Es difícil definir a Carlo Ancelotti como entrenador. Lo mejor que se puede decir de él es que su AC Milan jugaba un fútbol extraordinario y que dominó el fútbol europeo durante varios años en este siglo XXI (no sólo ganó las Champions de Manchester y Atenas; perdió otras dos de manera casi surrealista desaprovechando una ventaja de 4-1 en cuartos de final del 2004 ante el Deportivo de la Coruña y un 3-0 en la famosísima final de Estambul ante el Liverpool de Benítez). Aquellas dos no las ganó y en el mundo del fútbol hay mucha gente que piensa que el “casi” vale muy poco, pero lo cierto es que no habría sido nada raro -de hecho, habría sido hasta lógico- que hoy estuviéramos presentando a Ancelotti como a un entrenador que ganó cuatro Champions con el Milan.
De Ancelotti también se puede decir que consigue alejar el ruido de sus vestuarios. Es un especialista de la calma.Ancelotti sabe dar el peso al vestuario Y mantener la calma en grupos de estrellas no es fácil. El ser humano suele ser bastante ególatra ya sólo por ser humano; el futbolista, normalmente, tiende a ser aún un poco más ególatra -aunque hay grandes excepciones, claro-; y el futbolista de súper-élite acostumbra a encabezar el ranking de egolatría. Manejar vestuarios como los del Milan, el Chelsea y el PSG, todos ellos campeones en sus ligas y formados por plantillas carísimas, es meritorio.
Axel Torres valora a Ancelotti, pero no siente fascinación por él.
Sin embargo, Ancelotti nunca me ha fascinado -y, ojo, la fascinación es una cuestión muy personal; tiene que ver más con el feeling del juez que con las virtudes de la persona juzgada-. Lo valoro, pero no me enloquece. Voy a explicar por qué:
1. Su Milan era una brutalidad y su Milan se construye a partir de la decisión más trascendente del fútbol italiano moderno: reconvertir al media punta Andrea Pirlo en medio centro. Este movimiento táctico es extraordinario: quizá uno de los mejores de los últimos veinte años. Sin embargo, como cuenta este magnífico artículo en inglés del Daily Mail, el mérito debe ser compartido. Carleto Mazzone, el hombre que dirigió a Pep Guardiola en el Brescia, fue el primer entrenador que situó a Pirlo como medio centro cuando Andrea estuvo cedido en el modesto conjunto lombardo en 2001. En aquel equipo, Roberto Baggio era el indiscutible media punta, y Mazzone, para dar cabida a Pirlo, le dio sus primeros partidos oficiales en una posición retrasada. Carlo Ancelotti, cuando lo tuvo en el Milan, calcó esa misma estrategia ya que la media punta estaba ocupada por un Rui Costa en aquel momento muy consolidado. De este modo se formó el famoso rombo Pirlo–Seedorf/Gattuso-Rui Costa que maravilló a Europa, y que unos años más tarde tuvo su continuidad con Kaká reemplazando al portugués.
2. Ancelotti llega al Chelsea y gana el primer doblete de su historia (Premier + FA Cup), algo que no había logrado ni José Mourinho. Su Chelsea es un equipo menos espectacular que su Milan. No se parece demasiado en cuanto a estilo, ya que tiene jugadores muy diferentes. El italiano se adapta a las características de la plantilla, más bien físicas, y las aprovecha para conseguir grandes resultados. Introduce algún pequeño matiz interesante, como utilizar a Florent Malouda en una posición más centrada: no tanto como extremo, sino más bien como interior, alternando mucho entre la banda y la media punta, buscando que el equipo tuviera algo más de asociación. Pese a haber conseguido ese doblete, la opinión general en Inglaterra siempre ha sido que su Chelsea era menos arrollador que el de Mourinho. Que se imponía con menos claridad. El hecho de que el técnico portugués eliminara de manera espectacular al Chelsea de Ancelotti en octavos de final de la Champions de 2010 con el Inter también hizo aumentar esa percepción en el entorno del conjunto londinense de que Carlo era menos que José.
