Raúl para Alemania (y viceversa) | Ecos del Balón

Raúl para Alemania (y viceversa)


Raúl y el Real Madrid se estaban haciendo daño. Demasiado daño. El tiempo, destructor de casi todo lo que merece la pena, había condenado a Raúl a la pérdida progresiva de sus peculiares cualidades. Pero Raúl seguía ahí. Pasaban los años, los proyectos y las estrellas, pero Raúl seguía ahí. Seguía porque, de todas las virtudes que le hicieron genio, hubo una que nunca le abandonó: el gol. Raúl marcaba una veintena de tantos por temporada, suficientes para que su ascendencia legendaria fagocitara cada intento de desplazarle por parte del club. Owen, Robinho, Robben… ninguno fue suficiente. La gente comenzó a preguntarse cuándo llegaría por fin el relevo. El nuevo Siete. Para Raúl, esta situación acabó siendo terrible. Su enfermiza competitividad le había metido en una batalla de reivindicación permanente de su nombre. Muchos ya no recordaban la mejor versión de Raúl. Otros ni siquiera la habían visto. Nadie lo diría jamás en voz alta, pero el madridismo se cansó de Raúl y Raúl, del Real Madrid.

El verano de 2010 terminó de edificar el proyecto de Cristiano Ronaldo, que a partir de entonces sería también de José Mourinho. El Real Madrid disponía ya de líderes suficientes dentro y fuera del campo. La figura de Raúl llegaba a su fin. Su nuevo destino sería Alemania. El Schalke 04 y un campeonato, la Bundesliga, en claro ascenso mediático. Tocaba volver a disfrutar.

Raúl sale del Real Madrid «quemado» pero con un deseo voraz de volver a disfrutar del fútbol

La expectación era máxima, y no solo en Alemania. En España, televisiones de ámbito nacional se disponían a retransmitir el debut de Raúl, algo insólito en aquella época. El estreno llegó en la Total Cup, un cuadrangular que enfrentó al Schalke con el Hamburgo y más tarde, con el poderoso Bayern de Múnich. Tras dejar buenas sensacionesLa primera cuchara al Bayern, inolvidable… y vencer en semifinales, el torneo veraniego nos ofrecía la ansiada final ante el gran gigante del país. El Bayern. Su “querido” Bayern, contra el que tantas luchas inolvidables protagonizó. Por exagerado que parezca, lo que sucedió aquella tarde sería clave en el devenir del delantero en el fútbol alemán. Raúl anotó su primer gol en una de sus clásicas exhibiciones de su salvaje instinto ratonero, pero lo fuerte llegaría después. Apareciendo por la corona del área, el crack le colocó al arquero Sattelmaier una de sus célebres cucharas. La vaselina que había dominado Europa hizo acto de presencia ante los ojos del mundo. De repente, el Schalke 04 se sintió con derecho a pensar que acababa de firmar a una estrella. “Pasarle el balón es como confiar mi dinero a un banco suizo”, exclamó Ivan Rakitic a la finalización del encuentro. Los que conocían a Raúl afirmaban que en su mirada volvía a sentirse el fuego de la ilusión. Todavía no le había dado nada al Schalke 04. Ellos, en cambio, le habían devuelto la vida.

Días más tarde llegaría la primera derrota oficial, ante el propio Bayern en la Supercopa. En realidad, sería del todo injusto e irreal convertir su historia germana en un panegírico sin fin. El fútbol de Raúl seguía siendo una sombra de lo que fue. Apenas se movía de la zona central del ataque y, en cierto modo, condicionaba los movimientos de compañeros como Farfán o Jurado. El Schalke 04 nunca fue un gran equipo esa temporada. Los 18 goles producidos por Raúl (13 dianas y 5 asistencias) apenas le sirvieron a los de Felix Magath para acabar en una discretísima 14ª posición en la Bundesliga. Precisamente por esto, lo que iba a vivirse en los torneos del KO quedaría tan grabado en la memoria del aficionado.

