La España sub-21 cosechó una contundente victoria sin dominar con continuidad el juego. Su rutilante nómina de jugadores inclinó la balanza en base a su calidad individual, entendiendo mejor el encuentro cuando anduvo por debajo en el marcador. Aún así, la calidad de Georgia y la configuración del mediocampo español produjeron varias fases de inferioridad por dentro. Fuese o no su propósito, España fue un conjunto de jugadas.
Celades optó por Oliver, Saul y Asensio en la medular
Gerard recibió constantementeSaúl Ñíguez de mediocentro y Óliver Torres y Marco Asensio de interiores fueron la propuesta de Celades, con un papel mixto para el genio españolista, con más libertad para ocupar la mediapunta y variar alturas. Sin demasiada presencia de los laterales, el principal foco de la selección fue Gerard Deulofeu. Con un juego de extremo puro, España se encomendó a su jugada individual para ganar profundidad, lo que restaba protagonismo a sus pasadores antes mencionados.
Con Munir como ‘9’ puro, y no por su culpa, faltaban llegadas de la segunda línea. Fue este aspecto el que pasó a ser realidad cuando Georgia, con jugadores de buena técnica, dominando a España en el inicio del segundo periodo, se puso por delante. A España le faltó algo más de ruptura de jugadores retrasados. Los laterales no generaban atenciones por fuera, los pases eran al pie y las posiciones muy fijas. Una arrancada de Saúl rompiendo la medular georgiana y una ruptura de Asensio por el carril central produjeron situaciones de juego nuevas y comprometedoras. Esa agitación obligada por el marcador ofreció unos espacios que el combinado aprovechó para matar el partido con el pasar de los minutos. La entrada de Mayoral se sumó a la nueva altura de Asensio y Manquillo. En cuanto la selección se movió, obró la victoria.
@DavidLeonRon 8 octubre, 2015
Deulofeu, o como repetir lo mismo todo el partido y generar aun así como 6-7 ocasiones netas de gol.
En categorías inferiores, claro. Eso es lo malo.