Aquello que se dice de guardarse ases bajo la manga para futuros enfrentamientos puede que no sea tan así cuando el Atlético y Real Madrid se juegan un título. En caso madridista, las bajas, de algún modo, seguramente obliguen a Zidane a dar continuidad a lo visto ante el Valencia, que no es poco, mientras Simeone podría tener algo más de margen para la sorpresa. El caso es que merengues y colchoneros caminan hacia la segunda parte de la temporada cada vez más definidos, más allá de cual sea su nivel, y ambos con espacios y esquinas del sistema que aún pueden hacer crecer, especialmente en lo referente a los rojiblancos. Uno de esos pasillos podría incluso ser, esta noche, fundamental en el desarrollo del encuentro que le enfrentará a su eterno rival.
La zona de Lodi, Saúl y Thomas es un pasillo donde hay demasiado movimiento
Y no es otro que el centro del cuadrilátero imaginario que se forma entre Renan Lodi, Felipe Monteiro, Thomas Partey y Saúl Ñíguez. No solo por lo que ocurre en ese espacio cuando el equipo repliega y bascula, sino porque sirviéndonos del precedente más inmediato -Messi y Arturo Vidal, Barcelona- y pensando en el inmediato ejemplo -Fede Valverde y Luka Modric, Real Madrid-, el escenario guarda bastante relación y semejanza con la manera de profundizar de sus rivales. De esa posible grieta, un punto de apoyo táctico para que el partido comience a agitarse. Y la clave será el ritmo de la circulación blanca siempre y cuando el Atlético defienda abajo y no active y elija una defensa más protagonista en campo contrario.
Lo que sucedió ante el Barcelona expuso la principal carencia colectiva rojiblanca como bloque defensivo, principalmente cuando el rival es especialmente agresivo, fluido y preciso en las asociaciones cortas entre líneas. A ritmo alto, al Atlético le cuesta fijar sus posiciones, defender los costados y los espacios intermedios, sobre todo porque tres de los cuatro defensores de dicho sector, tienden a perseguir y meter el pie. Se mueven mucho. Lodi, Sául y Thomas miran preocupados al balón y al hombre que se mueve, abriendo vías para las diagonales o la aparición un tercer hombre a espaldas de cada jugador. Si Arturo Vidal fue uno de los nombres propios castigando la precipitación rojiblanca entre Lodi y Felipe, el uruguayo Fede Valverde tratará de potenciar esa debilidad.
En ese sector, Valverde está ejerciendo de muelle para crear superioridad, profundizar al ataque o cargar el segundo palo, como hizo Arturo Vidal
Con Isco como elemento para sumar cuatro donde haya tres compañeros o cinco donde haya cuatro, el Atlético tendrá que bascular continuamente su defensa activa en el lado del balón con tal de cerrar las primeras conexiones. Al no tener regate individual en las bandas, ni desde sus laterales ni desde sus extremos, el conjunto blanco apuesta por sumar mucho más control y protección de balón, lo que obligará a los marcadores de Simeone a interpretar ese cúmulo de jugadores de una manera más calmada. Por la entidad del rival y por próximos encuentros ante grandes oponentes, el pasillo que ocupan Vidal o Valverde, lo ocupará Mohamed Salah o Alexander-Arnold. Un pasillo, más que nunca, que deberá ser de seguridad.
Andrés Madrid 12 enero, 2020
Zidane le tiene dominado este tipo de duelos a Simeone. Pará mí, el factor mental hoy será clave. A través de la mente se va a llegar al fútbol.