Dicen los que saben que un finalista de la Copa de Europa solo gana la Liga si la gana en abril, pero el Atlético de Madrid salió campeón en mayo, en el Camp Nou y ante el Barça de Leo Messi. El equipo del Cholo Simeone es una fuerza que camina imparable hacia la victoria al grito de «ahora o nunca», un sentimiento sincero de necesidad y confianza conjuntas que alcanzan el equilibrio de una manera que solo entiende ese vestuario. Lo de ayer fue un resumen de nueve meses. Se lesionó el crack y se fue llorando, y luego el genio, que dejó el campo desconsolado, y Alexis Sánchez, el hombre al que cualquier rival del Barcelona dejaría chutar a gusto, marcó un gol imposible. Y después de todo esto, el Atleti barrió al reciente dominador del fútbol español y europeo en un segundo periodo en el que, en realidad, no tuvo ni motivos para el sufrimiento. Los colchoneros demostraron ser, sin duda, el mejor equipo de la Liga.
Futbolísticamente no vimos un partido de gran nivel porque es casi imposible a día de hoy que eso se dé si el Barça está de por medio. El Tata Martino, un muy buen entrenador que, por lo que sea, no ha podido completar un buen trabajo en la Ciudad Condal, inspira a un equipo que desafía casi todas las señas de identidad del juego hasta el punto de quitarle su coherencia, y no se puede practicar fútbol si uno de los contendientes no quiere. Competir contra el Barcelona actual es como jugar una partida de ajedrez contra un rival que mueve las piezas como le da la gana. Por fortuna para Simeone, esta nueva concepción azulgrana no le reporta grandes amenazas, porque si a algún equipo serio se asemeja en esencia es al Sevilla de Juande Ramos -por algo Dani Alves es su gran líder-, y el Atlético se adapta mejor a combatir ese estilo que el Barça a practicarlo. La suplencia de Xavi, el único centrocampista capaz de alejar a los culés del caos total, le dio la iniciativa al campeón. De ahí al final, solo la soltó unos 20 minutos. Tras lo de Costa.
El trabajo de Filipe y Juanfran sobre Pedro y Alexis permitió presionar sin asumir grandes riesgos.
Presionar al FCB volvió a ser un gran negocioEl comienzo fue claramente rojiblanco. Presión alta, atención especial de Gabi sobre Iniesta, trabajo intensísimo de Filipe Luis y Juanfran sobre los extremos de Messi y a abusar de los problemas de la salida de balón azulgrana. La falta de creatividad de Busquets y de confianza de Fábregas acentuaron incluso más de lo corriente las trabas habituales, anulando de raíz la teórica influencia positiva que podía implicar el regreso de Piqué -que fue el mejor jugador del Barça-. Está claro que en el terreno táctico el sistema no aporta nada, no existen movimientos potencialmente exitosos para salir raseando la pelota, pero además, si no juega Xavi, falta calidad y talento. El Barça necesita piezas maestras, valores añadidos, y ni Busquets ni Piqué lo son. Los jugadores que permitían a Guardiola la barbaridad de salir por bajo y sin peligro siempre -algo que en Múnich le resulta imposible- fueron Víctor Váldes y Xavi Hernández. El resto eran soldados aplicadísimos y bien dotados. Sin estos genios, los soldados guiados no se bastan. Hacen falta figuras que superen la normalidad de nuevo.
La lesión de Diego Costa puso nervioso al Atlético de Madrid durante un pequeño tramo del partido.
Una vez recuperaba el esférico, el Atlético iba sobrado con el mismo. Es algo curioso. Muestra cansancio, su mejor jugador de campo está machacado, en algunos compases de los encuentros le pesa la presión… pero en ningún momento de la temporada tocó la pelota mejor de como la toca ahora. Apura muchísimo la ejecución de sus pases, no hay quien la suelte hasta que se ve con el rival encima, y no existe mejor modo de crear espacios. Para colmo, si el contrario le aturde más por compromiso que por convicción, cualquiera de sus centrocampistas echa la bola a un lado, tira un pequeño regate y desquebraja la presión. Villa suele ayudar en estos menesteres, sobre todo en los días grandes. El asturiano ha completado una temporada bastante irregular hasta la fecha, pero siempre que la situación le ha pedido el sobresaliente, ha conseguido ofrecerlo. Parece evidente que su pasta es la de los campeones del mundo, como la de Casillas, Piqué, Ramos, Busquets, Alonso, Xavi e Iniesta. Dicho esto, cuando el choque parecía condenado al 0-1 a menos que una genialidad del todo imprevista de Messi lo contradijese, se lesionó Diego Costa y Atleti perdió el sentido. Se le pasaron demasiadas cosas por la cabeza. El pesar de la injusticia, la rabia por la Champions, la parada de Willy Caballero… Solo entonces olió sangre el Camp Nou, y después de que Messi ganase un envío con el pecho en una jugada de delantero centro ante la dupla de centrales que mejor los defiende, Alexis Sánchez trazó el chut del año y batió a Courtois. Cinco minutos después, el Atlético despertó.
Koke y Villa fueron los hombres de la noche; su trato del balón y su inteligencia fueron sublimes.
Koke, Villa y sus compañeros, con presión y triangulaciones en campo contrario, dominaron los últimos minutos del primer tiempo y casi todo el segundo, hasta que la mezcla de cansancio y de miedo a conceder un contraataque fueron haciéndole replegar para minimizar cuantos más espacios mejor. Así expulsaron a Messi de la zona de la peligro, aumentando su presencia en el juego pero también dejándolo sin influencia práctica, la que no tuvo Iniesta en ninguna fase del duelo, ni antes ni después. Sorprendió esto, pues es el centrocampista culé que suele crecerse en el descontrol con sus giros, conducciones y regates, pero su irregularidad no está exenta de surgir incluso en escenarios de este tipo. Quien sí dio la cara del 1 al 90 fue Dani Alves, para desgracia culé. Y no debido a él en sí, que se merece un aplauso de pura admiración por disfrazarse de equipo candidato al título en el peor momento de su carrera deportiva, sino porque al Barça le sirve de muy poco. Una parada de mérito realizó Courtois, no necesitó más. Así se despidió el FC Barcelona de su ciclo más grandioso y productivo. Así le ganó la Liga el Atlético de Madrid de Diego Pablo Simeone. El viernes toma un avión con destino Lisboa. Le queda un título por disputar. Nadie le quitará este.
Mañana, especial «Atlético Campeón de Liga» en Ecos del Balón
@AntonioSH19 18 mayo, 2014
no sabéis las ganas que tenía de leer este artículo…