La Champions le dijo adiós a uno de sus últimos dominadores de manera grandiosa y con mucha épica

Las lenguas viperinas, que de esas siempre hay, habían señalado que, para Raúl, el Schalke solo era un conducto para batir el último gran récord al que podía acceder: ser máximo goleador de las competiciones europeas. Raúl había dejado atrás toneladas de resquemor, y aunque Alemania era un precioso “empezar de nuevo” al más alto nivel, el Siete jamás olvidó que debía seguir compitiendo. Así pues, daba comienzo la Champions League 2011. El Schalke se mostró muy autoritario en su estadio, logrando el liderato del grupo tras derrotar cómodamente a sus tres rivales. El deseado récord llegó para Raúl en la tercera jornada, gracias a dos goles al Hapoel de Tel Aviv, el primero de bella factura. Una efeméride bonita, pero ni mucho menos su momento más placentero dentro de aquel torneo. Ese aún estaba por llegar.

Realizado el sorteo, las bolitas caprichosas quisieron que el Schalke 04 se las viera en octavos de final con el Valencia de Unai Emery. Raúl regresaba a España. A Mestalla, una de las plazas donde el Real Madrid menos afinidad encuentra históricamente, y que era además la antigua casa de David Villa, vigenteEl gol en Mestalla fue su éxtasis personal “Siete de España”. El morbo, mal manejado por algunos, derivó en un ambiente caliente que afectó al Schalke, muy superado por el Valencia en la primera hora de juego. Roberto Soldado colocó el 1-0 y en las caras alemanas había sensación de eliminación inminente. Fue ahí cuando Raúl demostró una vez más estar a otro nivel mental. El delantero esperó su momento, que llegaría en el minuto 64. Un centro raso desde la banda de Jurado sirvió para que Raúl despertase de su aparente letargo. Su movimiento fue sigiloso, imperceptible para un David Navarro demasiado humilde como para detener a un genio en plena obra. No hacía falta que Raúl enviase el balón a la red. Tras su control, el gol ya era un hecho. Solo faltaba el éxtasis. El trance en sus ojos. Raúl había cambiado el transcurso de la eliminatoria, la había transformado con su viejo status de crack de la Champions. «Necesitaba un partido así para sentirme futbolista. La decisión de irme fue la correcta». El Schalke le había devuelto su pasado.

Restaurado su prestigio, Raúl pasó a convertirse en una leyenda andante en un lugar que nunca pensó albergarla. Franz Beckenbauer, tótem del fútbol alemán y opinador constante, manifestaba que “la Bundesliga debía nutrirse de ganadores como Raúl”, justo ahora que el campeonato alemán andaba expandiéndose al mundo a toda velocidad. Raúl simbolizaba un modelo competitivo para niños como Julian Draxler, compañero suyo en Gelsenkirchen. El Schalke derrotó al Inter de Milán por un espectacular marcador global de 7-3 (con dos tantos del Siete) en los cuartos de final. “Hay que renovar a Raúl un año más”, repetía Beckenbauer. El sueño europeo acabó cuando tuvo que acabar. El Schalke fue arrasado en su primera semifinal de Champions League por un Manchester United superior en todo.

Tras el cuento europeo, el Schalke y Raúl se darían un regalo más, muy deseado por ambos: la Copa

Para quien ha ganado seis veces La Liga y tres veces la Champions, la Copa del Rey puede parecer un asunto menor. A Raúl, sin embargo, el torneo del KO le había generado no pocas frustraciones. Nunca pudo ganarlo, y lo que es peor, en varias ocasiones le rompió el corazón. La derrota ante el DeportivoRaúl no tenía una Copa. El Schalke se la dio en el famoso Centenariazo de 2002, la final perdida en Montjuic ante el Zaragoza en 2004 o el durísimo Alcorconazo, son capítulos que dejaron en Raúl una herida abierta, herida que solo cerraría, de nuevo, gracias a su periplo germano. El Schalke se proclamó campeón de Copa tras derrotar en la final 5-0 al MSV Duisburg, un conjunto de la segunda división alemana. La gloria, no obstante, había llegado un par de meses antes, en la semifinal. A partido único, sin vuelta atrás, el Schalke enfrentó al Bayern Munich en el Allianz Arena. Otra vez el Bayern… y otra vez Raúl. Su gol daría al Schalke un título que no levantaba desde hacía casi una década, y que para la estrella española significaba la posibilidad de sumar un trofeo que no tenía. Finalizaba una campaña que había sido mucho más que exitosa. El Schalke y Raúl se habían regalado el uno al otro infinitamente más de lo que habían podido soñar. Eran un matrimonio perfecto. Se amaban.

