«Tú, tú, tú. Nos jugamos mucho para estas cosas». Le había cazado la cámara de Canal Plus. ‘Estas cosas’ no era si no decidir que, en el día de tu último partido como jugador del club, en la última jornada de liga, cuando el lanzador especialista del equipo, Aritz Aduriz, te ofrece un penalty para despedirte con gol ante tu afición, un momento que cualquier jugador te firma desde el debut, dices que tire el bueno. El Athletic de Bilbao estaba inmerso en la lucha por la séptima posición que garantizaba plaza para la próxima Europa League -al menos para su previa-, pero el gesto era claro. Tanto, que esa fue la manera con la que quiso despedirse, de jugar y de competir. El legado de Iraola es ese «tú, tú, tú. Nos jugamos…».
«Al fin y al cabo yo necesito asociarme. No puedo fabricarme jugadas». Markel Susaeta y Joseba Etxeberría remarcan como ningún otro el poder de Andoni como lateral. Como en tantas otras ocasiones, hay un momento en el que, por necesidades concretas, habilidades adquiridas o, principalmente, aspectos caracteriales, un jugador es reconvertido. El de Usurbil, con un control de balón y pase corto de centrocampista, tuvo la suerte de que un tal Ernesto Valverde viera en él el talento e inteligencia suficientes para ser útil a la plantilla, y sobre todo al juego, desde atrás. El ‘Txingurri’ quería pasarla en su zaga con pies medulares, creando sociedades desde campo propio. Desde el ‘2’, Iraola se unió a su extremo para ser protagonista. Primero con Joseba (Valverde), después con Susaeta (Bielsa).
Con Markel Susaeta ha formado una sociedad destacadísima
Su técnica, su mayor virtudDesde Amorrortu a Noriega, responsables de fútbol base en Lezama en diferentes etapas, todos destacan la capacidad técnica de Iraola para solventar los problemas de un balón mordido o de crear posibilidades tan valiosas como que un jugador sea polivalente. En Iraola, uno de esos representantes, como buen vasco, de la economía en sus gestos, ha sido más la polivalencia técnica que táctica lo que le ha llevado a parecer capaz de ser muchas cosas, pero casi siempre desde el costado. Su conducción de balón, precisa y obediente, le dotó siempre de una salida y desdoble interior que no era común en nuestra liga. Andoni podía llegar y ponerla, pero su plus no estaba ahí. Él permitió que un centrocampista se acercara al área a romper o disparar, porque Iraola estaba cerca de la jugada. Un lateral sinuoso.
Esa facilidad para representar lo sutil y subyacente, hicieron de Iraola un perfil único en cada plantilla de la que él formó parte. Sin ir más lejos, su figura recuerda al talento español asociado al ritmo medio que poseían los Fran, Caminero o Butragueño. Personajes de un fútbol atávico, integradores de momentos fantásticos que percibían como normales detalles de máxima calidad. Ningún jugador con el que compartió vestuario rozó su equilibrio. Sin ser florido, lo delataban sus trazos. No había de más ni de menos, como el proceder de un proyeccionista. Dijo Manuel Vicent, con irrebatible cátedra, que el swing está en los actos cotidianos: al caminar, al llamar al camarero, en contar una historia a varios amigos mientras sirve uno mismo el vino, en volver al anonimato después de un gran éxito. El «tú, tú, tú».
Con Bielsa sube su nivel y reformula su fútbol
Tras varios años de aquella crucial anécdota en la que Ronaldinho nombra al ’15’ como el mejor defensor que enfrentó en España, por su tenacidad para salir siempre jugando una vez recuperaba la pelota, Iraola terminó la etapa Caparrós como amo y señor de la banda. Pero fue con el Loco Bielsa cuando Andoni se hizo felino. En aquel informe tan espectacular que elaboró el rosarino antes de que Josu Urrutia ganara las elecciones, Iraola debió de llenar páginas y pensamientos del singular Marcelo. Sus particularidades físicas -basadas en el ritmo y la resistencia antes que en la explosividad para recuperar- y técnicas -de sobra conocidas- fueron para Bielsa un abrevadero inagotable al que acudir para crear triángulos, profundizar de manera vertical y rematar las internadas de su homólogo zurdo.
Y lo resumió con el Ira(i)ola skill. En uno de los momentos más maravillosos de la historia reciente del club, también del fútbol continental, en la eliminatoria ante el Manchester United de Alex Ferguson, Andoni desdobló por dentro y controló la pelota con tres pisadas de óleo sobre lienzo. El comentarista comenzó a emitir sonidos sin dueño, viendo a un Andoni excitado por deformación bielsista, pero con la esencia intacta. Hasta el fallo le otorgó reconocimiento. A Iraola, que le expulsaron por primera y única vez cuando ya había contado 377 apariciones en Primera División -de las más de 500 con las que se despide-, le recordarán mucho. En su último día no lanzó el penalty que le ofreció Aduriz, y aun así logró marcar. Puro swing Andoni.
hola 2 junio, 2015
Iraola si marco contra el Villarreal en San Mames.
Gran articulo.