El Sevilla perdió porque cayó en la trampa. Hizo lo único que no puede hacer un equipo español cuando descubre la supremacía táctica que le destaca sobre los ingleses: olvidar el brutal potencial ofensivo que atesoran Mourinho, Van Gaal y, de modo destacado, Manuel Pellegrini.
El City vació su mediocampoEl grupo debió alucinar. Saltó al césped del Etihad Stadium y vio que, de área a área, el color celeste de la camiseta del City brillaba por su ausencia. Y al juntar tres centrocampistas puros sobre la pradera (Krychowiak, Banega e Iborra), parecía que el control era suyo. Pero apenas fue un parecer, porque malinterpretó casi todas las ventajas que le fueron concedidas.
Iborra y Ever vendieron a Krychowiak en la transición defensiva.
Konoplyanka es buenísimo -pero buenísimo- y jugaba en el equipo que tenía la posesión, y Vitolo tiene calidad y atacaba a un Sagna que, en la banda izquierda, estaba perdido. Eso proveyó al Sevilla de punch y buenas sensaciones, factores que desembocaron en la euforia que acabó con su estructura. En lugar de administrar su superioridad con austeridad, siendo precavido a la hora de cerrar el centro del campo para evitar contraataques y yendo goteando poco a poco jugadas de sus extremos, se fue con todo arriba y fijó tanto a Banega como a Iborra casi en una doble mediapunta, abandonando a su suerte, solo y abajo a un Krychowiak al que, en todo momento, le llegaron en tromba.
Emery intentó cerrar el medio con N´Zonzi, pero el equipo no entendió el mensaje.
Pellegrini había dispuesto un 4-4-2 con Navas en la derecha, De Bruyne en la izquierda y Sterling y Bony en la doble punta. Una mera formalidad que pronto rompería el 4-1-5 del que se trataba en realidad, con los cuatro citados en la delantera y Touré Yaya a su misma altura. Y sucede que este año sí, sin duda, la calidad del Manchester City es absolutamente verdadera. Incluso sin Silva -que es el sistema- ni el Kun -que es el mejor-, Yaya, Kevin y Raheem constituyen una batería de gana-partidos muy difícil de controlar. Y entre, sobre todo, el belga y el costamarfileño, fueron filtrando contragolpes sin cesar que el Sevilla nunca paró. Los hispalenses tenían el centro del campo, pero no supieron utilizarlo. Recibir un gol en el descuento tras una contra local cuando el marcador esgrimía empate fue el colmo del desacierto, pero también el resumen de su lectura. El City padece defectos de base que le hacen vulnerable, pero no es un equipo normal. Y la flauta ya había sonado demasiado poco tiempo atrás como para que se repitiera el milagro. Emery debe redescubrir la capacidad de control de su Sevilla.
@DavidLeonRon 22 octubre, 2015
Minuto 92. Tienes un empate en el Etihad que te da el 35% del pase. Perder de contra es lo último que te puede pasar. Puedo entender, ojo, que busques ganar en el 80, porque el City es el City y de verdad, qué huecos dejan… Pero en el 90 firma ya lo que conseguiste. Ata laterales y sufre atrás. No dejes espacios a De Bruyne para correr.
Para mí el Sevilla terminó compitiendo mal. Le pudo la inexperiencia en la gran Copa.