Insertado en el corazón del hincha, “señor Raúl” (así se llamaba su genial canción) arrancó una segunda campaña menos mágica pero de mucha mayor regularidad. Había caído en verano la Supercopa, ni más ni menos que frente al gran rival, el poderoso Borussia Dortmund de Jurgen Klopp. Raúl se fue ese año a los 21 tantos producidos solo en Bundesliga –15 goles, 6 asistencias–, una cifra muy potente que sirvió al Schalke para clasificarse de nuevo para la Champions. Pese a ello, de aquella temporada conservamos una eliminatoria por encima de todo: su doble duelo ante el Athletic Club de Bilbao de Marcelo Bielsa.

Los 180 minutos ante el mejor Athletic de Bielsa, su último gran momento como jugador de élite

“Más allá de su técnica innegable, Raúl es un jugador de apariciones sorpresivas cerca del arco rival. Eso no siempre puede ser neutralizado”. Así de elogioso se había mostrado Marcelo Bielsa horas antes del choque de vuelta en Bilbao. El argentino sabía perfectamente lo que había visto y vivido días antes en Alemania. Raúl fue de nuevo Raúl ante el Athletic ClubSu Athletic atravesaba un momento pletórico de forma después de eliminar al Manchester United del gran Sir Alex. San Mamés hacía años que no veía a los suyos jugar de esa forma. El Athletic era sin duda un equipazo. Mejor que aquel buen Schalke, y por eso Fernando Llorente no tardó en adelantar a los vascos en el marcador. Gol de visitante, gol de los que rompen ilusiones y esperanzas. No a Raúl, claro, que solo tardó un minuto en empatar la contienda. A partir de ahí, contemplamos algo emocionante, historia individual de nuestro fútbol. En palabras posteriores de Bielsa, Raúl “olió la sangre” y las dudas del Athletic y se desató como un torbellino. Marcó el 2-1 con una tremenda volea. Minutos después rozó el hat-trick en una acción de recorte y vaselina digna de su plenitud. “Plenitud”. Ese era el concepto. Aunque fuera por un rato, volvimos a tener ante nuestros ojos al mejor futbolista español de su década. A ese diablo hiperactivo de masiva participación en el juego y el remate. El Athletic acabó imponiéndose 2-4 porque, simple y llanamente, era o estaba mejor que el Schalke, pero sobre el césped hubo un futbolista muy por encima del resto. La última noche del gran Raúl González.

Solo dos temporadas bastaron para entrar en el corazón y la historia del club. «¡Señor Raúl!»

Fueron tantas y tan intensas las emociones que parecía mentira que solo hubieran estado juntos dos años. A finales de abril, Raúl y Schalke 04 comunicaban su ruptura al acabar la campaña en disputa. Como suele ser habitual, al delantero comenzaron a llegarle ofertas mareantes procedentes de ligas exóticas. Cheques con muchos ceros que el Schalke no podía asumir. Raúl estaba a punto de cumplir 35 años y la temporada se le había hecho muy larga. Físicamente, su renovación ofrecía muchas dudas. Económicamente, también. Así pues, tocaba decir adiós. Nadie quería forzar una relación profesional que acabó siendo, para sorpresa de la mayoría, una bellísima historia de amor con instantes de lujuria. Hoy, con la perspectiva del tiempo, nos damos cuenta que aquello funcionó porque Raúl y Schalke 04 se dieron justo lo que andaban buscando. Raúl llenó al club de glamour, dinero (su camiseta representaba el 50% de las ventas totales y los ingresos se multiplicaron)… y títulos. Dos en dos años. Pero todo esto fue posible porque Raúl encontró en el Schalke una nueva casa. Un lugar donde volver a disfrutar tras años de hastío. “Quiero al Madrid. Fue un orgullo ser capitán, pero necesitaba irme. Relajarme. Aquí tengo lo tengo todo”. Su despedida erizó la piel del aficionado al fútbol, que pudo mirar atrás y agradecer a esta unión la resurrección, al menos en un pequeño porcentaje, del recuerdo y la memoria de un futbolista grandioso.

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25 comentarios

  • Larios84 16 noviembre, 2015

    No creo que mucha gente esperase ese impacto de Raúl en Alemania. Me pica la curiosidad saber como se recordará y como será el periplo de Iker por el Porto y el fútbol portugués, más modesto en cuanto a nivel pero con más opciones de aparecer por la Champions de forma asidua

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  • Brahm777 16 noviembre, 2015

    Lo de Raul y el Schalke para mi fue el partido comentado contra el Athletic. En ese partido donde sufri a Raul por ultima vez, tambien pense que si hubiera sido vasco, tenia que acabar en el Athletic. Este jugador fue querido en todos los sitios donde estuvo, no hay mas.

