El Arsenal FC consiguió un 0-2 en el Allianz Arena hace justo 363 días. Fue en una jornada muy parecida a la de hoy, en una vuelta de Octavos de Final a la que el Bayern Múnich llegaba con ventaja de dos goles tras vencer 1-3 en el Emirates. Aunque cabe recurrir a tal fecha para pensar que los gunners siguen vivos, hay que decir que el resultado de aquel partido fue una anécdota que nada tuvo que ver con lo jugado. Giroud anotó en el minuto tres y desde entonces al 85 mandaron los alemanes con puño de hierro, firmando un reparto de tiros de 23 a 5. Si el Arsenal quiere eliminar al Bayern de Guardiola, algo improbable pero posible al fin y al cabo, deberá jugar mejor que el 13-03-13. En cuanto a la táctica, Wenger no va a tener grandes dudas.
La presión alta daña al BayernEl Bayern es un equipo impresionante, un club ultra competitivo y una joya de Guardiola, luce un ataque posicional que no encuentra réplica en ningún otro candidato a este título y muestra sobre el césped una autoconfianza y un carácter lúdico que acomplejan a sus contrarios. Partamos de esta base, no hay nada más difícil en estos momentos que visitar al gigante de Múnich. Dicho esto, el actual campeón del Triplete sufre en algunas situaciones de juego. La que más, sin duda, es la salida desde atrás cuando el oponente presiona a toda cancha. Lo vimos en el Emirates y, con más impacto visual aun, contra el Stuttgart, el Núremberg o el Wolfsburgo entre otros encuentros de Bundesliga (todos acabaron en victoria pero por estricta diferencia de calidad individual o por el Factor P60). Si el Bayern es presionado hombre a hombre desde Dante y Boateng, su funcionamiento táctico es irregular y la respuesta técnica de sus jugadores no es una garantía total. Y aunque Pep, consciente de que Xavi ya no juega para él, no ignora alternativas humildes como el juego directo hacia Mario Mandzukic, verse forzado a dividir el balón le humaniza mucho. Todo conato de remontada gunner empezaría así.
Según Pep, buscará controlar al Arsenal con mucha posesión.
Atendiendo a la RDP del catalán, su planteamiento se basará en una posesión defensiva. «Si tenemos el balón más tiempo que el Arsenal, pasaremos. Si no, sufriremos». O sea, parece que su objetivo no será aprovechar los espacios que dejaría Wenger de manera directa para que Robben finiquite el asunto cuanto antes, sino superar la esperada presión y dominar con un juego posicional. En virtud de esto, el sábado pasado descansaron dos de los tres jugadores más importantes para él de cara a subir su porcentaje de posesión: Thiago Alcántara y Mario Götze; el que más la coge y mejor la protege (Thiago la pierde poco si le piden que no lo haga) y el mejor pasador del equipo (Mario es seda). No obstante, ni con ellos ha respirado Pep a gusto ante las presiones intensas. En eso aún no detenta la eficacia del París SG, por ejemplo.
Özil debe dar el do de pechoEn lo referente al ataque, Wenger tiene un abanico de opciones más jugoso que en defensa. Si en defensa solo parece haber una solución posible, que es la expuesta, para crearle ocasiones hay más margen. A principios de curso era bastante fácil pillar al Bayern por el carril central, y aunque lo ha mejorado, tampoco es que hoy sea imposible hacerlo. El juego de posición de Pep suele conseguir que los rivales den su primer pase hacia el carril central, de ahí su gusto por pivotes tan, tan posicionales como Busquets, y en el Bayern no tiene ninguna alternativa tan inmóvil. Todos vuelan de más para su gusto, así que habrá que ver cómo se muestra ante una situación de partido que en la ida no pudimos medir por el arranque dominante del Arsenal primero y por la roja a Szczesny después: Özil dirigiendo transiciones abiertas con once contra once.
Oxlade-Chamberlein podrá a prueba una decisión de Guardiola.
Luego lo de los laterales, que es un poco como cuando Guardiola llegó al Barça y sacó a la defensa del área para defender las faltas laterales: parece una locura pero no le cuesta goles, se intuye que le puede acarrear problemas en defensa pero nunca le cogen por ahí. En su afán por lucir siempre superioridad numérica en el medio -que en este caso le es más necesaria por lo escrito en el párrafo inmediatamente anterior a este-, a veces Pep pide a sus laterales que, sin balón, se coloquen en la posición de los interiores. Tal y como suena. No es un ajuste fijo, pero se ve mucho cuando el sistema elegido es el 4-2-3-1. El concepto, que es chulísimo, será analizado en próximos textos; en este solo debe constar que ahí el Bayern deja un hueco y que Oxlade-Chamberlein es un muy buen jugador en un momento de forma genial.
Si Wenger llega vivo al final, Guardiola le cambiará el reto entero.
En el caso de que los campeones no tuviesen su noche, de que el Arsenal hiciese un uso perfecto de todo lo expuesto y de que llegase vivo a la última media hora de la eliminatoria, le tocaría lidiar, entonces sí, contra el Factor P60, que vienen a ser los cambios de Pep a 30 minutos del final. Ha habido varios equipos que han podido sobrevivir al poderoso pero falible plan A de Guardiola, mismamente el Wolfsburgo el sábado pasado, que incluso lo superó, pero todavía no ha habido quien resista a los cambios del genio. Su banquillo es un manjar, sus jugadores se creen sus inventos, su imaginación es ilimitada y está especialmente inspirado esta temporada. Cuando alguien supere ese trance, podremos contar cómo lo hizo. De momento, sin referencias.
Livio Leiva 11 marzo, 2014
Yo sólo agradezco al fútbol poder ver de nuevo un cruce Arsenio – Pep. Quien sabe cuando nos volverá a hacer este regalo. Y si el Arsenal lograra la heroica y pasara, no puedo pedir más. Gran partido se viene. No aguanto ya.