Acompañando en su esperado ascenso a Álvaro Morata y Jesé Rodríguez, siempre desde un segundo plano pese a ser más veteranos, Denis Cheryshev (1990) y Lucas Vázquez (1991) fueron quemando etapas en «La Fábrica» madridista a un buen ritmo. Tanto el coruñés como, sobre todo, el ruso, transmitían la sensación de que una vez se despegaran de los costados del Alfredo di Stefano podrían ser -muy- buenos futbolistas en Primera División, pero ninguno de los dos era ninguna certeza. Su éxito no era inevitable. Como con muchos otros, pese a sus grandes condiciones, sería fundamental lo acertado de sus primeros destinos en la élite del fútbol español. Un contexto general favorable, un técnico que confiase en ellos, unos compañeros con los que mezclar bien y, evidentemente, un poco de fortuna en sus actuaciones. Todo esto, punto por punto, lo están teniendo Denis y Lucas de tal manera que, como si ahora sí que sí nadie pudiera evitarlo, se han convertido en protagonistas de la Liga.
Denis Cheryshev, símbolo del vértigo del Villarreal.
Al hijo del mítico Dmitri Cheryshev, precisamente lo que le faltó fue salud en su primera experiencia en Primera. El Sevilla de Unai Emery, el equipo de Rakitic y Bacca, parecía tenerlo todo para potenciar las cualidades del vertical, veloz y desequilibrante extremo izquierdo, pero una sucesión de desafortunadas roturas y fracturas le impidieron demostrar lo afortunado de dicho matrimonio. Ahora en Villarreal, ya recuperado de las lesiones y exhibiendo un estado físico envidiable, Denis se ha convertido en el nuevo «Cani» de Marcelino García Toral.
La velocidad de Cheryshev es el mejor arma del VillarrealFruto de la paulatina desaparición del maño o del impactante advenimiento del ruso, lo cierto es que el Submarino Amarillo ha cambiado de marcha en esta temporada. Bruno y Trigueros ya no ganan frontal porque, simplemente, no les esperan. Y no quieren esperarles. La endiablada velocidad de Denis Cheryshev, que en conducción puede ir tanto para dentro como para fuera, es la nueva seña de identidad del conjunto de Marcelino. En parte porque siempre, sin excepción, el futbolista ruso aparece. Si su Villarreal sufre, lo ayuda a sobrevivir. Si su Villarreal juega a placer, protagoniza cada ataque. No hay, hasta la fecha, un solo partido de los castellonenses que se pueda resumir sin incluir su nombre propio. Por facultades, por talento y por insistencia, Denis siempre encuentra la forma de ser relevante. Y no sólo de forma individual, sino que también logra arrastrar tanto a Uche como a Vietto, su hermano mellizo que en ocasiones hasta parece siamés. Además, conforme llegó el frío, Cheryshev fue añadiendo pólvora a sus fuegos artificiales. Los goles (2) y las asistencias (9) tardaron en llegar, pero sus magníficos registros cada vez se parecen más a los que tuvo (11+8) en su última temporada en el Castilla. Y ni él ni el Villarreal quieren quedarse ahí.
Lucas Vázquez, símbolo del clásico 4-4-2 del Espanyol.
El caso de Lucas Vázquez es bastante diferente en la forma, pero muy parecido en el fondo al de su otrora compañero. Su entrenador, Sergio González, parece haber encontrado en un 4-4-2 bastante clásico la mejor manera de adaptar el discurso que traía a la plantilla de la que dispone, fomentando así el juego de bandas y cargando el área pequeña con dos puntas. De esta manera, como un martillo pilón, el Espanyol busca una y otra vez ganar línea de fondo por el costado derecho. Y lo gana, una y otra vez, con Lucas como gran protagonista.
Lucas Vázques es el jugador que más faltas recibe en LigaEl gallego se ha convertido en una verdadera máquina de producir juego. Sus increíbles estadísticas, de hecho, demuestran el impacto y la presencia que tiene en cada choque: es el jugador que más faltas recibe por partido de la Liga (3’6), el quinto que más centros pega (1’7), el sexto que más regates hace (2’2) y el undécimo que más key passes da (1’7). Es espectacular. Su vocación netamente exterior, pues su regate casi siempre le aleja de la portería, le han impedido sumar cifras más grandilocuentes en goles (2) y asistencias (3), pero ésta es una pequeña pega que no se le puede achacar al extremo. Hasta el día del Levante, fecha del gran despegue perico, Felipe Caicedo no estaba cumpliendo con la ecuación que había ideado en su despacho Sergio. El área se cargaba bien, pero el remate nunca llegaba y ante el Elche o el Dépor se escaparon victorias que Lucas había ganado en su banda. Una vez el ecuatoriano hizo acto de presencia, el Espanyol comenzó a encontrar rematador a sus precisos envíos, los goles fueron llegando y los triunfos se encadenaron como consecuencia.
Los rivales ya comienzan a conocerles… y a adaptarse.
Hablar del futuro a medio plazo de cualquiera de estos dos futbolistas sería una temeridad, pero la segunda vuelta de esta Liga BBVA sí que resultará interesante de cara a medir su evolución. Ya asentados en la competición, con la consiguiente pérdida del factor sorpresa y la merecida adaptación de sus rivales, deberán demostrar que su papel como protagonistas puede ser igual de sólido y constante que hasta ahora. Con Luciano Vietto y Sergio García como cebos y el apoyo de Marcelino García Toral y Sergio González, tienen todo para lograrlo.
@smiguelh 30 diciembre, 2014
Miguel, solo comentar que Caicedo es ecuatoriano, no colombiano.
Por cierto, ¿qué tal veis a José Rodríguez en el Deportivo?