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  • hola1 16 noviembre, 2015

    Fue una historia muy bonita. Esas grandes noches europeas contra Inter o Athletic fueron sensacionales.

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  • lobezno 16 noviembre, 2015

    Lágrimas en los ojos… genial David.

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  • @polmadur 16 noviembre, 2015

    Esa Champions del Schalke la viví casi como si se tratase del Betis, su gol al Valencia lo celebré casi como si fuera mío, así era Raúl en mi corazón, aunque claro aquí en España solo veíamos al 7, pero es que en aquel Schalke estaba nada más y nada menos que Manuel Neuer, cuya semifinal ante el United fue antológica.

    Semifinal por cierto, Giggs vs Raúl, en pleno 2011 dos leyendas de los 90 luchando por su última final de Champions.

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  • Brahm777 16 noviembre, 2015

    @polmadur

    Lo de Giggs y Raul fue una maravilla, pero como dices ahi pasaba un tal Manuel Neuer!!! Que crack.

    Y despues de este comentario, gracias a @polmadur, se necesita que en Ecos hagan algo parecido con Giggs (antes de que comience su carrera como entrenador principal, jeje).

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  • @DavidLeonRon 16 noviembre, 2015

    @Larios84

    Hay que decir que, aunque Iker terminó mal con mucha gente, su caso no tiene absolutamente nada, pero nada que ver con el desgaste de Raúl. Hablamos de un juego de niños al lado de aquello. Iker en 2013 pudo entrar en declive pero nadie piensa que La Liga o la eliminación ante el Dortmund fueron cosa suya. 2014 tuvo errores gordos como Lisboa y aciertos tremendos como ante el Bayern o el Dortmund. 2015 ya sí fue muy malo (pese a parar algunas decisivas contra la Juve). Con todo, hablamos de un par de años de bajón grave. Raúl estuvo más de un lustro, y siendo jugador de campo y oscureciendo a enormes futbolistas.

    @Brahm777

    No le demos más vueltas. La Champions fue preciosa. Valencia fue su momento de éxtasis y grandeza, pero los del Athletic fueron los minutos donde recuperamos al viejo Raúl, al de 2000-2002. Yo no lo olvidaré jamás.

    @polmadur

    Neuer ante el United es lo más tocho que he visto en mi vida junto a Hart ante el Barça. Y esto fue más grande porque eran semifinales y con 0-0 parcial.

    Por eso nunca entendí la tardanza en el elogio a Neuer, si desde 2011 es un fenómeno.

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  • Abel Rojas 16 noviembre, 2015

    @ Larios

    "No creo que mucha gente esperase ese impacto de Raúl en Alemania"

    Yo creo que ni Magath. Personalmente, no conozco a nadie que vaticinase algo así.

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  • @DavidLeonRon 16 noviembre, 2015

    @Abel @Larios84

    Nadie. Dicho esto, yo sí he querido dejar claro en el artículo que el fútbol de Raúl como tal en Alemania no fue "lo del Athletic" siempre. Para nada. Raúl ya se movía poco y pasaba muchísimo tiempo, quizá demasiado, en el punto de penalti esperando remate. Lo que pasa es que el subidón de grandeza y credibilidad que vivió el Schalke ni siquiera le llevó a poder cuestionarse un instante si el tema valía la pena. Valía y mucho.

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  • Brahm777 16 noviembre, 2015

    Y hablando de Magath y Raúl. Creó que el alemán tuvo que ver a Raúl como un regalo del cielo. Un crack, veterano y con la experiencia que tenía el español luchase en cada entrenamiento como lo ha hecho el 7, debía ser una fuente de motivación para los jóvenes y para un entrenador tan duro como Magath.

    No se si me explicó. Quiero decir que Magath pudo utilizar la figura del español para motivar y mantener su linia de trabajo con los jugadores más importantes y más jóvenes de su plantel.

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  • Abel Rojas 16 noviembre, 2015

    @ León

    Sí, sí. Está claro.

    Es que si Raúl hubiera jugado siempre como contra el Athletic, Raúl no juega contra el Athletic, porque el Schalke hubiera jugado la Champions los dos años.

