Nos quedaremos con esa duda, como todas las infinitas preguntas sin contestar que se quedan dentro del cajón del condicional. Si Kevin de Bruyne hubiera llegado, por ejemplo, a España en lugar de Inglaterra, quizás hoy, a sus 28 años, la edad de maduración y plenitud total de todo futbolista, sería un centrocampista completamente diferente. Son múltiples los casos en los que centrocampistas de grandes posibilidades técnicas y comprensión del juego retrasan su posición hasta encargarse de la construcción del mismo en sus equipos, sea como interior o mediocentro. La lista que agrupa a todos esos, de tan larga, no adquiere más valor por nombrar a sus apuntados, siendo precisamente dicha cantidad lo que hace realmente especial a la figura de Kevin de Bruyne en 2019. El arranque que está haciendo el genial futbolista flamenco merece un capítulo propio y aparte entre su singularidad.
Pep Guardiola: «Kevin es un tipo que ve el juego como otros no pueden verlo»
El texto surge interesante porque acompañando al primer párrafo, entendiendo que Inglaterra y el fútbol inglés podrían fomentar y potenciar la determinación de cara a portería de quien es el centrocampista más determinante del mundo, no es menos cierto que está siendo entrenado por Pep Guardiola, el técnico que convirtió a Toni Kroos, un mediapunta que no paraba de tirar a puerta, en un interior pausado y de vocación claramente controladora, arquitecto de un triple campeón de Europa. Pero no, Kevin de Bruyne no está atravesando similar evolución. Cuando el de Santpedor llega a un equipo, todo espectador interesado en el análisis y el juego se pregunta qué hará Pep con uno u otro futbolista, de qué manera los desarrollará. Y sí, De Bruyne, en el punto exacto para redefinirse como futbolista, surgía como ese centrocampista al que Pep pudiera moldear para dominar el juego desde sus intervenciones. Pero no, la línea no está yendo ido en esa dirección. La temporada pasada se dieron algunas pistas ambiguas, cuando el belga comenzó a pisar frecuentemente los dominios de un interior en salida, recibiendo de los centrales, pero lo que está sucediendo ahora poco tiene que ver.
En su caso, Guardiola ha apostado por extremar lo que parece temerario intentar modificar: la naturaleza del propio jugador. La evolución de Kevin de Bruyne está dando como resultado una bendición que no se puede interpretar ni interpelar, y es que a sus 28 años, la de por sí complicada tarea de crear un gol, De Bruyne la está multiplicando como si fueran panes y peces. Lo que en otros casos hubiera sido aumentar su número de pases para intervenir continuamente, el belga se ha propuesto crear ocasiones de gol como quien da pases de cinco metros. En lo que ha trabajado Pep es en encauzar sus movimientos para aumentar la precisión que De Bruyne ha conseguido en su golpeo de balón, seguramente el mejor del mundo con el esférico en movimiento. La precisión de Kevin, digna del futuro, ha ido acompañada de una zona y un movimiento que está haciendo estragos en los rivales.
No es casualidad que las dos derrotas del Manchester City en Premier hayan llegado sin la presencia del belga. Con él como titular, el City se ha cebado creando situaciones de gol una detrás de otra. Máximo creador de ocasiones de las cinco grandes ligas, con ocho asistencias y dos goles en siete partidos, el belga está convirtiendo zonas y situaciones transitorias en verdaderas obras de arte llenas de malicia y psicopatía futbolística. Su pase inadvertido hacia el área, dibujando una parábola perfecta imposible para el central y el portero rival, así como su ruptura a la espalda del lateral, con el posterior pase afilado al corazón del área, están generando esa relación entre lo simple y lo indefendible. Como se puede observar en las capturas, y son solo dos elegidas entre más de una treintena, De Bruyne, interior derecho del sistema, está haciendo trizas la defensa en banda del rival.
Cuando Pep Guardiola, en su magnífica entrevista en ‘GOL’, hacía referencia a la existencia inconfesable de un movimiento indefendible, seguramente dejara caer lo que estamos viendo con los movimientos de Kevin. Sea como segundo o tercer hombre en una pared entre dos compañeros, esa manera de profundizar desde el golpeo o desde la ruptura a línea de fondo elimina a un central de la defensa del área, y sacar a un central de zona y llevárselo hacia el balón, deja al rival en inferioridad numérica si el extremo opuesto -normalmente Sterling- arranca antes y carga el área por delante de su par. La ventaja que ocasiona que los pases de De Bruyne sean además tan milimétricos y limpios, lleva al City a producir más goles a puerta vacía que ningún otro club en el continente. No hace falta que tu mejor centrocampista sume muchos pases si su naturaleza es derribar muros como quien sopla velas.
fernandojb 10 octubre, 2019
Arroyo otro espectacular articulo. con uno de mis jugadores favoritos ( siempre me queda Vardy, jaja ).
Voy a hacer un revuelto de ideas, sobre De Bruyne , no le he visto este año, pero a mi me gusta mas la versión en la selección, mas arriba, mas centrado, mas directo, en ese contexto creó que es un jugador total, uno de los grandes. Ayudando tanto con balón, con ritmos mas bajos, mas posicional, creó que se pierde un poco de su exhuberancia, Guardiola y su busqueda del control del juego, le ahoga un poco.
A mi me recuerda un poco al rol de benzema, este mas arriba, digamos un jugador total, capaz de dar velocidad al juego increible, buscando apoyos, mas arriba.
Por lo que atisbo, parece que esta es la tuerca de este año.
espectacular articulo, de un jugador que tiene que dar ese paso adelante, porque lo ves y hace todo con una facilidad pasmosa.