En el minuto 24:36 del encuentro que el Manchester United le ganó al Manchester City en la jornada 16 de la Premier League 2019-2020, sucede una de esas situaciones sobrenaturales que ningún equipo en el mundo puede controlar, pero que particularmente más está dañando al equipo de Pep Guardiola esta temporada. Tras un córner, y habiendo sido avisado por varias de esas transiciones de quien quizás puede autoproclamarse el equipo más rápido del mundo en espacios abiertos, Marcus Rashford parte desde el área pequeña y recorre todo el campo en 11 segundos, transmitiendo la sensación de un cuadrúpedo felino que mueve sus piernas como nunca antes se ha visto en un campo de fútbol. Quien pueda revisar ese momento y esa carrera sabrá y reconocerá que el impacto visual de la galopada traspasa la pantalla, sirviendo como ejemplo para escenificar el partido que se dió en muchas fases del mismo. El Manchester United es todo lo que ahora mismo humaniza peligrosamente al juego del Manchester City, quien prácticamente dice adiós a la lucha por la Premier League.
El United desnudó por completo la pérdida de balón del City
Conformado el plan de partido por ambos entrenadores en términos más generales, con los papeles asumidos desde hace días, el Manchester United visitó el Etihad Stadium con una idea muy asentada en sus citas con los equipos más capacitados de la Premier League, con un 4-2-3-1 donde los últimos cuatro jugadores atacan espacios a máxima velocidad, los dos pivotes lanzan con criterio y precisión -Scott McTominay y Fred- y los dos laterales apenas avanzan sobre el campo para proteger los costados en el ida y vuelta que los atacantes van a provocar cuando transiten y no materialicen, entre otras cosas porque de querer acompañar las transiciones Luke Shaw y Aaron Wan-Bissaka no llegarían ni a estar cerca de Marcus Rashford, Jeremy Lingard o Daniel James.
El Manchester City, por su parte, camina con cierta cojera. Y es lo que sucedió ante los diablos rojos, que lograron en área propia y en los costados aguantar la agresividad que en el 1×1 y en los desmarques que se cruzan para ganar línea de fondo genera el vigente campeón de la Premier. Guardiola y sus chicos tuvieron muchas situaciones aclaradas para Sterling o Bernardo, pero eso no lo acercó a un control del juego ni de la salida a la contra de su rival. Necesitado de que David Silva y Kevin De Bruyne se asomaran a la frontal o al pico para generar superioridad junto a los extremos, fue el despeje de un zaguero rival, que estuvieron tanto Maguire como Lindelof soberbios en concentración y firmeza en centros al área, rechazando con todo tipo de acciones defensivas, los que iniciaban el zafarrancho, descomunal, de un equipo físicamente imposible. Como si fuera el relevo del 4×100 de Jamaica en los Juegos Olímpicos, la transición del City, partida en dos bloques y sin correctores de máxima calidad para aguantar carreras, contemporizar desventajas o chocar en el apoyo para negar el siguiente pase, asistió a un constante sufrimiento que su juego no logró prevenir ni anestesiar frente a cuatro velocistas asombrosos.
La zaga del United también contribuyó a poder despejar y transitar
Asentado finalmente en un 28% de posesión y evidentemente acosado por el transcurrir del encuentro y la actitud del Manchester City, el equipo, por sistema, más capacitado para remontar goles en contra, Ole Gunnar Solskjaer volvió a tirar de exuberancia y plantel, más plan y activación mental para no errar, con los que demostrar que nunca juega tan cómodo como cuando asume un papel absolutamente inferior y resguardado. No hay un escenario más eficaz para ellos que regalar la pelota, regalar muchos metros, atacar a 70 metros de la portería y correr y desplegarse desafiando la física humana y su límite dentro de un campo de fútbol.
Gonçalo 8 diciembre, 2019
Yo veo al City y creo que sus interiores se están abriendo con demasiada frequencia. Con Sterling y Bernardo Silva siempre pinchados en los costados, creo que el equipo no necesita movimientos tan largos hacia los costados de David Silva y De Bruyne. Eso hace que muchas veces el equipo se parta y tenga muy poco control en transición defensiva. Me gustaba más el City con Kevin de 8 más posicional, con mucha influencia en la construcción sin abrirse tanto. No sé que pensáis, chicos.