El Arsenal se apropió de la Community Shield tras un encuentro desigual en el que fue el mejor con cierto margen y en todas las facetas. Entre ellas, también la vinculada a la defensa, que fue donde pasó más tiempo, porque se adelantó pronto y no vaciló en darle al Chelsea el peso de la posesión, para hundirlo aún más. Y he ahí lo noticioso. El Arsenal, en los últimos seis meses, ha recuperado la autoestima defensiva; ha esquivado el fatalismo y se siente capaz de resistir acosos. Esto le viene genial para potenciar el nivel de sus principales atacantes, que en su mayoría son especialistas en el arte de correr. Como Wenger, que siempre ha destacado más diseñando contras que ataques pausados. Contras de mucho pase, pero contras.
El Arsenal lo despejó todoEsta recuperación de la autoestima encuentra su razón básica en un trabajo psicológico. Los futbolistas del Arsenal de repente confiaron más en sí mismos, quizá ayudados por el crédito interno ganado por su dupla de centrales y, con certeza, por la consolidación de Coquelin, que respondía a un perfil harto añorado por la parroquia gunner, que vio sus éxitos cimentados sobre dobles pivotes con Vieira, Petit y Gilberto Silva. La mezcla de ambas cosas, bien orientada por Wenger, ha desembocado en esta seguridad que imprime más autocontrol a cada hombre y aleja los fallos individuales. Y el fútbol está en la mente. Si estuviera en los pies, se habría mejorado, pero no tanto. La estructura del Arsenal tiene grietas. En primer lugar, el rol defensivo de Ramsey junto a Coquelin es bastante impulsivo y deja espacios a sus espaldas; en segundo, la protección de los costados cojea, siendo relativamente fácil hacer 2 contra 1 a Bellerín o Monreal y todavía más sencillo poner un centro a la olla. Hasta 39 despejes se contaron en el área de Cech, 16 de ellos de Koscielny.
El Arsenal se lo ha creído, y eso es estupendo. El primer paso ya se ha caminado y solo con eso, como prueban los resultados, se puede competir. En pos de dar un segundo salto, deben ofrecerse razones a la mente para no dudar contra los mejores. Hay que pulir el sistema un poquito más tácticamente. También se cuenta con Cech, que aunque acaba de llegar y este estado de buena esperanza en el Emirates ya va para medio año, personaliza como ninguno el nuevo espíritu de los de Wenger.
HenryHM 3 agosto, 2015
Esta transformación que empezó hace más bien poco el Arsenal recuerda, salvando kilómetros y kilómetros de distancia, la metamorfosis psicológica del Atleti de pasar de ser el "pupas" a ser uno de los equipos con más moral del campeonato. Al Arsenal no está ni a la mitad del proceso de transformación, quizá porque por estilo e idiosincrasia no le interesa y prefiere mantener señas de identidad que le son propias aunque esto haga más probable que surjan déficits competitivos. Aún así mola ver al Arsenal puliendo poco a poco las lagunas psicológicas que ha tenido desde los Invencibles y que no nos han permitido disfrutar hasta el final de uno de los equipos más atractivos de la Premier en 6 de los 8 meses de competición. Esperemos que este sea el año. Con Cech hay esperanzas.