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  • varogs 16 noviembre, 2015

    Es que ese partido contra el Athletic, que es un partido que de no ser por él, jamás hubiera visto, me recordó a la típica imagen de un León moribundo dando su última y orgullosa batalla. Qué espectáculo. Yo también canté sus goles…

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  • @snedecor_rdn 16 noviembre, 2015

    Creo que lo más importante que le dejó a Raúl su etapa en el Schalke fue que permitió a toda España analizar y evaluar su figura sin la inevitable venda de los colores, y así la gente no tuvo reparos en expresar su admiración por el futbolista porque ya no se les tacharía de fanáticos merengones. Aunque fueran destellos, aunque lo del Athletic fuera una actuación puntual y no la tónica, hizo que la gente valorara una trayectoria que había quedado ensombrecida por sus últimos años en el Madrid y el conflicto en la selección. Se vio a un tío implicado, con calidad, inteligente, líder… todo lo que en España se estaba olvidando que era Raúl, y además sin tener que verle lo malo, que seguro que en Alemania también hubo, pero que quedó mitigado por la distancia. Más que ayudarle a recuperar la sonrisa, que también, Gelsenkirchen limpió su imagen. Porque los comentarios que se escribirían sobre él de haberse retirado entonces en el Madrid, sin esos dos años en Alemania, creo que serían muy distintos a los que leemos hoy.

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  • @DavidLeonRon 16 noviembre, 2015

    @snedecor

    Amén a todo.

    Solo un matiz: Gelsenkirchen limpió su imagen aquí, pero para él, el Schalke fue la vuelta a la felicidad. A Raúl le importó mucho menos reivindicarse (que le encantó, claro) como el hecho de volver a disfrutar de la profesión.

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  • @migquintana 16 noviembre, 2015

    Como hable con David a la hora de planificar el texto,a mí la idea fundamental me parece esa: siempre se ha hablado de lo que le dio Raúl al Schalke, pero eso es tan evidente como lo que le dio el Shalke a Raúl. No sé si a ese "Schalke" habría que ponerle comillas, porque podría haber sido ese u otro club, aunque yo creo que tenía que ser el alemán, pero lo cierto es que Raúl volvió a ser feliz de una forma bastante nítida.

    El Real Madrid es un contexto tan particular que no existe otro en el mundo en este sentido, y de que todo acabara como acabó también tuvo responsabilidad el jugador, obviamente, pero como dije en el texto de los entrenadores: en los últimos años Raúl fue un superviviente de sí mismo. Y sobrevivir no es tan satisfactorio como vivir.

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  • @tommyfg10 16 noviembre, 2015

    Fantastico el articulo, mucha revindicacion del Angel en Alemania y muchas alegrias que le dieron por alla (y viceversa claro). Logro volver a ser el tipo que definia los encuentros y doto al Schalke lleno de promesas en un equipo con mentalidad ganadora que le alcanzo para llegar a las semis de UCL, se dice facil pero no lo es…

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  • hola1 16 noviembre, 2015

    Me repase los videos y que recuerdos de ese Schalke. El golazo de Raul en San Mames,tremendo.

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  • @Juantelar 16 noviembre, 2015

    "Seguía porque, de todas las virtudes que le hicieron genio, hubo una que nunca le abandonó: el gol. Raúl marcaba una veintena de tantos por temporada, suficientes para que su ascendencia legendaria fagocitara cada intento de desplazarle por parte del club. Owen, Robinho, Robben… ninguno fue suficiente."

    Es lo único con lo que no estoy de acuerdo con el artículo.
    El Raúl de esa época ni eso aportaba. Sus cifras de goles eran muy escuetas, apenas superaban la decena. A partir de 2004 (o si lo preferís, de cuando se dejó el pelo largo) comenzó su decadencia en todos los aspectos, incluido el anotador.
    Y si siguió jugando fue por nombre, por peso en el vestuario y porque no hubo entrenador con … para sentarlo, las cosas como son. No es que los Owen, Baptista, Robinho y compañía no fuesen suficiente. Es que ni siquiera probaron a ver si lo eran.

    Luego sí, a partir de la 07/08 al menos recuperó el gol. Y en Alemania ofreció un rendimiento y tuvo un impacto que ni el más optimista de los raulistas hubiese esperado.

