Hay varias máximas en el fútbol de clubes que se cumplen con bastante asiduidad. Entre ellas se encuentra aquella por la que un club en dificultades, en serias dificultades, acude a quien mejor lo conozca para que no se asuste y logre implicarse cuando todo quema. Aunque cada caso es un mundo y las urgencias son diferentes, la contratación de Frank Lampard por parte del Chelsea y la de Mikel Arteta por parte del Arsenal responden a situaciones particulares que han reconfigurado los deseos u objetivos de ambos clubes con tal de imaginarse un éxito a medio plazo mientras en el proceso se recuperan determinadas cuestiones que incluso el aficionado puede haber dado por perdidas. Inglés y español se enfrentaron en un derbi de Londres que no hizo sino acrecentar los problemas de confianza y juego que se viven por el Emirates.
Lampard corrigió un planteamiento que le dejó sin demasiado margen para crear tras el 1-0
No iba a ser un derbi de grandes posibilidades, pues ambos atraviesan momentos complicados, unos más que otros. El primero que imaginó un partido concreto en el que ubicarse con firmeza y sin demasiadas fisuras fue Frankie Lampard, quien habilitó una defensa de tres y una doble mediapunta, sin extremos, y sin Jorginho en el eje, con la posibilidad de reforzar el carril central y el área grande, con tal de poder correr y forzar a un Arsenal débil tras la pérdida a correr, transitar y no ganar confianza en el juego más posicional. Sin embargo, Mikel Arteta cambió las asignaciones tácticas del duelo y ni mucho menos llenó de pases su plan, en parte porque de momento su plantilla ni está configurada para ello ni tiene a sus jugadores más capaces cerca de poder controlar un partido de tan alta exigencia. Así, el vasco se plantó con un 4-2-3-1 más mixto, con tintes reactivos, con Aubameyang en la izquierda y Nelson en la derecha y además pudo adelantarse en el marcador para ver de cara la siguiente jugada sobre el tablero y añadir mordiente a su ataque más lejano. No obstante, Lampard no esperó al descanso y corrigió. Del 3-4-2-1 con carrileros y sin ‘5’ puro, el técnico ‘blue’ llamó a Jorginho, retiró a Emerson y abrió el campo con dos extremos, uno de ellos un Willian que abrió las líneas ‘gunners’ hacia la cal y regó de dudas la basculación de las dos líneas de cuatro del cuadro de Arteta. Una situación que se extremó, por decisión de ambos, en toda la segunda mitad.
Arteta tiene mucho trabajo anímico que hacer. Un ejercicio urgente de restauración
En ella, el Chelsea llevó el absoluto peso del partido y demandó en su rival una continuidad defensiva constante, minuto a minuto, donde no solo debía defenderse en la última línea, sino coordinar zaga y medular, moverse de lado a lado, taponar situaciones localizadas de inferioridad y después aguantar las arrancadas del extremo brasileño, quien primero en derecha y después en izquierda, se fue hacia línea de fondo para dibujar un tipo de ataque frecuente, donde el balón llegaría al área hasta el remate o el saque de esquina. Debe decirse que hasta el minuto 80 aproximadamente el Chelsea apenas generó ocasiones de calidad, pero el Arsenal se pasó demasiado tiempo sin intercalar alguna salida o contragolpe que cambiara la dinámica del encuentro. Fue así como un tramo final frustrante echó al traste el resultado e incidió en su estado anímico: golpeado, frágil, castigado y herido. La cara de Arteta tras la salida de Leno en el empate explica qué ocurre en el Arsenal y qué objetivos debe marcarse un equipo asolado por las dudas y los malos pensamientos sobre uno mismo.
Marco Rodrigo Azkue 30 diciembre, 2019
Gran texto Arroyo! Interesantísimo partido en lo táctico, que yo creo que se empieza a entender desde lo visto en Bournemouth tres días antes. Me gustó bastante el Arsenal en el debut de Arteta. Casi siempre inició por fuera, para buscar meter el balón dentro con la jugada ya en un segundo o tercer escalón. Ante un rival con punta y dos alas, en la derecha Maitland-Niles (centrado a interior) fijaba a extremo y despejaba el pase Sokratis-Nelson. En la izquierda, mientras, Shaka se llevaba a su par ganando altura y generaba espacio para que Xakha bajara a su sector y jugara de cara.
Creo que Lampard ayer esto lo contrarresta bien desde un inicio, con la posición de Willian y Mount en el bloque alto. No van a persecuciones individuales sino que quedan fijos en una zona digamos que intermedia, entre centrales y laterales gunners. Pero el Arsenal, casi obligado a recurrir a la verticalidad, la encuentra fácil a la espalda de Kante-Kovacic, donde Ozil y Lacazette reciben sin acoso. La entrada de Jorginho es clave porque acaba con esto último y porque el Chelsea la agradece muy mucho en salida, generando superioridad (3 para 2) en zona central de iniciación. Ambas circunstancias ponen el campo cuesta abajo hacia Leno con demasiados minutos por delante. Un saludo!