3. Con el PSG se enfrentaba a un reto difícil: todo el mundo esperaba que ganara la Liga con treinta puntos de ventaja porque había gastado un montón de dinero y había traído a futbolistas que están muy por encima del nivel medio del campeonato francés. Hiciera lo que hiciera, no sería demasiado valorado. Que ganara, que humillara, era lo normal y lo esperado. Así que recibió bastantes críticas al perder la liga de 2012 ante el Montpellier y también luego cuando, durante gran parte de la primera vuelta de su única campaña completa en el cargo, no ocupó el liderato de la competición. Incluso salieron estadísticas mostrando que sus resultados eran peores que los de Antoine Kombouaré cuando éste fue destituido. Algunos articulistas salieron a defenderlo ante unaEn el Paris SG, Ancelotti tenía bastante más por extraviar que por ganar opinión pública que en general consideraba injusto el cese del francés y argumentaba, con los números en la mano, que Ancelotti no había mejorado al PSG. Lo cierto es que el ambiente, tras una derrota en Niza en diciembre antes de la última jornada de la fase de grupos de la Champions ante el Oporto, era de crítica intensa. Se le discutía a Ancelotti que se hubiera cargado a Nené, el máximo goleador y principal figura de la temporada anterior, para dar galones a Pastore, que no parecía demasiado integrado en Francia. El PSG ganó aquel partido ante el Oporto y desde entonces encadenó una racha de resultados muy positiva que le permitió sentencia la Ligue 1 y llegar a las eliminatorias de Champions ante el Valencia y el Barcelona en plenitud de condiciones psicológicas. En ello tuvo mucho que ver un cambio de sistema de Ancelotti, que pasó al 4-4-2 con Pastore y Lucas Moura en los costados. Un sistema que no había utilizado ni en el Milan ni en el Chelsea, pero que entendió que era necesario para cambiar el rumbo de un PSG que amenazaba con devorarse a sí mismo.
Ancelotti y Mourinho son, definitivamente, técnicos muy distintos.
Esa flexibilidad del técnico italiano, ese adaptarse a las situaciones y a las plantillas, ese no disponer de un estilo 100% propio y definido sino amoldarse a las peculiaridades de cada aventura, es otro de sus rasgos característicos. Más sereno que Mourinho, más políticamente correcto y más flexible en sus postulados; probablemente, menos talentoso y genial en la toma de decisiones tácticas -más difícil ver con él esos dobles cambios de José revolucionando el esquema en el minuto 60′ cuando su equipo va perdiendo y pasando al 3-3-4-. Parece evidente que, pese a que Ancelotti aprovechó el trabajo de Mourinho en Londres y su Chelsea se pareció bastante al del estratega de Setúbal, el Real Madrid ha contratado a un técnico muy diferente.
–
La visión de Axel Torres sobre Carlo Ancelotti, escrito por Axel Torres.
Abel Rojas 25 julio, 2013
Segundo partido de Ancelotti, segundo en el que juega con 3 en el centro del campo -segundo con Isco jugando en ese triángulo-.
Decir que le falta trabajo sería absurdo ^^ Por supuesto que le falta. Pero más allá de conseguir que cuajen x movimientos, yo observo que pretende una transformación tan profunda que va a sufrir mucho o bastante. MIsmamente ayer se le escuchaba pedir una salida lenta por dentro, juntar a todos por dentro, ganar posición con el balón con todos juntos, pero el Madrid en cuanto podía corría por fuera. Y todos los movimientos de Ronaldo o incluso Özil era rupturas que exigían cambio de ritmo inmediato o salida rápida hacia fuera.
El equipo ha jugado durante 3 años a algo que, más allá de títulos, objetivamente le ha funcionado. El Madrid lleva 3 años siendo uno de los mejores equipos del mundo y hacer borrón y cuenta nueva cuando van a repetir entre 8 y 9 titulares va a ser complicado.
Y desde luego, como comentamos en el análisis que hicimos en su día, la relación futbolística Ancelotti-Ronaldo para mí puede dar muchos quebraderos de cabeza al italiano.