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  • Gravesen 16 noviembre, 2015

    @Juantelar

    Raúl perdió el gol al 50% en esa época de 2003-2012: si recordais en 2003-2004, 2007-2008, 2008-2009. 2010-2011 y 2011-2012 si que promedia 20 goles por temporada (20, 23, 24, 19 y 21) y en las que no llego hay bastantes "justificaciones"; en 2004-2005 jugó con Luxemburgo de mediapunta en un rombo, como el año de la Séptima, en 2005-2006 sufrió 6 meses de lesión, en 2006-2007 Capello lo metió de interior izquierdo 3/4 partes de la temporada (de echo su explosión goleadora cuando el italiano le mete de pareja de Van Nistelrooy fue notable) y en 2009-2010 fue simple y llanamente suplente de suplente, porque tenía a Higuaín, Cristiano y Benzemá por delante en la delantera.

    Es solo suposición, pero un Raúl que hubiera vivido en el área y que no hubiera coincidido con Ronaldo (nunca me parecieron compatibles) hubiera seguido dando esos 20 goles al año, como hizo cuando Schuster le volvió a meter ahí y recuperó de acompañante a un tanque (Van Gol, Huntelaar) en vez de un búfalo (Ronaldo).

    Quiero mencionar que lo que ha echo con el Cosmos también es notable, se ha unido muchísimo con la hinchada.

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  • Polaquito 16 noviembre, 2015

    Yo era muy hater de Raul y casi no le había visto en su época gloriosa. Mi idea de el era la de una caricatura que jugaba al fútbol. Sus tempoaradas 06 y 07 son de jugador tan tan vulgar y tan evidente que no daba nivel… Además me caía muy mal.

    Su estancia en Alemania me hizo reflexionar mucho sobre quien era Raul y como un tipo que (a mi juicio) estaba en el Madrid porque a la prensa le caía muy bien podía llegar a Alemania y hacer lo que hizo él. El partido contra el Athletic me pareció demasiado irreal, aquel tipo era conocido como patapalo del que habia cientos de videos en internet ridiculizandole estaba dominando él solo al Athletic. Su paso por el Schalke es importantísimo, si no creo que hoy no sería considerado como leyenda por muchísima parte de los aficionados al fútbol.

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  • jackbonaventura 17 noviembre, 2015

    Maravilloso artículo, David. Le hace total justicia a esa etapa.

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  • Sergio 21 noviembre, 2015

    He oído por ahí que Raúl lo tenía hecho con el Manchester United y que Florentino no permitió ese fichaje por miedo a que triunfara. Leyendo el otro artículo de esta misma página sobrela adoración de Ferguson por Raúl, lo mismo es verdad, y lo mismo es verdad que con Casillas ha hecho parecido.

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  • Gravesen 21 noviembre, 2015

    Yo la del United no la recuerdo; si que recuerdo que el Chelsea hizo un ofertón por el en 2004, justo con la llegada de Mourinho, de unos 30-35 millones y que estubo "cerca" de hacerse porque Raúl venía de su primera "mala" temporada en años. Al final no se hizo, como todos sabemos, pero a la larga quizás ese hubiera sido el momento ideal para que hubiera ido a otro club. Quizás con Mou no hubiera tenido ese declieve tan brutal que acabó sufriendo, y ese Madrid tenía a Ronaldo como titular (con quien Raul nunca termino de funcionar) y llegaron Morientes tras su cesión del Mónaco y Owen como nuevo galáctico (además de Soldado que ya jugaría un buen puñado de minutos ese año).

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  • Gravesen 21 noviembre, 2015

    Me corrijo a mi mismo, no fue en 2004 sino 2003, y no fue de 30 millones sino de 50. Pero claro todo lo dicho antes queda en nada porque Raúl pese a la apendicitis venía de hacer su mejor temporada en Champions de su carrera, a parte de ganar la Liga.

    Por simple y sencilla curiosidad de jugar a futbol ficción, si imaginamos que Raul ese año se va y el que se queda es Morientes, ¿Como hubiera funcionado la pareja del 9 con Ronaldo? Morientes era muy inferior a Raúl pero esque Raúl cayó en picado y tampoco llegó nunca a entenderse del todo con el brasileño.

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  • @DavidLeonRon 21 noviembre, 2015

    @Gravesen

    Raúl en 2003 o 2004, yendo a otro grande y sin el cansancio mental y tal, a buen seguro habría dado un par de buenas temporadas no al nivel del gran Raúl pero sí manteniendo su status de estrella. Es decir, lo del Schalke pero con muchísima mayor calidad futbolística.

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