El Fútbol Club Barcelona debutó con victoria en este recién estrenado campeonato liguero ante un Athletic de Bilbao que, a pesar de bajas significativas y un esfuerzo importante en la semana previa, volvió a dejar detalles y síntomas de su renovado potencial. Los leones miraron de nuevo de cara a los de Luis Enrique, escapando de la inferioridad y planteando un encuentro entre iguales que decantó el arma más fiable y mortal del Barça del triplete. Hasta y después del 1-0, los de Lucho tuvieron que esperar a que el sustituto de Daniel Alves, lesionado en la primera parte, supusiera un elemento de sorpresa y profundidad que los azulgrana agradecieron por su significado: la altura ofensiva culé.
Visto el experimento en pretemporada, y señalado como uno de los posibles resortes tácticos que Luis Enrique puede introducir -y debe, sea él o no el elegido, tras el estimado tiempo de baja de Alves-, Sergi Roberto fue una de las noticias de la tarde en San Mamés. Sergi encontró profundidadEl canterano, repitiendo el curioso caso de reconversión de centrocampistas en laterales, destaca en la teórica por ser un interior con llegada y buen dribling en zonas interiores. Así pues, ese primer paso y posteriores zancadas comenzaron a llamar la atención de sus compañeros. Podía surgir como un elemento de penetración y altura ofensiva para un conjunto culé que se quedó sin soluciones ante la consabida ausencia de Neymar y la posterior de Alves. El regate de Messi para eliminar una línea y hacer subir al equipo no resultó esta vez, haciendo de la carencia de socios del ’10’ algo que Roberto palió con incorporaciones más que jugosas, desmarques largos y amplitud para progresar.
Sin Ney ni Alves, Sergi agitó con sorpresa y altura en el ataque
Roberto cumplió desde el punto de vista táctico. Dio utilidad al carril como un lateral largo en lugar de desempeñar el rol de centrocampista que interpreta Alves para el Messi más abierto y asociado, una solución que al Barça le suele pasar factura defensiva pero que en el día de ayer correspondió; la falta de profundidad y exploración del último tercio era tan exigua que el desparpajo y velocidad de Sergi sentaron como agua ante la sed. El canterano se olvidó de la salida de balón y de la gestión en la medular como desahogo exterior; fue apoyo, incorporación y profundidad. Por su parte, acompañó desde el plano técnico con controles refinados y tranquilidad en el gesto para asegurar posesión y generar alguna jugada en el borde del área. Terminó atreviéndose para cerrar por su costado una buena transición que se fue al larguero. En general desprendió un aroma de positiva adaptación para contextos concretos.
Más allá de su viabilidad futura, estos meses pueden servir al técnico asturiano para reforzar la confianza de jugadores no habituales, actualizando la realidad de algunos de ellos, hasta el momento dubitativas en el mayor de los casos. De la configuración de la zaga en estas semanas sin Piqué, Alves y probablemente Busquets más a corto plazo, se debería ver un Barça diferente. Ingenio y oportunidad donde aparentemente, a priori, únicamente se verá dificultad.
Casper 24 agosto, 2015
Lo mejor para el Barça es que su competitividad sigue intacta, jugara mejor o peor, estara bien o no el equipo, faltaran o no piezas claves… pero sigue ganando partidos sufriendo o gozando pero siguen ganando, es una cosa sencillamente hermosa.