El Getafe CF de José Bordalás ya tiene su primera gran eliminatoria europea. Siendo muy superior al Ajax de Ten Hag durante los 180 minutos de la misma, obligando a los neerlandeses a adaptarse en el Coliseum para después aterrizar en Ámsterdam y alterar el dogma del Johan Cruyff Arena, el cuadro azulón se clasificó anoche para los octavos de final de la Europa League en un partido en el que, adaptándose a las circunstancias propias de la eliminatoria -sin por ello renunciar a su identidad rigurosa y sistemática-, el Getafe volvió a ser mucho mejor a partir de una serie de directrices innegociables.
El Getafe consiguió estirarse al espacio a través de sus delanteros
El Ajax fue mucho más Ajax que en el Coliseum. Pero ese desorden metódico que le lleva a salir muchas veces desde atrás sin un medio centro haciendo de medio centro, y con hasta siete u ocho futbolistas por delante del balón al mismo tiempo, no fue la panacea ante un equipo que ha competido los 180 minutos, y sobre todo los 90’ que a nosotros nos competen en este texto, con la determinación y la estabilidad emocional del que lleva toda la vida jugando este mismo partido; porque posiblemente ese sea el gran éxito de Bordalás en el banquillo del Getafe: haber convencido física, táctica y mentalmente a una plantilla que ha hecho de la presión, el vigor y el orden (1-4-4-2) su discurso como la resistencia.
El Getafe ha sido muy superior al Ajax en el cómputo global
Defendiendo unos cuantos metros más atrás que de costumbre, adoptando para ello en largas fases del partido un bloque más bajo que intermedio, el Getafe consiguió anular desde la presión de sus dos delanteros y el escalonamiento de sus pivotes la capacidad del Ajax de sorprender a partir de su desconcierto posicional. Y lo cierto es que más allá del centro al segundo palo -en el que viene sufriendo mucho Mathías Olivera-, el regate de Babel y el desmarque -sin balón- de Van de Beek, el único futbolista de este Ajax con verdadera capacidad para hundir y desajustar las vigilancias defensivas de este Getafe, el cuadro de Bordalás aguantó todo el partido haciendo pie (que no braceando) en el agua.
Saliendo al espacio a partir del salto y la fricción de Deyverson, la ruptura al espacio de Jaime Mata y el posterior desmarque de apoyo de Jorge Molina, que ingresó al campo para darle oxígeno a la transición defensa-ataque del Getafe y poner de cara a Nyom y Cucurella en los costados, el Getafe volvió a controlar el escenario desde la mente de su rival. La presión, el dominio de la segunda jugada y la eficiencia con la que se mueve en el ataque, porque pocos equipos en el mundo tienen la capacidad de generar tanto con realmente tan poco, hacen del Getafe CF de José Bordalás el Azotamentes de un mundo que, muy diferente al de hace ya unos cuantos años, lleva tiempo zambullido en una dimensión alternativa.
AdrianBlanco_ 28 febrero, 2020
Suma y sigue este Getafe CF. Suma y sigue José Bordalás & co. 😀