y fue nombrado MVP de la final de la Europa League de 2015. Ever regresó a la Selección con su valor restaurado, si bien el Tata Martino eligió a Pastore el puesto de interior creativo. Banega tuvo poco peso en la Copa América de Chile. Demasiado poco quizás.
Y cuando parecía que había tocado techo, la 2015-2016 nos ofreció un pasito más. En la presente temporada, Banega ha liderado al Sevilla con grandeza y mucho fútbol. En ocasiones, como en los últimos veinte minutos ante el Shakhtar Donetsk en Ucrania, pareciendo incluso uno de los mejores jugadores del mundo. Hoy, Ever Banega encara una final europea ante un cinco veces campeón de Champions. Mañana, si todo va normal, será titular de nuevo en una Copa América con Argentina. Al lado de Messi. El fútbol, magnánimo él, espera el perdón de Banega.
hola1 18 mayo, 2016
El articulo es genial. Que grande David Leon. Pues veremos si en la Copa America no le falla a Lio Messi.